El Collar del Budha

(Mensaje de Navidad 1966)

Samael Aun Weor

PRIMERA EDICIÓN, BOGOTÁ – COLOMBIA – 1966


Índice

Capítulo 1.- El Niño Sol

Capítulo 2.- La Vía Láctea

Capítulo 3.- El Sistema Solar de Ors

Capítulo 4.- Ciencia Atómica

Capítulo 5.- La Novena Esfera

Capítulo 6.- La Energía Sexual

Capítulo 7.- La Atracción de los Opuestos

Capítulo 8.- El Hidrogeno Sexual Si-12

Capítulo 9.- Los Cuerpos Lunares

Capítulo 10.- El Yo Pluralizado

Capítulo 11.- El Kundalini

Capítulo 12.- El Opio, el Yo, el Subconsciente

Capítulo 13.- El Collar del Buddha

Capítulo 14.- Gnosis

Capítulo 15.- División de la Atención

Capítulo 16.- Íntima Recordación de Sí Mismo

Capítulo 17.- La Ciencia de la Meditación

Capítulo 18.- El Maestro Chino Wu Wen

Capítulo 19.- La Iniciación Venusta

Epílogo


Capítulo 1.- El Niño Sol

Amadísimos hermanos Gnósticos:

Esta noche, todos nosotros celebramos con inmenso júbilo la Navidad de 1966, y se hace urgente estudiar muy a fondo los misterios crísticos.

En el amanecer del gran día cósmico, el Primer Logos, el Padre, dijo al Tercer Logos, el Espíritu Santo: "Id, fecundad a mi esposa, la Materia caótica, la Gran Madre, para que surja la vida; empero, tú verás". Así habló el Padre, y el Tercer Logos se inclinó reverente. Amanecía la aurora de la Creación.

En los siete templos del caos trabajaron los Cosmocratores, el ejército de los constructores de la Aurora, la hueste de los Elohim, el Tercer Logos.

Tres fuerzas son indispensables para toda creación: la fuerza positiva, la fuerza negativa y la fuerza neutra.

Ante el altar del templo un Elohim se polarizó en forma masculina, positiva, y el otro en forma femenina, negativa.

La planta baja del templo, el coro de los Elohim, representó la forma neutra.

Este orden de las tres fuerzas quedó así establecido en cada uno de los siete templos del caos primitivo. Cantaba el divino varón, cantaba la divina mujer, cantaba el coro de los Elohim.

Toda la liturgia de los siete templos fue cantada y la Gran Palabra hizo fecundo el vientre de la Gran Madre Divina.

En el Principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas y sin Él nada de la que ha sido hecho fue hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

El Verbo hizo fecundas las aguas de la vida, y el Universo en su estado germinal surgió espléndido en la aurora.

El Espíritu Santo fecundó a la Gran Madre y nació el Cristo. El segundo Logos es siempre hijo de la Virgen Madre.

Ella es siempre virgen antes del parto, en el parto y después del parto. Ella es María, Isis, Adonía, Isoberta, Rea, Cibeles, etc.

Ella es el caos primitivo, la Sustancia Primordial, la Materia Prima de la Gran Obra.

El Cristo Cósmico es el ejército de la Gran Palabra y nace siempre en los mundos y es crucificado en cada uno de ellos para que todos los seres tengan vida y la tengan en abundancia.

Hermanos míos, observad el Astro Rey en su movimiento elíptico. El Sol se mueve de sur a norte y de norte a sur. Cuando el Sol avanza hacia el norte se celebra el nacimiento del Niño Sol. Él nace el 24 de diciembre a la media noche, ya para amanecer del veinticinco.

Si el Cristo Sol no avanzara hacia el norte, la Tierra toda se convertiría en una gran mole de hielo y toda vida perecería, pero el Dios Sol avanza hacia el norte desde el veinticuatro de diciembre para animar y dar calor y vida a todas las criaturas.

El Niño Sol nace el veinticuatro ya para amanecer del veinticinco de diciembre y se crucifica en el equinoccio de primavera para dar vida a todo lo que existe.

Lo fijo de la fecha de su nacimiento y lo variable de su muerte tienen siempre en todas las teologías religiosas honda significación.

Débil y desvalido nace el Niño del Sol en este humilde pesebre del mundo y en una de esas noches muy largas del invierno, cuando los días son muy cortos en las regiones del norte.

El signo de la Virgen Celestial se eleva en el horizonte por la época de Navidad y así nace el Niño para salvar al mundo.

El cristo Sol durante la infancia se encuentra rodeado de peligros, y es a todas luces bien claro que el reino de las tinieblas es mucho más largo que el suyo en los primeros días, pero él vive a pesar de todos los terribles peligros que lo amenazan.

Pasa el tiempo..., los días se prolongan cruelmente y llega el equinoccio de primavera, la Semana Santa, el momento de cruzar de un extremo a otro, el instante de la crucifixión del Señor en este nuestro mundo.

El Cristo Sol se crucifica en nuestro planeta Tierra para dar vida a todo lo que existe. Después de su muerte, resucita en toda la creación y madura entonces la uva y el grano. La Ley del Logos es el sacrificio.

Este es el drama cósmico que se repite de momento en momento en todo el espacio infinito, en todos los mundos, en todos los soles.

Este es el drama cósmico que se representa en todos los templos de Egipto, Grecia, India, México, etc.

Este es el drama cósmico que se representa en todos los templos de todos los mundos del espacio infinito.

El aspecto secundario de este gran drama corresponde con entera exactitud a todo individuo sagrado que mediante la revolución de la conciencia alcanza la Iniciación Venusta y se convierte en Héroe Solar.

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Capítulo 2.- La Vía Láctea

La Navidad es una fiesta solar, una fiesta cósmica inefable que tiene su origen en la noche profunda de los siglos.

El sol físico tridimensional es tan sólo el vehículo de acción del sol espiritual. En el sol físico, el místico encuentra al sol de la media noche, a la estrella de Belén, al Cristo Cósmico.

Todas las religiones arcaicas rindieron siempre culto al sol, y hasta el Vaticano está construido en tal forma que sus puertas están abiertas hacia el oriente, hacia donde sale el sol.

Los cristianos primitivos decían siempre con gran devoción: "Nuestro Señor Jesucristo el Sol".

Es admirable cómo se mueve el astro rey entre las innumerables estrellas del espacio infinito y con relación a los mundos más cercanos, lo hace a la velocidad de 20 kilómetros por segundo.

En el centro de la Vía Láctea, el sol gira a una velocidad asombrosa a razón de 270 kilómetros por segundo. En este movimiento arrastra a la tierra y a todo el sistema solar.

La Tierra en la cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser, es algo más que una mole de materia. Es, fuera de toda duda, un organismo viviente sobre cuya epidermis vivimos todos nosotros como simples parásitos.

El camino recorrido por la Tierra en el espacio infinito es muy complicado y difícil.

El planeta Tierra, danzando alrededor del sol entre la música de las esferas, viaja realmente a una velocidad vertiginosa girando por el centro de esta formidable galaxia en que vivimos.

La Vía Láctea es realmente tan gigantesca que, aun viajando a 270 kilómetros por segundo, el sol tardará unos 200 millones de años para dar una vuelta completa alrededor de ella.

La Vía Láctea es un organismo cósmico vivo, un cuerpo espiraloide dentro del cual existe nuestro sistema solar.

Toda nebulosa, incluso nuestra Vía Láctea, tiene de hecho y por derecho propio el mismo diseño fundamental.

En toda galaxia se procesan tres fuerzas, la primera es la Centrípeta, la segunda es la Centrífuga, la tercera es la Neutra, que sirve como punto de apoyo y equilibrio.

La fuerza Centrífuga imparte a la nebulosa un movimiento en forma espiral, a semejanza de una tromba en un arenal que imparte movimiento espiral a la columna de polvo que levanta.

La Vía Láctea, con todos sus dieciocho millones de soles e innumerables planetas y lunas, tiene como centro de gravitación el Sol Central Sirio.

Antiguas tradiciones esotéricas afirman que en el Sol Central Sirio existe la Iglesia Trascendida.

Dentro del templo de Sirio pueden los adeptos tener la dicha de encontrarse con los discípulos del Dios Sirio.

Cuando algún adepto intenta pasar más allá de la Vía Láctea, es siempre obligado a regresar a Sirio. A los adeptos del planeta Tierra les está prohibido pasar más allá de Sirio.

Los astrónomos saben muy bien que más allá de la Vía Láctea sólo hay tres galaxias visibles a simple vista, sin ayuda del telescopio. Dos de ellas pueden verse desde el hemisferio sur, son la Gran Nube y la Pequeña Nube de Magallanes, así llamadas en honor del célebre explorador.

Los adeptos de la gran Logia Blanca, cuando pasan más allá de Sirio, pueden ver dos órdenes de mundos que centellean maravillosamente con un bello color rosado, en esas dos Galaxias existen otros tipos de leyes cósmicas desconocidas para los habitantes de la Vía Láctea.

En los textos sagrados de la sabiduría oculta existe una máxima que dice: "Donde la luz brilla más claro, allá también las tinieblas son más espesas".

En los mundos superiores todo adepto puede verificar que muchas veces, junto a algún templo de luz, existe también por contraste un templo de espantosas tinieblas.

Basados en esta regla podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que el Sol Central Sirio es doble y que su compañero es un mundo gigantesco tenebroso.

De Sirio vienen al planeta Tierra las fuerzas cósmicas que gobiernan al Supracielo, pero de su hermano tenebroso descienden hasta nosotros las fuerzas que gobiernan al Infrainfierno.

Los astrónomos le dan a Sirio el apodo de Estrella Perro y a su compañero tenebroso el de Cachorro.

Nuestra Galaxia es gigantesca, maravillosa, formidable. Nuestra Galaxia mide unos 100.000 años luz de diámetro y quizás unos 10.000 años luz de espesor.

El Sol que nos calienta y nos da vida, nuestro amado Sol, fuente de toda vida, está situado, a unos 3.000 años luz del centro, que lo coloca a un tercio de distancia entre el centro de la Galaxia y uno de sus extremos. Parece que está cerca del anillo interior de un brazo espiral y también de un grupo de estrellas muy débiles y lejanas y de otro grupo más cercano al centro.

Existen en el espacio infinito muchos miles y millones de Galaxias, se estima que en un espacio de 250.000.000 de años luz, existen alrededor de 2.000.000.000 de Galaxias, y aun a esta distancia tan tremenda no dan señales de terminar.

La situación de nuestro sistema solar, es, fuera de toda duda y sin exageración alguna, la misma de una célula sanguínea dentro del cuerpo humano.

En el Microscopio podemos verificar que un corpúsculo blanco se compone también de un núcleo o Sol, su citoplasma o esfera de influencia; y éste también está rodeado por todos los lados por millones de células semejantes o sistemas, formando el todo, un gran Ser cuya naturaleza sería, para la célula, difícilmente susceptible de concebirla.

La Vía Láctea es un organismo viviente que nació en la novena esfera del agua y del fuego.

Quienes suponen que las Galaxias, incluyendo a la Vía Láctea, tuvieron su origen en la explosión de algún átomo primitivo, están muy equivocados.

Existe una máxima esotérica que dice: "Tal como es Arriba es Abajo".

Si el origen de esta pequeña Galaxia Microcósmica llamada hombre tuvo su origen en la novena esfera, en el sexo, podemos deducir lógicamente sin temor a engañarnos, que el origen de nuestra Galaxia y de todas las Galaxias del infinito hay que buscarlo en la novena esfera, en el sexo.

El Templo de la Sabiduría se encuentra en la novena esfera, el Templo de la Sabiduría está situado entre el Phalo y él Útero.

Es a todas luces imposible experimentar la verdad sobre el origen de las Galaxias si no entramos a la novena esfera (Sexo).

El connubio sexual de la palabra en el amanecer de la vida, hace fecundas las aguas del Caos y nacen las Galaxias y nacen los mundos.

El fuego sexual del Kundalini siempre hace fecundo el vientre de la Gran Madre.

"En el Principio era el Verbo...

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Capítulo 3.- El Sistema Solar de Ors

En el Nirvana, el sentido aquel de familia, tribu, clan, ha desaparecido porque todos los seres se autoconsideran como miembros de una gran familia. La variedad es unidad.

Empero, a través de la observación y la experiencia, todos nosotros los hermanos hemos podido verificar que existe algo así como una semejanza de familia en cada uno de los grupos de Elohim o Prajapatis que gobiernan los distintos sistemas solares de esta Galaxia en que vivimos.

Ese sentido de asociación cósmica en cada grupo de Elohim hace de ellos algo así como familias inefables, divinas, sublimes.

La familia cósmica que gobierna al sistema solar de Ors, en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser, cuenta entre sus miembros más distinguidos a Gabriel, Raphael, Uriel, Michael, Samael, Zachariel y Orifiel.

Cada uno de estos hermanos mencionados es jefe de legiones angélicas, cada uno de estos hermanos tiene que trabajar intensamente en la Gran Obra del Padre.

Gabriel es el regente de la Luna, Raphael es el regente de Mercurio, Uriel gobierna a Venus, Michael es el Rey del Sol, Samael es el regente de Marte, Zachariel es el rector de Júpiter, y Orifiel rige los destinos del viejo Saturno, el anciano de los cielos.

En el centro de cada esfera, de cada planeta, se encuentra siempre el templo cósmico, el templo planetario, la morada del genio regente.

Todo maestro de la Logia Blanca puede visitar en cuerpo astral el templo-corazón del planeta Tierra. El genio de la Tierra es aquel Melquisedec de que habla la Biblia, Changam, el Rey del Mundo.

Se nos ha dicho que el genio de la Tierra tiene un cuerpo físico semejante al nuestro, pero eterno, inmortal. Algunos Lamas del Tíbet han tenido la gran dicha de conocer personalmente a Changam.

El genio de la Tierra vive en Agartha, el reino subterráneo, en compañía de los sobrevivientes iniciados de la Lemuria y Atlántida.

La raza de Agartha sólo aguarda que la raza Aria degenerada, que vive actualmente en la superficie de la Tierra, perezca con el fuego. Cuando todos nosotros, los perversos de esta raza, hayamos perecido, entonces ellos, los sobrevivientes de la Lemuria y Atlántida repoblarán la Tierra, y, mezclándose con algunos selectos sobrevivientes de nuestra actual raza Aria, originarán la futura sexta raza.

Dentro del interior de la Tierra existe una raza con cuerpos físicos lemures y atlantes. Estas razas poseen todos los inventos atómicos científicos de los tiempos antiguos.

El Rey del Mundo trabaja intensamente y está ayudado en su trabajo por los Coros, aquellos grandes Seres que gobiernan la vida y la muerte en todos los planos de conciencia cósmica.

La Tierra es un organismo viviente que gira alrededor del Sol. El genio planetario la mantiene firme en su marcha.

La Tierra es uno de los miembros de la gran familia cósmica del sistema Solar de Ors.

Todos los cuerpos siderales próximos a esta Tierra gobernada por Melquisedec, Rey del Fuego, forman parte de esta complicada familia.

El sistema Solar de Ors incluye dentro de su seno muchos variados objetos. Alrededor del Sol giran en órbita nueve planetas gobernados por seres inefables, treinta y un satélites conocidos, miles de asteroides, cometas y muchos millones de partículas meteóricas.

A pesar de su número y de la enorme masa cósmica que todos estos cuerpos representan, aunque parezca increíble, más del 99 por ciento de la materia del Sistema Solar de Ors está totalmente reconcentrada en el Sol.

Realmente el Astro Rey es el corazón del sistema solar de Ors. En el templo corazón del Sol, situado dentro del centro de la radiante esfera, viven y trabajan los siete Chohanes que dirigen los siete grandes rayos cósmicos.

Pocos son los seres humanos del planeta Tierra que pueden visitar en cuerpo astral el templo corazón del Sol.

Un tremendo y espantoso precipicio conduce al iniciado hasta el vestíbulo de la sabiduría.

Todo aquel que llega hasta el sagrado vestíbulo debe postrarse reverente ante el guardián del templo.

Un estrecho camino conducirá al visitante hasta el templo corazón donde moran terribles los siete Chohanes.

En el corazón del Sol palpita intensamente toda la vida del Sistema Solar de Ors.

La fuerza de gravitación del Sol mantiene dentro de sus órbitas mecánicas toda la familia solar.

Toda la mecánica del Sistema Solar de Ors marcha de acuerdo con la Gran Ley. Las órbitas concentradas en los planetas que giran danzando alrededor del Sol entre las grandes sinfonías del diapasón cósmico, están sabiamente relacionadas de acuerdo con la Ley de Bode.

Tomando el desarrollo geométrico 0, 3, 6, 12, 24, 48, 96, 192, y agregando 4 a cada número, logramos una serie que representa más o menos las distancias entre las órbitas planetarias y el Sol.

Mercurio, el señor de la ciencia, el mensajero de los dioses, se mueve alrededor del Sol con vertiginosa rapidez. Venus, el astro de la música, el amor y la belleza, en segundo lugar con relación al Sol, se mueve un poco más lento, y la Tierra, nuestra pobre Tierra afligida y mártir, que está en tercer lugar, se mueve bajo la sabia dirección de Changam o Melquisedec en forma todavía más lenta.

Nuestro querido Sistema Solar de Ors tiene como vecino al sistema solar llamado Baleooto.

El famoso cometa Solni, de cuando en cuando suele acercarse demasiado en forma peligrosa al resplandeciente Sol Baleooto. Entonces este último se ha visto obligado muchas veces a desarrollar una muy fuerte tensión eléctrica para poder mantener con firmeza su sendero cósmico habitual.

Esta tensión, como es muy natural y lógico, provoca idéntica tensión en todos los soles vecinos, entre los cuales se encuentra nuestro Sol llamado Ors.

Esta es la ley del “ Solioonensius” que afecta también a los planetas que giran alrededor de sus correspondientes soles.

La Tierra no puede ser una excepción a esta ley del Solioonensius. La terrible tensión eléctrica provoca revoluciones sangrientas y espantosas catástrofes.

Dos veces se manifestó el Solioonensius en el antiguo Egipto de los faraones. En la primera el pueblo en sangrienta revolución eligió nuevos gobernantes mediante sangre y muerte. A todos los gobernantes de la clase saliente les sacaron los ojos.

En la segunda manifestación de esta ley cósmica, el pueblo egipcio, enfurecido espantosamente, se levantó contra sus gobernantes y los mató atravesándoles el cuerpo a cada uno con un cable sagrado. Dicho cable fue luego lanzado al Nilo. Aquel cable parecía más bien un gigantesco collar macabro.

La revolución bolchevique fue también el resultado del Solioonensius. En el pasado, cada vez que se manifestó la ley del Solioonensius, hubo grandes catástrofes sociales.

Los hombres comprensivos aprovechan las leyes del Solioonensius para entrar por la senda de la realización íntima.

El Sistema Solar de Ors, visto desde lejos, parece un hombre caminando a través del inalterable infinito.

Recordemos que el momento de recepción de un ser comparable que mire hacia el Sol, es de ochenta años.

Los astrónomos aseguran que nuestro sistema solar de Ors se dirige hacia la estrella Vega a razón de veinte kilómetros por segundo.

El hecho concreto es que en ochenta años, dejando tras de sí el Sol toda la brillante radiación de su maravilloso sistema, avanza victorioso en el espacio sagrado aproximadamente 50.000.000.000 de Km. (Cincuenta mil millones de kilómetros).

La esfera de radiación, la banda de fuego, o el cuerpo largo y resplandeciente de nuestro sistema solar, en ochenta años, es una figura cinco veces más larga que ancha y hermosamente proporcionada como el cuerpo humano parado.

La atracción ejercida por el Sol rige todos los movimientos de la familia solar, y cuando más cerca están de él los distintos planetas, es claro que mayor tiene que ser la velocidad para contrarrestar enérgicamente la tremenda fuerza de acción solar.

Los planetas que componen la familia cósmica solar varían de tamaño entre sí, creciendo en general desde el más pequeño, el veloz Mercurio, el mensajero de los dioses, que está más cerca del centro, hasta el poderoso Júpiter Tonante, el padre de los dioses, a mitad de la distancia entre el centro y la circunferencia y luego disminuyendo otra vez hasta el planeta más externo conocido, Plutón, que es algo mayor que el veloz Mercurio.

Después de muchos años de observación y experiencia se ha podido verificar que cuanto más remotos los planetas, son, fuera de toda duda, más lentas sus velocidades alrededor del Cristo Sol. Realmente estas velocidades disminuyen desde los cincuenta kilómetros por segundo de Mercurio, hasta los cinco de Neptuno, el señor de la sabiduría oculta, el rey del mar.

El eje del Sistema Solar de Ors, es decir, el mismo Sol, hace su rotación alrededor de un centro magnético interestelar o chakra cósmico. Dicha rotación se realiza en un mes.

El veloz Mercurio, el mensajero celeste, realiza su rotación alrededor del astro rey en tres meses.

Venus realiza su danza alrededor del Sol en ocho meses. La Tierra hace su viaje alrededor del Sol en doce meses.

La danza maravillosa de Neptuno, el rey del mar, alrededor del Sol es de ciento sesenta y cuatro años.

La figura cósmica del Sistema Solar de Ors es extraordinariamente compleja y bella.

Los trozos planetarios convertidos en múltiples espirales de varias tensiones y diámetros, semejan una serie resplandeciente de cubiertas divinales que opacan el largo filamento caliente y blanco del Sol de Ors, cada una irradiando esplendorosamente con calor y brillo propios y característicos. El maravilloso conjunto combinado es como una red misteriosa y sublime de tela de araña, tejida espléndidamente con las múltiples trayectorias excéntricas de millares de asteroides y cometas de larga cabellera, resplandeciendo con alientos de fuego y retintineando con una música increíblemente sutil y armoniosa, basada totalmente en los tres compases del Mahavan y del Chotavan que sostienen el Universo firme en su marcha.

Realmente, el Sistema Solar de Ors es una criatura cósmica viviente que nació hace muchísimos millones de años en la novena esfera (el sexo).

Todos los hombres son semejantes en diseño y constitución. De igual modo sucede con todos los soles del espacio infinito.

Lo que distingue a los hombres unos de otros es su grado de conciencia. Lo que distingue a los soles es su grado de radiación.

Luz y conciencia son en el fondo un mismo fenómeno. Luz y conciencia obedecen las mismas leyes, creciendo o menguando exactamente en la misma forma.

En el Caos, en el esperma universal, se halla el diseño cósmico del hombre y de los soles.

El autodesarrollo del cosmos-hombre o del sistema solar, la iluminación e irradiación gradual de uno o del otro, es el grado de conciencia autogenerada de cualquier cosmos solar o de cualquier cosmos hombre. Depende totalmente del mismo ser individual.

Para que un hombre sea plenamente consciente de sí mismo, todas sus partes deben hacerse plenamente conscientes.

Para que un sol se haga plenamente radiante, todos sus planetas, sus órganos cósmicos, deben ser plenamente radiantes.

La tarea de todo universo y de todo ser, desde el gigantesco sol hasta la insignificante célula, es despertar conciencia.

El Sistema Solar de Ors se hará más resplandeciente conforme cada uno de sus mundos, conforme cada persona, cada célula viva, vaya despertando conciencia.

Todos los seres humanos del planeta Tierra tienen la conciencia dormida. Es imposible experimentar eso que es la Verdad mientras la conciencia esté totalmente dormida.

Existen cuatro estados de conciencia:

Primero.- Sueño durante el estado de vigilia.

Segundo.- Sueño durante aquellos momentos en que el cuerpo físico duerme.

Tercero.- Auto-conciencia.

Cuarto.- Conciencia objetiva despierta.

Normalmente las gentes viven en los dos primeros estados de conciencia. Las gentes no solamente sueñan cuando el cuerpo físico está en reposo, las gentes siguen soñando en el llamado estado de vigilia.

Muy raro es hallar algún ser humano consciente, pero las gentes creen firmemente que ya tienen la conciencia despierta.

Resulta imposible llegar al conocimiento objetivo mientras no se haya logrado la autoconciencia.

Las gentes viven soñando, trabajan soñando, y sin embargo creen equivocadamente que están despiertas.

Durante el sueño normal del cuerpo físico, el Ego, envuelto en su cuerpo de deseos, ambula por la región molecular como sonámbulo, soñando, y al volver al cuerpo físico, al regresar al estado de vigilia, los sueños continúan dentro del individuo.

Quien despierta conciencia ya no sueña, vive despierto en los mundos internos mientras su cuerpo físico duerme.

Conforme las gentes vayan despertando conciencia, el Sistema Solar de Ors se tornará más y más resplandeciente.

El Sistema Solar de Ors es el Adam Kadmon, el Hombre Celeste nacido del agua y del fuego en la novena esfera (el sexo).

El Sistema Solar de Ors, el Hombre Cósmico, necesita autodespertarse totalmente en la célula y en el hombre, para hacerse cada vez más y más resplandeciente.

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Capítulo 4.- Ciencia Atómica

El sistema solar de Ors, en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser, resulta siendo en el fondo una gran molécula que se desarrolla y desenvuelve dentro de ese organismo vibrante y espiraloide de la Vía Láctea.

Las distintas concepciones científicas sobre átomos son en el fondo exclusivamente provisionales. El fraccionamiento atómico de ninguna manera significa conocimiento absoluto sobre la estructura del átomo, o sobre el complejo mecanismo íntimo de moléculas, corpúsculos subatómicos y electrones.

La concepción saturniana de la estructura atómica es muy empírica. Toda opinión científica o supracientífica resulta siendo demasiado relativa e inestable.

Nosotros los gnósticos afirmamos enfáticamente que, además de los protones, electrones, neutrones, etc., existen muchos otros corpúsculos, todavía desconocidos para la ciencia oficial.

Dentro del núcleo atómico existe una formidable estructura absolutamente desconocida para la ciencia oficial.

Los científicos ya fraccionan el átomo para liberar energía nuclear, pero realmente nada saben sobre la íntima estructura intracorpuscular del electrón.

A la luz de la nueva cultura iniciada en el mundo por el Movimiento Gnóstico, podemos considerar al electrón como una primordial cristalización de eso que los indostaníes llaman Akasha, la materia prima de la Gran Obra, la sustancia única de la cual devienen por cristalizaciones encadenadas las múltiples sustancias, los distintos elementos de la Naturaleza.

El electrón es, fuera de toda duda, una cristalización primordial extraordinaria de carácter supraatómico.

Todo átomo, todo electrón, tiene su origen en el seno viviente del Akasha puro, la sustancia primordial, el Mulaprakriti de los indostaníes, el Caos, las aguas seminales universales del Génesis, el eterno femenino simbolizado por todas las deidades femeninas de las antiguas religiones, la Gran Madre, Isis, Adonía, Insoberta, Rea, Cibeles, Vesta, María, Tonantzín, etc.

Esta sustancia primordial, este Akasha, esta materia prima de la Gran Obra es, fuera de toda duda, la Madre Divina, Isis, la virgen adorable de todas las religiones antiguas, siempre llena de gracia.

El Padre, el Primer Logos, depositó en ella toda la gracia de su sabiduría. El Hijo, el Segundo Logos, depositó en ella toda la gracia de su amor. El Espíritu Santo, el Tercer Logos, depositó en ella toda la gracia de su poder ígneo.

Realmente en el Universo sólo existe una sola sustancia básica que, cuando cristaliza, recibe el nombre de ‘Materia’ y, cuando no cristaliza, cuando permanece en su estado fundamental, recibe el nombre de ‘Espíritu Universal de Vida’.

Ella inicia sus procesos de condensación o cristalización cuando el Tercer Logos, mediante el connubio sexual de la palabra, la hace fecunda con el fuego flamígero.

Ella permanece en su estado insípido, insustancial, inodoro, durante la noche cósmica, durante el gran pralaya, cuando el universo que existió, ya no existe.

Cuando el fuego la hace fecunda, el Cristo Cósmico, el Segundo Logos, penetra en su vientre, el gran vientre, y nace de ella y en ella para crucificarse en los mundos. Por ello siempre se la representa con el niño en sus brazos. Es Isis con el niño Horus en sus brazos, es María con el niño Dios en sus brazos, etc.

En el vientre fecundo de la Gran Madre se originan, bajo el impulso del Tercer Logos, muchos campos de fuerza en donde las ondas de lo que podemos llamar premateria condensan en corpúsculos.

Nada saben los científicos modernos sobre el misterio del núcleo atómico, que se considera formado por protones y neutrones, nada preciso saben sobre las fuerzas nucleares.

Todo el material planetario está científicamente constituido por átomos maravillosos. Fuera de toda duda, éstos son las partículas más pequeñas de los elementos.

Todo átomo es un verdadero universo en miniatura. Todo átomo es un trío de materia, energía y conciencia.

El átomo está constituido por un núcleo o sol muy radiante cargado positivamente de electricidad, alrededor del cual giran danzando felices los electrones planetarios infinitesimales, cargados negativamente.

El núcleo atómico es semejante en todos los materiales, como es también el electrón, variando entre sí los elementos únicamente por el número de los electrones supeditados al núcleo, y por variaciones correspondientes a su carga.

El átomo es todo un sistema solar en miniatura. Exactamente lo que el Sol es al sistema solar y el huevo fecundado al cuerpo humano, es el núcleo atómico con respecto a todo el universo atómico.

Se nos ha dicho que el diámetro del núcleo atómico puede ser de un diez milésimo de todo el átomo.

Y como Júpiter en el Sol, se nos dice que sus electrones pueden medir un décimo de diámetro de su núcleo. De modo que en su escala propia circulan en una inmensidad de espacio tan gigantesco y profundo como el que abarca en su totalidad el planeta Tierra y los otros planetas del Sistema Solar de Ors.

La Naturaleza tiene muchos elementos, y éstos se catalogan ahora merced al número de electrones desde el 1 hasta el 96. El hidrógeno, con un electrón, tiene número atómico 1; el helio con dos electrones, 2; etc., con dos excepciones únicamente. Los elementos desarrollados entre el vientre de la Gran Madre, resultan siendo en el fondo distintas cristalizaciones de la sustancia primordial.

Existen en la Naturaleza siete categorías fundamentales de densidad entre los variados elementos.

Cada elemento es atraído sexualmente por aquél que posee el número complementario de electrones, del modo maravilloso como el sodio, con un electrón sobrante, se inclina sexualmente por el cloro, al que falta uno, para formar sal.

Aquí tenemos al sexo... Aquí tenemos al macho y a la hembra de los elementos de la Naturaleza uniéndose sexualmente.

El metal positivo es impelido irresistiblemente a combinarse sexualmente con el metaloide negativo, en proporción exacta a su contraste. Este es un paralelismo platónico extraordinario de las almas gemelas, que buscan su mitad complementaria de la que fueron separadas en la primera creación.

El elemento activo en el Sol Cristo es fuera de toda duda el hidrógeno en cantidad infinita.

El átomo del hidrógeno posee un solo electrón que gira alrededor de su núcleo básico.

El átomo del hidrógeno se encuentra en la frontera entre la materia en estado molecular y la materia en estado electrónico. El siguiente estado de sutilización del hidrógeno corresponde a los electrones libres, luz, ondas magnéticas, estado espiritual.

Para crear un átomo de helio y dos rayos de sol se necesita consumir cuatro átomos de hidrógeno.

La energía sexual del Tercer Logos fluye avasalladoramente desde el centro de todo átomo y de toda galaxia y de todo sistema solar, uniendo polos opuestos para nuevas creaciones.

Los átomos del hidrógeno se complementan con los átomos de carbono para iniciar el desarrollo de la luz.

Los átomos masculinos del hidrógeno con un sólo electrón bombardean a los átomos femeninos del carbono, de seis electrones, para originar los átomos de nitrógeno con siete electrones.

Los átomos del nitrógeno, al unirse sexualmente con nuevos átomos de hidrógeno, se convierten en átomos de oxígeno ligero. Cuando un átomo de oxígeno ligero se halla en plenitud, se escapa de él un electrón libre y cierta cantidad de energía radiante.

Después de esto, el resultado es un átomo pesado de nitrógeno que es nuevamente bombardeado sexualmente por hidrógeno. Sin embargo, esta vez se obtiene un resultado diferente. El propio átomo de hidrógeno captura uno de los electrones del nitrógeno para formar un átomo de helio con dos electrones, en tanto que el átomo de siete electrones del nitrógeno, se reduce al átomo de seis electrones del carbono con el que empezamos, porque el fin es siempre igual al principio más la experiencia del ciclo. Esa es la ley.

Así se cierra este ciclo sexual del carbono. La luz solar se gesta sexualmente en la novena esfera (el sexo).

La gran luz solar es el resultado químico y matemático de los distintos procesos sexuales atómicos del carbono.

Los átomos del hidrógeno vienen a constituir un puente entre el espíritu universal de vida y la materia de diferentes densidades.

El fraccionamiento del átomo, las explosiones nucleares, liberan materia abismal sumergida, nuevos elementos atómicos terriblemente malignos: Neptunio (93), Plutonio (94), Americio (95) y Curio (96).

Este tipo infernal de sustancias atómicas terriblemente malignas se escapan del abismo con las explosiones atómicas, y atraen a la superficie de la Tierra y a la mentalidad de las gentes ciertas características psicológicas espantosamente monstruosas.

La desintegración del átomo es una blasfemia, una locura científica que no solamente trae daños físicos a este afligido mundo, sino también monstruosidades psíquicas mentales, abominaciones espantosas de tipo infrainfernal, etc.

Si el ser humano estudiara mejor la energía solar y la aprendiera a usar inteligentemente, el combustible líquido sería eliminado y la conquista del espacio sería un hecho, a condición de una conducta recta.

Donde alcance a llegar un rayo de luz solar alcanza a llegar el hombre.

La energía solar es millones de veces más potente que la energía atómica.

Esta gran molécula, este Sistema Solar de Ors, funciona maravillosamente gracias al terrible potencial de la energía solar.

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Capítulo 5.- La Novena Esfera

La Tierra es un organismo maravilloso lleno de intensa vitalidad cósmica. En la superficie de la Tierra existen rocas formidables donde habitan dichosos los gnomos, tierra y arena.

El interior del organismo planetario es desconocido para la ciencia oficial. Realmente es muy poco lo que los científicos saben sobre el interior de nuestro mundo.

Se dice que la temperatura va aumentando progresivamente de acuerdo con la profundidad, en proporción de 1° C.

Las ondas producidas por los terremotos dentro del interior del organismo planetario, se comportan como si penetrasen en el elemento líquido, pero como si atravesaran un sólido cuando se propagan más cerca de la superficie.

La capa de la superficie parece ser una corteza de cincuenta a sesenta kilómetros de profundidad. Sobre esta corteza maravillosa se encuentran los minerales, suelos, arena y agua.

Debajo de esta formidable corteza, sobre la cual se ha desarrollado toda la historia de la humanidad, existe otra capa de 3.500 metros de espesor, compuesta de magnesio, oxígeno y silicio combinados en otra forma de roca sólida.

Nada por ahora pueden saber los científicos sobre el núcleo de la Tierra. Ellos tan sólo opinan que su densidad y temperatura son muy elevadas y que aproximadamente mide 6.500 kilómetros de radio.

Desde el punto de vista esotérico, la Tierra tiene nueve estratos, y en el noveno se halla el símbolo del infinito.

Es necesario saber que el símbolo sagrado del infinito se encuentra en el corazón de la Tierra, en su núcleo viviente, y tiene forma de un ocho colocado en forma horizontal.

En el Santo Ocho, en el símbolo del infinito, se halla colocado simbólicamente el cerebro, corazón y sexo del genio de la Tierra.

Los dos círculos opuestos del Santo Ocho, representan el cerebro y el sexo. El centro del Santo Ocho es la sede simbólica del corazón.

La lucha es terrible. Cerebro contra sexo, sexo contra cerebro y lo que es más terrible y lo que es más amargo, es aquello de corazón contra corazón.

Todos los seres organizados que viven sobre la superficie de la Tierra están estructurados de acuerdo con este símbolo.

En el centro del Santo Ocho existe un átomo central, en el cual gravitan las doce esferas de vibración cósmica entre las cuales debe desarrollarse una humanidad solar.

Nueve meses permanece el feto dentro del vientre materno y nueve edades son necesarias para que nazca la humanidad planetaria.

La novena esfera es el sexo. En la novena esfera se encuentran el fuego y el agua, origen de mundos, bestias, hombres y dioses. Toda auténtica iniciación blanca comienza por allí.

En la novena esfera se halla la fragua encendida de Vulcano. Allí baja Marte para retemplar su espada y conquistar el corazón de Venus, Hermes para limpiar los establos de Augías y Perseo para cortar la cabeza de la Medusa con su espada flamígera.

Desde los antiguos tiempos, el descenso a la novena esfera fue prueba máxima para la suprema dignidad del hierofante: Buddha, Hermes, Jesús, Krishna, Dante, Zoroastro, Quetzalcoatl, Mahoma, Moisés, etc.

El símbolo del infinito es un símbolo esotérico que sólo se puede conocer a través del esoterismo.

Los grandes iniciados dicen que este símbolo está elaborado en oro puro, y que se encuentra exactamente en el centro de la Tierra, en la novena esfera.

Realmente dentro de la Tierra viviente existen los mayores esplendores y las tinieblas más espesas.

Tenemos que comprender los tres aspectos del interior, de la Tierra:

Primer aspecto: minerales, agua, fuego, etc.

Segundo aspecto: zona esotérica ultra-violeta.

Tercer aspecto: zona infrarroja tenebrosa.

Las capas subterráneas de la Tierra representan el reino de los minerales (la litosfera) y el reino de los metales (la barisfera), que envuelven un corazón de increíble densidad e inercia.

En dimensiones de espacio superior, dentro del organismo planetario, existen nueve esferas concéntricas superiores, a modo de sublimes regiones inefables, pobladas por criaturas elementales, maestros, devas, etc.

En dimensiones de espacio inferior, sumergido, infrarrojo, existen a modo de esferas concéntricas los mundos infiernos, de densidad creciente, que conducían según el Dante:

"Hacia el medio, en cuyo punto únense todas las sustancias pesadas... Ese punto, al cual de todas partes es arrastrada toda sustancia pesada".

Este es el centro del corazón de la Tierra, donde se encuentra el máximun de densidad y gravedad, el asiento fundamental de Satán, el infierno.

Donde la luz brilla más clara, allí también las tinieblas son más espesas, esa es la ley de las analogías de los contrarios.

En el centro del corazón de la Tierra está la silla de Satán y el templo del genio de la Tierra, el símbolo del infinito y los ángeles y los demonios en eterna batalla.

El núcleo de la Tierra tiene en sí mismo tres aspectos. Primero: físico. Segundo: regiones del ultravioleta. Tercero: regiones del infrarrojo.

La Novena Esfera (el sexo), en el centro de la Tierra y en el hombre, es el campo de batalla entre los poderes de la luz y los poderes de las tinieblas.

La clave secreta que nos permite entrar a la novena esfera es el Arcano A.Z.F., el Sahaja Maithuna.

Recordemos que los símbolos de Shiva, el Tercer Logos, son siempre el lingam negro embutido en el yoni.

Lo importante es no eyacular el Ens Seminis durante el trance sexual, porque dentro del Ens Seminis se encuentra todo el Ens Virtutis del fuego.

El Arcano A.Z.F. es la llave que nos permite abrir la novena puerta.

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Capítulo 6.- La Energía Sexual

El sexo tiene un ciclo de 84 años y está gobernado por el planeta Urano. Los polos norte y sur del planeta Urano en forma cíclica se alternan apuntando hacia el Sol.

Dichos polos son los factores determinantes del ciclo maravilloso de los 84 años en la humana especie.

Si el polo positivo masculino de Urano apunta hacia el Sol, predomina sobre la Tierra el impulso sexual masculino.

Si el polo negativo femenino de Urano apunta hacia el Sol, predomina sobre la Tierra el impulso sexual femenino.

Durante 42 años tiene predominio el sexo masculino, durante 42 años reina soberano el sexo femenino.

La historia de la piratería, la edad de Isabel del despliegue masculino, aventuras caballerescas, representan claramente el ciclo sexual masculino.

Este año 1965 en que las mujeres se desnudan, predominan, mandan..., acusa, señala claramente el ciclo sexual femenino.

El hombre o la mujer de edad madura viven de hecho en la atmósfera sexual opuesta a la de nacimiento. Semejante atmósfera es de hecho totalmente estimulante, esto explica con entera exactitud por qué los sentimientos sexuales son muy a menudo más vigorosos y ricos a los cuarenta que a los treinta.

El sexo en sí mismo debería ser la función creadora más elevada. Desgraciadamente reina soberana la ignorancia y la humanidad dista mucho de comprender los grandes misterios del sexo.

Si estudiamos el libro de los cielos, el zodíaco maravilloso, podemos comprender que la nueva Era de Acuario está gobernada por el signo zodiacal de Acuarius, el aguador.

El símbolo de Acuarius es una mujer con dos cántaros llenos de agua. Trata de mezclar inteligentemente las aguas de los dos cántaros.

Este símbolo viene a recordarnos la alquimia sexual. Si en Piscis el hombre sólo fue esclavo en el instinto sexual simbolizado por los dos peces entre las aguas de la vida, en Acuarius el hombre debe aprender a combinar inteligentemente las aguas de la existencia, debe aprender a transmutar fuerzas sexuales.

Acuarius está gobernado por Urano, el planeta que gobierna las funciones sexuales.

Resulta incongruente y absurdo que algunos individuos aislados y ciertas escuelas de tipo pseudoesotérico rechacen el Maithuna (la magia sexual), y sin embargo tengan la pretensión de estar dizque iniciando la Nueva Era.

Urano es sexual ciento por ciento, y en la nueva Era gobernada por este planeta, el ser humano debe conocer a fondo los misterios del sexo.

Rechazar el Maithuna (magia sexual) significa de hecho pronunciarse contra el signo de Acuarius, gobernado por Urano, rey del sexo.

Debe recordarse que la energía más sutil, más poderosa, más fina que se produce y conduce maravillosamente a través del organismo humano es la energía sexual.

Analizando muy a fondo el poder sorprendente de la energía sexual, llegamos a la conclusión de que es extraordinariamente volátil y muy difícil de almacenar y controlar.

La energía sexual es como un depósito de dinamita. Su presencia significa una fuente formidable de tremenda potencialidad, y también un peligro constante de explosión catastrófica.

La energía sexual tiene sus propios canales de circulación, su propio sistema eléctrico organizado.

Cuando la energía sexual se infiltra en el mecanismo de otras funciones puede entonces producir grandes explosiones, tremendas catástrofes biológicas, fisiológicas y psíquicas.

Las manifestaciones de tipo violento y destructivo de la energía sexual se derivan de ciertas actitudes psicológicas negativas hacia el sexo en general.

La sospecha, el miedo al sexo, los prejuicios sexuales, el sentido cínico, brutal u obsceno del sexo, etc., obstruyen los canales por donde circula la energía sexual y entonces ésta se desvía infiltrándose dentro de otros canales, sistemas y funciones, donde produce catástrofes espantosas.

El aspecto de tales catástrofes suele ser multifacético. A veces tiene aspectos de fuego que flamea con la ira apasionada, otras veces la amargura de la réplica nociva, palabras que hieren, violentas denuncias, etc.

Todo esto y millares de asqueantes asuntos de la humana especie, se deben precisamente a la infiltración de la energía sexual dentro de canales y funciones diferentes.

Las personas que malgastan la energía sexual en conversaciones morbosas de tipo sexual, o viendo películas pornográficas, o leyendo novelas deshonestas, se vuelven impotentes.

Las personas que gastan el tiempo miserablemente razonando sobre el acto sexual sin cumplir con sus funciones sexuales, se vuelven impotentes. Cuando realmente, fuera de todo razonamiento, van a efectuar el acto sexual, no pueden, fracasan.

La imaginación y la razón mal usadas pueden conducirnos a la impotencia de tipo psicosexual.

La imaginación morbosa, el mal uso de la imaginación acaba con la energía sexual, y cuando el individuo va a realizar el acto, fracasa, está impotente.

El excesivo razonamiento sobre el sexo conduce a la impotencia. Aquél que sólo vive analizando el acto sexual sin realizarlo, cuando ya va a realizarlo de verdad, tiene que pasar por la tremenda sorpresa de que no puede, está impotente.

Al llegar a esta parte del presente capítulo, nuestros lectores no deben espantarse. Estudiar los misterios del sexo es urgente, pero abusar del razonamiento sexual excluyendo el acto sexual por larguísimo tiempo indefinido, produce impotencia psicosexual.

Existe la subimaginación y la infraimaginación. Cualquier persona puede, si así lo desea, contemplar con pureza a otra persona del sexo opuesto, pero la subimaginación y la infraimaginación pueden traicionarnos en los niveles sumergidos de la mente y conducirnos al coito en otros estados de conciencia. El resultado suelen ser las poluciones nocturnas con abundante pérdida del licor seminal.

Constantemente llegan a esta Sede Patriarcal del Movimiento Gnóstico, en la ciudad de México, muchas cartas de personas que se quejan de tener sueños eróticos, acompañados de poluciones nocturnas.

Nosotros siempre contestamos aconsejando a esas personas el Maithuna, la Magia Sexual, A.Z.F. (unión sexual sin eyaculación del semen) como único remedio contra las poluciones nocturnas.

Es claro que con el Maithuna diario, el ser humano se acostumbra a refrenar el acto sexual para no derramar el semen. El resultado es que el sujeto se acostumbra tanto a este superesfuerzo que, cuando en sueños realiza el acto, entonces ya por costumbre, por instinto, refrena para evitar el derrame del licor seminal. Entonces la polución no se produce.

El sexo y la imaginación se hallan íntimamente asociados. Es imposible llegar a la castidad absoluta si no transformamos la imaginación en un espejo puro y sin la más mínima mancha.

Es urgente transformar a la subimaginación mecanicista y morbosa y a la infraimaginación automática y lujuriosa en imaginación de niño recién nacido.

Este tipo de transformación sólo es posible con una ayuda especial de la divina madre Kundalini, la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes.

Es necesario saber orar, saber rogar a la divina serpiente, pidiéndole el milagro de transformar la imaginación subjetiva y mecánica en imaginación de niño recién nacido.

Sólo ella, la Madre Divina, la serpiente sagrada, puede transformar la subimaginación morbosa y la infraimaginación bestial, en imaginación inocente de niño recién nacido.

Un niño pequeño puede contemplar a una bella mujer desnuda en forma pura y perfecta, sin sentir la más mínima lujuria. Realmente hasta no ser como niño inocente, resulta imposible entrar en el reino del esoterismo.

En el mundo físico algunas personas han logrado la perfecta castidad, y pueden darse el lujo de contemplar el cuerpo desnudo de otra persona de sexo opuesto sin sentir lujuria de ninguna especie.

Es claro que tales personas excepcionales creen haber llegado a la castidad absoluta en los otros territorios subconscientes de la mente, sin sospechar ni siquiera remotamente que la subimaginación y la infraimaginación subjetiva y mecanicista los traicionan por debajo de los límites de la esfera intelectual.

Ese tipo de personas excepcionales pueden tener imaginación pura, pero ignoran que la subimaginación y la infraimaginación resultan siendo espantosamente fornicarias en terrenos desconocidos para su razón y para su intelecto.

Cuando esa clase de gentes son sometidas a pruebas de castidad en los mundos superiores o en los mundos sumergidos de la naturaleza, cuando se los coloca en estados situacionales y tiempos diferentes de tipo infraconsciente o subconsciente, fracasan lamentablemente.

Muchas personas nos escriben pidiendo remedio para las poluciones nocturnas. Nosotros siempre les contestamos a esos enfermos recetándoles la Magia Sexual, el Maithuna.

Quienes acostumbran a refrenar el acto sexual para no eyacular el licor seminal se curan de las poluciones nocturnas.

Los sueños morbosos, lujuriosos, se deben a la subimaginación mecánica y a la infraimaginación de tipo erótico y automático.

Si ponemos en marcha el mecanismo de una pantalla de televisión, se suceden entonces en forma automática muchas escenas, cuadros, figuras, ante los ojos del espectador.

La imaginación es como una pantalla de televisión. Cualquier shock sexual la pone en marcha, no solamente en la esfera intelectual, sino también en los otros territorios sumergidos de la mente.

Cualquier soñador en los mundos internos puede ser afectado por representaciones de tipo morboso. Dichas representaciones producen sueños eróticos y poluciones nocturnas.

Si el soñador está acostumbrado a refrenar el acto sexual, existirá en este caso el sueño erótico, pero no las poluciones nocturnas.

Si el soñador ha transformado la subimaginación y la infraimaginación en imaginación de niño inocente, entonces resultan imposibles los sueños eróticos, desaparecen éstos en forma radical, total y definitiva.

Si cualquier estudiante Esoterista fuese sometido a espantosas pruebas sexuales en los mundos internos, sin haber pasado primero por larguísimos períodos de magia sexual diaria, es claro que fracasaría lamentablemente, perdiendo su licor seminal en poluciones nocturnas.

Sin la Magia Sexual, sin el Maithuna, A.Z.F., es imposible avanzar en la senda iniciática.

Cuando la energía sexual es centrífuga, cuando fluye de adentro hacia afuera, el resultado son las descargas seminales, las poluciones nocturnas.

Con el Maithuna, arcano A.Z.F., Magia Sexual, las distintas corrientes de energía sexual invierten su curso, se tornan centrípetas, fluyen entonces de afuera hacia adentro.

Las descargas seminales, las poluciones nocturnas, se hacen totalmente imposibles cuando la energía sexual fluye de lo exterior hacia el interior.

La energía sexual contiene dentro de sí misma, en un nivel molecular superior, el sello universal o el diseño cósmico del hombre verdadero. Este diseño podemos hacerlo cristalizar en cada uno de nosotros mediante la Magia Sexual.

Quien quiera autorrealizarse a fondo debe bajar a la Novena Esfera y trabajar con el fuego y el agua, origen de mundos, bestias, hombres y dioses. Toda auténtica iniciación blanca comienza por allí.

Existe intima relación entre la energía sexual y la imaginación. La energía sexual es el fundamento básico de la autorrealización íntima.

Los iniciados que recorren la senda del filo de la navaja son sometidos a muchas pruebas sexuales en los mundos infraconscientes, inconscientes, humanos, subhumanos, infrahumanos.

Si el iniciado no transforma la subimaginación morbosa y la infraimaginación mecánica y erótica en imaginación de niño recién nacido, inocente, es claro que fracasará inevitablemente en todas las pruebas sexuales.

Es necesario saber que los iniciados son colocados en los mundos internos en otros tiempos, lugares, situaciones y estados de conciencia subhumanos, infrahumanos, diferentes, distintos, diversos, donde ni remotamente recuerdan sus estudios, el camino, etc.

Ahora comprenderán nuestros lectores la urgente necesidad de transformar a la subimaginación y a la infraimaginación en imaginación consciente, objetiva y pura, como la del niño recién nacido.

Ahora comprenderán nuestros lectores la íntima relación existente entre sexo e imaginación.

La energía sexual puede convertir al hombre en un ángel o en una bestia.

En el mundo occidental existen muchas gentes que odian mortalmente la Magia Sexual. Esas personas justifican su odio absurdo con muchos pretextos. Dicen que el Maithuna, Magia Sexual "dizque" es sólo para los orientales y que nosotros, los occidentales, no estamos preparados. Afirman tales gentes que con esta enseñanza de sexo-yoga lo único que puede resultar es una cosecha de magos negros.

Lo interesante de todo esto es que tales personas de tipo reaccionario, conservador, regresivo y retardatario, no dicen una sola palabra contra la fornicación, contra el adulterio, contra la prostitución, contra el homosexualismo, pedrerismo, masturbación, etc., etc. Todo esto les parece de lo más normal y no tienen inconveniente alguno en malgastar miserablemente la energía sexual.

Los ignorantes fornicarios del pseudocultismo reaccionario desconocen totalmente la doctrina secreta del Salvador del Mundo, el esoterismo cristiano.

La reacción pseudoesotérica y pseudoocultista ignora que las primitivas sectas gnósticas cristianas practicaban el Maithuna, la Magia Sexual. El Maithuna se enseñó siempre en todas las antiguas escuelas de misterios occidentales. El Maithuna se conoció entre los misterios de los templarios; entre los misterios de los aztecas, mayas, incas, chibchas, zapotecas, araucanos, toltecas, misterios de Eleusis, misterios de Roma, Mitra, Cartago, Tiro, misterios celtas, fenicios, egipcios, druidas y en todas las sectas cristianas primitivas, tales como la secta de los esenios, que tenían su convento a orillas del Mar Muerto y uno de cuyos miembros más exaltado fue el Divino Rabí de Galilea.

El Maithuna, la Magia Sexual, es universal. Se conoce en los misterios del Norte y del Sur, del Este y del Oeste del mundo, pero la rechazan violentamente los pseudo ocultistas reaccionarios, fornicarios y regresivos.

La piedra fundamental de las auténticas y legítimas escuelas de misterios es el Maithuna, Arcano A.Z.F., Magia Sexual.

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Capítulo 7.- La Atracción de los Opuestos

La energía sexual del Tercer Logos armoniza en forma espléndida todas las funciones del organismo humano.

La energía sexual no solamente es perfecta en sí misma, sino que además quiere la perfección en todo lo existente.

La energía sexual produce acuerdo y concordancia entre todas y cada una de las funciones específicas del organismo humano.

La energía sexual trabaja en el laboratorio maravilloso del organismo humano, con el propósito de darle a éste su más alta potencialidad y armonía.

La energía creadora del Tercer Logos procura siempre completar en forma perfecta cada una de las maravillosas funciones fisiológicas, psicosomáticas y espirituales del ser humano.

La energía creadora del Tercer Logos complementa, corrige deficiencias y hace obra completa.

Si consideramos al hombre en sí mismo como medio ser y a la mujer como su otra mitad, llegamos entonces por deducción lógica a la atracción amorosa de los opuestos.

Las almas andan sedientas de amor buscando siempre su otra mitad, el alma gemela de la que fueron separadas desde la aurora de la creación.

Siempre necesitamos en el camino de la vida de otro ser que pueda llenarnos, que pueda suplir con entera exactitud lo que nos hace falta, no solamente en lo fisiológico, sino también en lo psicosomático y espiritual.

Cada una de nuestras funciones físicas y psíquicas necesita un complemento muy humano, esa es una necesidad natural de todo ser viviente.

La mutua combinación de elementos de la Naturaleza, las bodas químicas, la combinación sexual de elementos opuestos para lograr un todo perfecto, constituyen el fundamento vivo de todo lo que es, de todo lo que ha sido y de todo lo que será.

Está demostrado que los elementos químicos se atraen y combinan amorosamente de acuerdo con el número complementario de electrones.

Todo hombre de ciencia química sabe muy bien mediante la observación y la experiencia que, estando constituida la cubierta perfecta por un número de electrones, el sodio con un electrón sobrante se une sexualmente al cloro, al que falta un electrón.

Lo asombroso de todo esto, lo maravilloso, es que el sodio con su electrón extra jamás en la vida podría combinarse con otros álcalis compuestos de modo análogo.

En el fondo de todas esas maravillas, de todos esos prodigios del amor, encontramos el matrimonio de los elementos y la piedra fundamental sobre la que descansa toda química.

Sin exageración alguna podemos afirmar que este mismo principio de la atracción sexual de los opuestos es aplicable siempre, sin excepción alguna, a la atracción y matrimonio de hombres y mujeres.

Cada función orgánica y psíquica quiere siempre complementarse, y el sentido de indiferencia, atracción o repulsión entre hombre y mujer es el resultado exacto de un cálculo sutil extraordinariamente veloz realizado silenciosamente.

El sentido sexual, más rápido que el pensamiento, hace cálculos que asombran, y sabe con precisión matemática si la persona de sexo opuesto que tenemos enfrente puede contener todos los factores de reciprocidad necesarios para complementarnos.

Dentro del organismo humano las diferentes glándulas y sus sistemas y funciones dependientes actúan por pares, unas controlando los aspectos masculinos, otras controlando las funciones femeninas.

Existe un maravilloso intercambio de sustancias químicas entre las glándulas masculinas y femeninas.

El doble aspecto masculino-femenino de la glándula pituitaria es algo que asombra.

Todo hombre de ciencia sabe muy bien que el lóbulo anterior de la pituitaria es masculino y que el posterior es femenino.

Dentro del organismo humano las glándulas masculinas y femeninas coordinan en forma armoniosa todas las funciones biológicas.

Venus y Marte controlan las glándulas pituitaria y pineal. Mientras Venus en la pituitaria quiere dormir, Marte en la pineal quiere seguir luchando.

En el cuello vuelve a repetirse esta misma lucha entre Venus y Marte. Venus controla la tiroides y Marte la paratiroides.

La corteza y la médula de las suprarrenales representan siempre contrapartes masculinas y femeninas que conducen a la lucha o a la evasiva.

Esta unión de elementos sexuales masculino-femeninos en cada una de las glándulas del organismo humano está sabiamente simbolizada en las imágenes del tantrismo tibetano, donde cada dios aparece acompañado de una diosa o Shakti femenina.

Las tragedias del mundo son terribles y cada hombre y cada mujer, desde los catorce años de vida, anda buscando su complemento sexual.

Un varón cualquiera puede encontrar en alguna mujer su complemento para determinada función específica, pero puede darse el caso de que sólo con otra mujer encuentre el complemento para su centro de gravedad fundamental.

La mujer en esto no es una excepción y ahora nos explicamos mejor la causa trágica sexual de los famosos triángulos, que siempre terminan con el divorcio o con balazos.

Sólo con la virtud, sólo cumpliendo con el mandamiento cristiano de no adulterar, dejan de existir los triángulos fatales.

Lo ideal en el amor es encontrar a la otra mitad, la otra media naranja, el alma gemela.

Sólo el complemento total y perfecto puede darnos felicidad inagotable. Desgraciadamente es mucho pedir, nosotros no merecemos tanto, todos nosotros estamos llenos de karma.

En el terreno de la vida conyugal hemos podido verificar que a veces conduce el hombre y otras veces la mujer.

En todos los hogares hay uno que conduce y otro que es conducido, no se confunda esto con aquello de mandar y ser mandado.

Hablando astrológicamente diremos que Venus debe conducir a la Luna, Mercurio a Venus, Saturno a Mercurio, Marte a Saturno, Júpiter a Marte, la Luna a Júpiter.

Es claro que para esto se necesita saber cuál es la estrella que guía nuestra vida.

Estas sabias combinaciones de tipo astrológico, tal como aquí las damos, significan mutua atracción y perfecto complemento sexual.

Cualquier otro tipo de uniones sexuales fuera de este orden resulta absurdo y hasta ilegítimo, porque viola la naturaleza sexual de los interesados, dejándoles profundas heridas psíquicas, muy difíciles de cicatrizar.

El hombre mercurial que adora a la bella venusina por el amor y dulzura que ella irradia, puede sacarla de su romántica pereza y darle la ligereza mercurial que ella necesita.

La mujer jupiteriana locamente enamorada del hombre marciano, puede extinguirle su violencia y encauzar su energía en forma edificante.

La atracción de los contrarios tiene su origen en un modelo cósmico divinal, inefable.

El tipo lunar tiende siempre a moverse hacia el venusino, el tipo venusino se mueve hacia el mercurial, el tipo mercurial se mueve hacia el saturnino, el tipo saturnino se mueve hacia el marcial, el tipo marcial se mueve hacia el jupiteriano y el tipo jupiteriano da vuelta hacia el lunar.

Sobre esta base de combinaciones cósmicas maravillosas, pueden combinarse los tipos humanos para establecer sobre la faz de la Tierra el Matrimonio Perfecto.

Las parejas gnósticas trabajando intensamente en la Fragua Encendida de Vulcano, dentro de la Novena Esfera (el sexo), pueden mediante el Maithuna (magia sexual) ganar lo que no puede ganar el enemigo del sexo, aunque se declare vegetariano y se torture durante toda la vida llevando vida de ermitaño.

En el sexo se encuentra la mayor fuerza que puede liberar o esclavizar al hombre.

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Capítulo 8.- El Hidrogeno Sexual Si-12

Es urgente saber que en el Universo existen doce hidrógenos básicos fundamentales.

Los doce hidrógenos básicos están escalonados de acuerdo con las doce categorías de materia.

Las doce categorías de materia existen en todo lo creado. Recordemos las doce sales del zodíaco, las doce esferas de vibración cósmica dentro de las cuales debe desenvolverse una humanidad solar.

De los doce hidrógenos básicos se derivan todos los hidrógenos secundarios cuyas variadas densidades van desde el 6 hasta el 12,283.

El término hidrógeno tiene en gnosticismo un significado muy extenso. Cualquier elemento simple es realmente un hidrógeno de cierta densidad.

El hidrógeno 384 se encuentra en el agua, el 192 en el aire, el 96 está depositado sabiamente en el magnetismo animal, emanaciones del cuerpo humano, rayos X, hormonas, vitaminas, etc., etc., etc.

Ya los hermanos de la gnosis están muy familiarizados con los hidrógenos 48-24-12-6, debido a que los hemos estudiado en nuestros pasados Mensajes de Navidad.

El hidrogeno 48 corresponde al Cloro (Cl), peso atómico 35. El hidrógeno 24 corresponde a la fluorina (Fl), peso atómico 19. El hidrógeno [12] corresponde al hidrógeno de química, peso atómico 1.

El carbono, el nitrógeno y el oxígeno tienen los pesos atómicos de 12, 14 y 16. El hidrógeno 96 corresponde al bromo, peso atómico 80. El hidrógeno 192 corresponde al yodo, peso atómico 127.

Este interesantísimo tema de los hidrógenos pertenece al ramo de la química oculta o química gnóstica, y como quiera que es demasiado difícil, para bien de nuestros estudiantes preferimos estudiarlo poco a poco, en cada uno de nuestros mensajes de Navidad.

Pasemos ahora a estudiar el famoso hidrógeno sexual SI-12, el maravilloso hidrógeno creador que sabiamente se elabora en la fábrica del organismo humano.

La comida pasiva del plato pasa dentro del organismo humano por muchas transformaciones, refinamientos y sutilizaciones, que se procesan dentro de la escala musical, DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI.

La comida pasiva del plato comienza con la nota DO. El quimo resultante de la primera etapa de transformación sigue con la nota RE. El alimento muy refinado que pasa osmóticamente a la corriente sanguínea continúa con la nota MI, y así sucesivamente siguen los procesos hasta quedar elaborado lo mejor de todo el organismo, el maravilloso elixir, el licor seminal, con su hidrógeno 12 en la nota SI.

El hidrógeno sexual SI-12 se encuentra en el SEMEN, es el poder creador del Tercer Logos.

La primera octava musical, DO-RE-MI-FA-SOL-LA-SI, corresponde exactamente a la fabricación del hidrógeno sexual SI-12 dentro del organismo humano.

Un shock muy especial mediante el Maithuna (magia sexual) permite al hidrógeno sexual SI-12 pasar a una segunda octava musical, DO-RE-MI-FA-SOL-LA-SI, cuyo resultado viene a ser la cristalización del hidrógeno sexual SI-12 en la forma extraordinaria del cuerpo astral.

Esto es lo que se llama transmutar el plomo en oro.

Es urgente transmutar la carne y la sangre en el cuerpo astral.

Un segundo shock mediante el Maithuna (magia sexual) permite al hidrógeno sexual SI-12 pasar a una tercera octava musical DO-RE-MI-FA-SOL-LA-SI, cuyo resultado viene a ser la cristalización del hidrógeno sexual SI-12 en la forma extraordinaria del cuerpo mental (cuerpo de paraíso).

Un tercer shock mediante el Maithuna (magia sexual) permite al hidrógeno SI-12 pasar a una cuarta octava musical DO-RE-MI-FA-SOL-LA-SI, cuyo resultado es la cristalización del hidrógeno sexual SI-12 en la forma magnífica del cuerpo de la voluntad consciente o cuerpo causal.

El hidrógeno sexual SI-12 es semilla o fruto y lo sorprendente es que cristaliza siempre en organismos de carne y hueso. Recordemos que el cuerpo físico es el resultado del hidrógeno sexual SI-12.

El cuerpo astral viene a ser también el resultado del acto especial Maithuna (unión del phalo y el útero sin derramar el semen).

El cuerpo astral es un cuerpo de carne y hueso, carne que no viene de Adam, pero carne, producto del hidrógeno sexual SI-12.

El verdadero cuerpo mental es el producto del Maithuna (magia sexual) y del hidrógeno sexual SI-12. Este es el cuerpo de paraíso, un cuerpo de perfección, un cuerpo de carne y hueso, pero carne que no viene de Adam.

El cuerpo de la voluntad consciente, también llamado cuerpo causal, viene también a ser el resultado del acto sexual Maithuna sin derramar el semen.

El cuerpo de la voluntad consciente o cuerpo causal resulta de la cristalización del hidrógeno SI-12.

El auténtico astral, el verdadero mental, el legítimo causal, son los cuerpos solares, los cuerpos existenciales superiores del Ser.

Quien fabrica en la Novena Esfera los cuerpos existenciales superiores del Ser, los cuerpos solares, puede y tiene todo el derecho de encarnar su Real Ser, su espíritu triuno inmortal, Atman-Buddhi-Manas o espíritu divino, espíritu de vida y espíritu humano (Íntimo-Alma espiritual-Alma humana).

Entonces, al llegar a estas alturas iniciáticas, se dice que ha nacido un nuevo hombre, el Hijo del Hombre, un nuevo Maestro del Día, un Maestro del Mahamanvantara.

El cuerpo físico se sostiene con el hidrógeno 48. El excedente de este hidrógeno se convierte en hidrógeno 24, con el cual se alimenta el cuerpo astral.

El excedente del hidrógeno 24 se convierte en hidrógeno 12 (no se confunda con el hidrógeno sexual SI-12). El hidrógeno 12 sirve para alimentar el cuerpo mental.

El excedente del hidrógeno 12 se convierte en hidrógeno 6, con el cual se alimenta el cuerpo de la voluntad consciente o cuerpo causal auténtico.

La creación de los cuerpos solares es cuestión del Maithuna, magia sexual, sin derramar el semen, y se realiza en la Fragua Encendida de Vulcano, en la Novena Esfera (el sexo). Este es un trabajo más amargo que la hiel. Veinte o treinta años de conexión sexual diaria con una sola mujer y sin derramar jamás ni una sola gota de semen, sin permitir que el semen salga del organismo.

El “ dos veces nacido” , quien nace en los mundos superiores como Maestro del Mahamvantara, quien sale de la Novena Esfera por haber completado su trabajo, nunca jamás puede regresar a la Novena Esfera, porque esto sería un crimen, sería similar al hijo que, después de haber nacido, quisiera meterse nuevamente entre la matriz de su madre.

El “ dos veces nacido” es hijo de la Madre Kundalini, y si quiere progresar, debe amar a su Madre Divina, jamás debe olvidarse de su Madre.

El “ dos veces nacido” queda prohibido del acto sexual para toda la eternidad, y debe llegar a la castidad absoluta en todos los territorios de la mente.

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Capítulo 9.- Los Cuerpos Lunares

Todas las escuelas muy esotéricas y muy ocultistas fundamentan sus estudios en el Septenario Teosófico que a continuación damos:

SEPTENARIO TEOSÓFICO

1.- ATMAN (El Íntimo).

2.- BUDDHI (El Alma Espiritual).

3.- MANAS SUPERIOR (Alma Humana).

4.- MANAS INFERIOR (Cuerpo Mental).

5.- KAMAS (Cuerpo de Deseos o Astral).

6.- LINGAM SARIRA (Cuerpo Vital).

7.- ESTULA SARIRA (El Cuerpo Físico).

Atman es el Señor, el Íntimo. Buddhi es el Alma Espiritual. Manas Superior es el Alma Humana.

El Íntimo, el Señor, tiene dos almas; la primera es el Alma Espiritual (Buddhi), la segunda es el Alma Humana (Manas Superior, principio causal).

Las dos almas deben trabajar bajo la dirección del Señor, pero esto sólo es posible en los Maestros. Mientras el Alma Humana trabaja, el Alma Espiritual juega.

El Alma Espiritual es femenina y el Alma Humana es masculina. En los Maestros el Alma Espiritual suele estar preñada con frutos que, cuando nacen, deben ser elaborados por el Alma Humana.

La gente se siente muy orgullosa con su cuerpo mental, porque con él razonamos, discutimos, proyectamos, etc., pero este cuerpo mental es lunar en un ciento por ciento y lo tienen todos los animales en estado residual.

La gente vive en el mundo de las pasiones animales y goza en los deseos pasionales, porque el vehículo emocional que poseemos es tan sólo un cuerpo lunar animal de deseos bestiales.

El cuerpo vital es el cuerpo tetradimensional, el Lingam Sarira de los indostaníes, el fundamento viviente de todas las actividades físicas, químicas, calóricas, perceptivas, etc.

Realmente el cuerpo vital es tan sólo la sección superior del cuerpo físico, la parte tetradimensional del cuerpo físico.

Dentro de los vehículos mental y de deseos, muchos clarividentes suelen ver una bella criatura de color azul eléctrico, muy hermosa, que confunden fácilmente con el Alma Humana o Cuerpo de la Voluntad Consciente (Cuerpo Causal).

Realmente, el animal intelectual no tiene todavía Cuerpo Causal. La bella criatura azul, que los clarividentes ven dentro de los vehículos lunares, es eso que en el Zen buddhista llaman Buddhata, la esencia, una fracción de la sagrada Alma Humana dentro de nosotros.

Ningún animal intelectual tiene Cuerpo Causal. Ningún animal intelectual tiene encarnada la Tríada inmortal. Si alguien encarnara su divina Tríada inmortal, dejaría inmediatamente de ser animal intelectual y se convertiría en Hombre.

Sólo fabricando los Cuerpos Solares podemos darnos el lujo de encarnar la divina Tríada inmortal: Atman-Buddhi-Manas.

Si queremos subir, debemos primero bajar. Sólo bajando a la Novena Esfera podemos fabricar los Cuerpos Solares para encarnar la Tríada inmortal y convertirnos en Hombres.

Hoy por hoy, sólo somos animales intelectuales. Lo único que nos adorna es el intelecto, pero si se nos quitara el intelecto, seriamos animales muy inútiles, peores que los orangutanes y gorilas, criaturas idiotas, indefensas, bestiales.

El Buddhismo Zen considera a los cuerpos lunares como formas mentales que debemos disolver, reducir a polvo.

Los cuerpos lunares son propiedad común de todas las bestias, incluyendo la bestia intelectual equivocadamente llamada hombre.

Sólo fabricando los Cuerpos Solares podemos darnos el lujo de encarnar la Tríada inmortal para convertirnos en Hombres de verdad.

Los Cuerpos Solares son el resultado de un trabajo consciente, hecho sobre sí mismo.

Sólo bajando a la Novena Esfera podemos fabricar los Cuerpos Solares y encarnar la Tríada inmortal, para nacer en los mundos superiores como nuevos Maestros del Mahamanvantara.

El animal intelectual vive durante las horas del sueño y después de la muerte en los mundos suprasensibles, con cuerpos lunares. Dichos cuerpos son fríos y fantasmales.

Los Cuerpos Solares son llamas vivientes, radiantes, sublimes. Recordad que los Ángeles, Arcángeles, Maestros, etc., usan Cuerpos Solares.

El auténtico Cuerpo Astral-Solar, es un vehículo de carne y hueso, pero carne que no viene de Adam, un cuerpo de incalculable belleza y suprema felicidad.

El legítimo Cuerpo Mental-Solar, es el cuerpo de paraíso, un cuerpo de carne y hueso, pero carne que no viene de Adam, un cuerpo de naturaleza femenina, receptiva.

El verdadero Cuerpo Mental-Solar está más allá del razonamiento, es un vehículo para comprender.

Aquellos que poseen el verdadero Cuerpo Mental, no necesitan aceptar ni rechazar, comprenden, y eso es todo.

El auténtico Cuerpo Mental-Solar tiene trescientos mil clanes o centros magnéticos, y cada clan debe vibrar al mismo tono sin esfuerzo alguno.

El Cuerpo Mental-Solar con sus trescientos mil clanes es formidable, maravilloso.

El adepto que posee un vehículo Mental-Solar plenamente desarrollado, recibe y comprende la Verdad de momento en momento, sin el tremendo batallar del pensamiento.

El legítimo Cuerpo de la Voluntad Consciente le permite al adepto tener inmortalidad consciente.

El legítimo Cuerpo de la Voluntad Consciente le permite al adepto realizar acciones nacidas de la voluntad consciente, le permite al adepto determinar circunstancias.

Todo Maestro que ha nacido en los mundos superiores debe eliminar los cuerpos lunares. Éstos sustituyen nuestro remanente animal que viene de los antiguos tiempos.

Los desencarnados comunes y corrientes vestidos con sus cuerpos lunares, parecen sonámbulos inconscientes, fríos, fantasmales, viviendo en el pasado.

El animal intelectual es lunar ciento por ciento y realmente no es verdadero hombre.

Sólo fabricando los Cuerpos Solares nos convertimos en Hombres Verdaderos.

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Capítulo 10.- El Yo Pluralizado

Los autores que afirman la existencia de un Ego o Yo permanente e inmutable son equivocados sinceros de muy buenas intenciones.

Es urgente saber que dentro de nuestros cuerpos lunares-animales tenemos un yo pluralizado.

Cada sensación, cada emoción, cada pensamiento, cada sentimiento, pasión, odio, violencia, celos, ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza, gula, etc., están constituidos por pequeños yoes que de ninguna manera se hallan ligados entre sí, ni coordinados de modo alguno.

No existe, no hay un yo íntegro, unitotal, sino una multitud de mezquinos, gritones y pendencieros yoes que riñen entre sí, que pelean por la supremacía.

A los monjes del monasterio del monte Athos les encanta hacerse conscientes de todos estos pequeños yoes, aprenderlos a manejar, pasarlos de un centro a otro, etc.

Los monjes se arrodillan, y elevando sus brazos con los codos doblados dicen "Ego", en voz alta y prolongando el sonido, mientras a la vez procuran localizar el punto de su organismo donde resuena la palabra EGO (YO). El propósito de este ejercicio es sentir el Yo, pasarlo de un centro a otro a voluntad.

Los yoes que tenemos metidos dentro de los cuerpos lunares son verdaderos demonios creados por nosotros mismos.

Tal yo sigue automáticamente a tal otro yo y algunos aparecen acompañados de otros, pero no existe orden en todo esto, no hay verdadera unidad en esto, sólo existen asociaciones accidentales, pequeños grupos que se asocian en forma inconsciente y subjetiva.

Cada uno de estos pequeños Yoes sólo representa una ínfima parte de la totalidad de nuestras funciones, pero cree equivocadamente ser siempre el todo.

Cuando el animal intelectual, equivocadamente llamado hombre, dice "yo", tiene la impresión de que habla de él en su totalidad, pero en realidad sólo es uno de los pequeños yoes de la legión el que habla.

El yo que hoy está jurando fidelidad ante el ara de la Gnosis, cree ser el todo, el único, el hombre completo, pero es sólo uno de los tantos yoes de la legión. Cuando dicho yo cae de su puesto de mando, otro yo que es enemigo de la Gnosis ocupa el lugar, y entonces el sujeto que parecía muy entusiasmado por la Gnosis, resulta entonces convertido en enemigo, atacando a nuestro movimiento, a nuestra doctrina, etc.

El yo que hoy está jurando amor eterno a una mujer tiene la impresión de ser el único, el amo, el hombre completo, y dice "Yo te adoro, yo te amo, yo doy la vida por ti, etc.", pero cuando ese yo enamorado es desplazado por otro yo de su puesto de mando, entonces vemos al sujeto retirándose de la mujer, enamorado de otra, etc.

Todos estos pequeños yoes son verdaderos demonios que viven dentro de los cuerpos lunares.

Todos estos pequeños yoes se fabrican en los cinco cilindros de la máquina. Esos cinco cilindros son: pensamiento, emoción, movimiento, instinto, sexo.

Ya en nuestro pasado mensaje de Navidad hablamos muy ampliamente de los cinco centros de la máquina orgánica.

Es lamentable que por falta de sabiduría, los seres humanos estén fabricando en los cinco cilindros de la máquina innumerables demonios, que se roban parte de nuestra conciencia y de nuestra vida.

Es también muy cierto y fuera de toda duda que a veces se meten dentro de los cuerpos lunares algunos demonios o yoes ajenos, creados por otras personas. Esos yoes ajenos se roban parte de nuestra conciencia, se acomodan en cualquiera de los cinco cilindros de la máquina y se convierten por tal motivo en parte de nuestro Ego (Yo).

Realmente el animal intelectual no tiene verdadera individualidad, no tiene un centro de gravedad permanente, ni verdadero sentido de responsabilidad moral.

Lo único de valor, lo único importante que tenemos dentro de nuestros cuerpos lunares es el Buddhata, la sagrada esencia, el material psíquico que desgraciadamente es malgastado por las distintas entidades que en su conjunto constituyen el ego, el yo pluralizado.

Muchas escuelas pseudo-ocultistas y pseudo-esotéricas dividen al yo en dos. Aseguran enfáticamente que tenemos un yo superior, divino, inmortal, y creen que dicho yo superior o ego divino debe controlar y dominar totalmente al yo inferior.

Este concepto es totalmente falso, porque superior o inferior son dos secciones de una misma cosa.

Al yo le encanta dividirse entre superior e inferior. Al yo le gusta pensar que una parte de sí mismo es divina, eterna, inmortal. Al yo le gusta que lo alaben, que le rindan culto, que lo pongan en los altares, que lo divinicen, etc.

Realmente no existe tal yo superior, tal ego divino. Lo único que tenemos dentro de los cuerpos lunares es la esencia y la legión del yo, eso es todo.

Atman, el Ser, nada tiene que ver con ningún tipo de yo. El Ser es el Ser y está más allá de cualquier tipo de yo.

Nuestro real Ser es impersonal, cósmico, inefable, terriblemente divino.

Desgraciadamente, el animal intelectual no puede encarnar a su real Ser (Atman-Buddhi-Manas), porque tiene únicamente cuerpos lunares, y estos últimos no resistirían el tremendo voltaje eléctrico de nuestro verdadero Ser; entonces moriríamos.

Los demonios que habitan entre los cuerpos lunares no están presos dentro de dichos cuerpos animales, normalmente entran y salen, viajan a distintos lugares o ambulan subconscientes por las distintas regiones moleculares de la naturaleza.

Después de la muerte el yo pluralizado continúa entre los cuerpos lunares, proyectándose desde ellos a cualquier lugar de la naturaleza.

Los médiums del espiritismo o del espiritualismo prestan sus materias o vehículos físicos a esos yoes de los muertos. Tales yoes, aunque den pruebas de su identidad, aunque demuestren ser el verdadero muerto invocado, no son el real Ser del fallecido.

El karma de los médiums en sus vidas posteriores es la epilepsia. Todo sujeto epiléptico en su pasada vida fue médium espiritista o espiritualista.

No todas las entidades que constituyen el ego (yo), retornan a este mundo para reincorporarse o renacer en un nuevo organismo. Algunas de esas entidades o pequeños yoes suelen separarse del grupo para ingresar a los mundos infiernos de la Naturaleza o reino mineral sumergido, otras de esas entidades gozan reincorporándose en organismos del reino animal inferior, caballos, burros, perros, etc.

Los Maestros de la Logia Blanca suelen ayudar a algunos muertos distinguidos que se han sacrificado por la humanidad.

Cuando nosotros nos propusimos investigar a Pancho Villa, el gran héroe de la revolución mexicana, lo hallamos en los mundos infiernos obsesionado todavía con la idea de matar, amenazando con su pistola a todos los habitantes del submundo.

Sin embargo, este Pancho Villa del reino mineral sumergido no es todo. Lo mejor de Pancho Villa vive en el mundo molecular. Ciertamente no ha alcanzado la liberación intermedia que permite a algunos desencarnados gozar de unas vacaciones en los distintos reinos moleculares y electrónicos de la naturaleza, pero permanece en el umbral, aguardando la oportunidad para entrar a una nueva matriz.

Eso que se reincorpora de aquél que fue Pancho Villa, no será jamás el Pancho Villa de los mundos infiernos, el terrible asesino, sino lo mejor del General, aquellos valores que se sacrificaron por la humanidad, aquellos valores que dieron su sangre por la libertad de un pueblo oprimido.

El desencarnado General, mejor dijéramos, los valores realmente útiles del General, retornarán, se reincorporarán. La gran Ley le pagará su sacrificio llevándolo hasta la primera magistratura de la nación.

Hemos citado al General Pancho Villa a modo ilustrativo para nuestros lectores.

Este hombre recibió especial ayuda debido al gran sacrificio por la humanidad.

Sin embargo, existen en el mundo personas que no podrían recibir esta ayuda, porque si se les quitase todo lo que tienen de animal y criminal, no quedaría nada.

Esa clase de bestias humanas deben entrar en las involuciones de los mundos de la naturaleza.

Cierto iniciado sufría lo indecible porque en los mundos infiernos fracasaba en todas las pruebas de castidad, a pesar de que en el mundo físico había alcanzado la perfecta castidad. Aquel iniciado se mortificaba, clamaba y suplicaba pidiendo ayuda superior a su propia Madre Kundalini.

Su Madre Divina lo ayudó. Ella, la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes, rogó por él, por su hijo, por el iniciado, y éste fue llamado a juicio ante los tribunales del Karma.

Los terribles señores del Karma lo juzgaron y condenaron al abismo, a las tinieblas exteriores donde sólo se oye el llanto y el crujir de dientes.

El iniciado, lleno de infinito terror, escuchó la espantosa sentencia, el verdugo cósmico levantó la espada y la dirigió amenazante contra el espantado hermano, pero sintió que algo se movía dentro de su interior y asombrado vio salir de sus cuerpos lunares a un yo fornicario, una entidad que había sido creada por él mismo en antiguas reencarnaciones. La perversa entidad fornicaria ingresó a las involuciones de los mundos infiernos y el iniciado se vio entonces libre de esas internas bestialidades que tanto le atormentaban.

Realmente, el ego es una suma de entidades distintas, diferentes. No existe un yo permanente e inmutable, lo único que existe dentro de nuestros cuerpos lunares es el yo pluralizado (legión de diablos).

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Capítulo 11.- El Kundalini

Hablando sobre ocultismo oriental afirmamos que en materia de esoterismo tántrico hay mucho material para investigar, estudiar, analizar.

En toda el Asia existen multitudes de escuelas que están de acuerdo con la virtud de la continencia y la no eyaculación del licor seminal. Unas son partidarias del sistema de celibato o Bramacharya, otras del Maithuna o conexión sexual moderada y sin apego, pero desgraciadamente con orgasmo y eyaculación del precioso licor seminal.

Las legítimas escuelas tántricas blancas de la India, China, Tíbet, Japón, etc., enseñan el Sahaja Maithuna (magia sexual) sin derramamiento del licor seminal.

En ciertas escuelas tántricas muy incompletas de la India, el Sahaja Maithuna (magia sexual) sólo se realiza una sola vez en la vida, bajo la dirección del gurú, quien vigila el despertar del fuego sagrado y orienta su ascenso inteligentemente a lo largo del canal medular, con pases magnéticos e imposición de manos.

Estamos informados de que, antes de realizar este trabajo de sexo-yoga, tanto el Sadhaka como la Sadhaka pasan por una intensiva preparación en técnicas hatha yoguísticas, mudras, bandhas, kriyas, pratyahara, dharana, dhyana, etc.

Para estos yoguis tántricos el Hatha y Raja Yoga están íntimamente relacionados y forman un todo único.

Todas estas prácticas de yoga conducen al yogui y a la yoguina hasta la Maithuna (magia sexual). En este acto, según informaciones recibidas, se aplica el Khechari Mudra y Vajroli Mudra y, después de iniciada la danza de Shiva y Shakti, se sientan a meditar yogui y yoguina de espaldas uno contra el otro, espina dorsal contra espina dorsal, con el propósito de lograr un completo dominio mental y respiratorio emocional. Después viene la conexión sexual en Siddhasana o Vajra Asana, o la yoguina es elevada en los aires por unas vestales y el yogui se conecta con ella en Urdhva-Padma-Asana, para facilitar el Urdhvaratus, y absorben el semen que debe llegar hasta el cerebro.

Todas las informaciones recibidas del Indostán dicen que, después de lograda la inmovilidad de Manas, Prana y Apana, el yogui seminiza su cerebro y levanta el Kundalini definitivamente, pero esta práctica en la India es sólo para los Yoga-Avatares.

El Karma Kalpa de la India enseña todas las Asanas o posturas sagradas del Maithuna. Es claro que muchas de esas posturas no sirven para el mundo occidental y otras son demasiado escandalosas.

Normalmente el yogui indostán se sienta con las piernas cruzadas al estilo del Buddha y la yoguina se sienta sobre las piernas del yogui, cruzando éstas en forma tal que el cuerpo del yogui queda envuelto entre las piernas de la yoguina, entonces viene la conexión sexual, retirándose la pareja antes del espasmo para evitar la eyaculación del semen.

En la Edad Media, muchos gnósticos practicaban el Maithuna con vírgenes vestales y a esta práctica la llamaban Virgine Subintroductus (magia sexual).

El Virgine Subintroductus con vírgenes vestales, era formidable. Se practicaba en forma de carezza sin desflorarlas. Acostado de lado el varón y sacerdotisa, venía la conexión sexual. El varón subintroducía con sumo cuidado el phalo en la parte comprendida entre los labios vaginales y el himen. Con el tiempo, el himen se tornaba elástico y la introducción llegaba a ser cada vez más profunda, y la mujer continuaba siendo virgen. Así nunca perdía su virginidad, se conservaba virgen para toda la vida y con ella se realizaba el hombre, levantando el Kundalini por el canal medular.

Con el Maithuna el varón asimila a la mujer y la mujer al varón y así llega al estado de hermafrodita divino de los Elohim, al Teleios Anthropos.

La mejor asana o postura sagrada del Maithuna es la normal, pecho contra pecho, frente contra frente, plexo contra plexo para formar un androginismo perfecto y luego hombre y mujer retirarse del acto sexual antes del orgasmo y de la eyaculación seminal.

El pseudoesoterismo y el pseudoocultismo reaccionario suponen que se puede despertar el Kundalini mediante el Bramacharya o celibato forzoso.

Todos los iniciados de las escuelas auténticas de misterios, saben muy bien por experiencia directa, que resulta imposible lograr el despertar y desarrollo de los siete grados de poder del fuego sin las prácticas tántricas.

Existen dos clases de Bramacharya (abstención sexual): Bramacharya solar y Bramacharya lunar.

El Bramacharya solar es obligatorio para todos aquellos que ya nacieron en los mundos superiores con los cuerpos solares, para aquellos que ya salieron de la novena esfera.

El Bramacharya lunar es practicado por muchos equivocados sinceros, por muchos ignorantes que nunca han trabajado en la novena esfera, que no han fabricado los cuerpos solares, que están sin autorrealización íntima.

El Bramacharya lunar (abstención sexual) de aquellos que no han fabricado los cuerpos solares, resulta perjudicial porque el sujeto se carga de terribles vibraciones, espantosamente malignas.

Entiéndase por “ vibraciones veneniooskirianas” las fuerzas sexuales centrífugas lunares. Este tipo de vibraciones tenebrosas suelen despertar el órgano Kundartiguador.

El Bramacharya lunar, con sus terribles y malignas vibraciones veneniooskirianas, origina fanatismo y cinismo experto en alto grado.

Los infrasexuales degenerados odian y condenan a los gnósticos porque enseñamos los misterios del sexo.

Los infrasexuales degenerados se escandalizan de los misterios del sexo, pero jamás se escandalizan de sus lascivias, adulterios, fornicaciones, etc.

Quien quiera autorrealizarse sin el Maithuna (magia sexual), es seguro candidato para los mundos infiernos del reino mineral sumergido.

Existen tres clases de tantrismo: blanco, negro y gris. En el tantrismo blanco se prohíbe la eyaculación del semen, en el tantrismo negro es obligatoria la eyaculación del semen, y en el tantrismo gris no se le da importancia a la eyaculación del semen, pero a la larga se convierte en negro.

Con el tantrismo blanco sube la serpiente por el canal medular a lo largo de la espina dorsal.

Con el tantrismo negro baja la serpiente, se proyecta desde el coxis hacia los infiernos atómicos del hombre, convirtiéndose en la cola de Satán.

El Kundalini tiene siete grados de poder del fuego. Sólo practicando el Maithuna diariamente y durante 20 ó 30 años se logra el desarrollo total del Kundalini.

La serpiente bajando, el órgano Kundartiguador, desarrolla los chakras inferiores del bajo vientre y convierte al hombre en una bestia maligna terriblemente perversa.

La serpiente subiendo por el canal medular de la espina dorsal desarrolla todos los poderes divinos del ser humano.

Devi-Kundalini, la Serpiente Ígnea de nuestros mágicos poderes, es Isis, Adonía, Rea, Cibeles, Tonantzín, María, etc.

Los Cuerpos Solares se gestan entre el vientre de Devi-Kundalini, la Madre Divina.

Cuando el iniciado nace de entre el vientre de la Madre Divina en los mundos superiores, cuando sale de la novena esfera, ya queda prohibido de regresar a ella.

Los Dos Veces Nacidos entran a un templo secreto, y si volvieran al sexo caerían, perdiendo todos sus poderes.

Todo iniciado que alcanza ese segundo nacimiento del que habló Jesús a Nicodemus, se encuentra entonces con el problema de desintegrar el ego o yo pluralizado y eliminar los cuerpos lunares.

Si el iniciado no disuelve el yo pluralizado y elimina los cuerpos lunares, se convierte en hanasmussiano con doble centro de gravedad.

El Maestro secreto vestido con los Cuerpos Solares y el yo pluralizado vestido con los cuerpos lunares constituyen una doble personalidad, un problema muy grave que hay que solucionar.

Todo hanasmussiano tiene dos personalidades internas, la primera solar, la segunda lunar.

El Maestro recién nacido tiene que eliminar la interna personalidad lunar si es que no quiere convertirse en hanasmussiano.

Entre los hanasmussianos más notables tenemos el caso de Andrameleck. Existe el Andrameleck mago blanco y el Andrameleck terrible y espantoso mago negro, y sin embargo ambos sujetos tan diferentes y distintos constituyen un solo individuo.

Es claro que Andrameleck el tenebroso tendrá que involucionar en el reino mineral sumergido hasta volverse polvo. Sólo así podrá libertarse la esencia, el Buddhata, el alma, para regresar al Andrameleck blanco, al Maestro secreto.

El Maestro recién nacido con sus Cuerpos Solares debe amar a su Madre Kundalini, adorarla, rendirle culto. Sólo ella puede ayudarlo a eliminar las distintas entidades que en su conjunto constituyen el yo pluralizado.

En los mundos internos todo recién nacido Maestro es sometido a muchas pruebas esotéricas.

Esta clase de pruebas le permiten al recién nacido Maestro conocer a fondo todas las entidades subconscientes, sumergidas, que vienen de un remoto pasado y que constituyen su yo pluralizado.

Sólo la Madre Divina puede eliminar de los cuerpos lunares esas tenebrosas entidades que personifican nuestros defectos secretos y que vienen de un remoto pasado.

El iniciado debe comprender a fondo y en todos los terrenos de la mente cada defecto, mas es urgente saber que la mente no puede reducir a polvareda cósmica ningún defecto.

La mente lo único que puede hacer es controlar los defectos, esconderlos de sí misma, pasarlos de un terreno de la mente a otro terreno de la mente, etc.

Los cambios logrados por la mente son muy superficiales, no sirven. Nosotros necesitamos cambios radicales y profundos, y eso es posible con ayuda de la Madre Kundalini, la Serpiente Ígnea de nuestros mágicos poderes.

En los distintos terrenos inconscientes, infraconscientes, etc., de nuestra propia mente, tenemos entidades que hacen, que ejecutan acciones totalmente opuestas a las que el iniciado está acostumbrado a ejecutar.

Esas entidades extrañas sumergidas son espantosamente fornicarias, adúlteras, criminales, perversas, y están metidas dentro de nuestros cuerpos lunares, pero no están presas dentro de esos cuerpos, salen, entran, viajan, se proyectan en todas las regiones moleculares de la Naturaleza.

Si el iniciado está meditando, tratando de comprender, por ejemplo, el defecto de la lujuria para eliminarlo, mientras está en su trabajo, en los mundos internos resulta haciendo lo contrario, fornicando, adulterando, etc.

Esa clase de entidades actúan en las regiones subconscientes, sumergidas, en forma independiente y fuera de nuestra razón y de nuestra voluntad, pero no son entidades extrañas, ajenas, son yo mismo, mí mismo, sí mismo.

Cualquier recién nacido Maestro sufre lo indecible debido a que no puede controlar esas partes subconscientes de sí mismo, esas entidades sumergidas, infraconscientes, inconscientes, etc., y no tiene más remedio que suplicar ayuda, pedir, clamar a la Madre Kundalini, la Serpiente Sagrada.

En esto de las pruebas esotéricas existe una didáctica cósmica. El iniciado es sometido una y otra vez a determinada prueba y, si falla, entonces necesita clamar, pedir ayuda a la divina Madre Kundalini, rogar a la Serpiente Sagrada que le extraiga, que le elimine de sus cuerpos lunares el yo psicológico o la entidad psicológica que personifica el defecto que le ha hecho fracasar en la prueba.

El iniciado es sometido a muchas pruebas esotéricas. Algunas se relacionan con la ira, otras con la codicia, aquellas con la lujuria, con la envidia, pereza, gula, etc., pero siguiendo un orden, una didáctica especial.

El iniciado es colocado una y otra vez en circunstancias situacionales y tiempos diferentes, donde ni remotamente se acuerda de sus estudios esotéricos, ni del camino, etc.

El trabajo de eliminar esas entidades que constituyen el yo pluralizado es más amargo que la hiel, y el iniciado sufre lo indecible en las pruebas, porque en las regiones subconscientes, inconscientes, infraconscientes, etc., el iniciado resulta fornicando, adulterando, cometiendo delitos que jamás cometería en el mundo físico ni por todo el oro del mundo. Sólo la Madre Kundalini, sólo la Divina Madre puede ayudar al iniciado en este trabajo de echar entidades sumergidas en los mundos infiernos.

Cuando los cuerpos lunares quedan vacíos, cuando el yo pluralizado ya no habita en ellos, entonces viene un trance místico y el iniciado permanece tres días en los mundos internos.

Durante estos tres días el cuerpo queda como muerto y, cuando el iniciado regresa a este cuerpo físico, viene con sus cuerpos solares, ya no tiene los cuerpos lunares. Los adeptos superiores le ayudan quitándole esos vehículos que luego poco a poco se van desintegrando en el mundo molecular.

El iniciado con sus cuerpos solares está totalmente autorrealizado, es un Maestro del Día, un Maestro del Mahamanvantara con poderes sobre la vida y la muerte, sobre todo lo que es, sobre todo lo que ha sido, sobre todo lo que será.

Quien haya estudiado la historia de la magia sabe muy bien que en todas las épocas se dijo que los grandes iniciados duraban tres días muertos y que al tercer día resucitaban.

En ciertos templos secretos se ponía la lanza sobre el pecho del místico y este caía en trance. A los tres días el cuerpo era colocado con la cabeza hacia oriente para la resurrección. Lo que el iniciado aprendía en los mundos internos durante esos tres días corresponde a los Misterios.

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Capítulo 12.- El Opio, el Yo, el Subconsciente

El opio tiene algo más de cuatrocientos elementos activos, pero los químicos sólo conocen cuarenta y dos elementos. A continuación mencionamos esos cuarenta y dos elementos:

1-Morfina

2-Protopina

3-Lantopina

4-Porfiroksina

5-Opio o Nicotina

6-Paramorfina o Tebaína

7-Formina o Pseudoformina

8-Metamorfina

9-Gnoskopina

10-Oilopina

11-Atropina

12-Pirotina

13-Delteropina

14-Tiktoutina

15-Kolotina

16-Khaivatina

17-Zoutina

18-Trotopina

19-Laudanina

20-Laudanosina

21-Podotorina

22-Arkhatosina

23-Tokitoxina

24-Liktonozina

25-Makanidina

26-Papaverina

27-Krintonina

28-Kodomina

29-Kolomonina

30-Koilononina

31-Katarnina

32-Hidrokaternina

33-Opianina (Mekonina)

34-Mekonciozina

35-Pistotorina

36-Fykhtonozina

37-Codeína

38-Nartaeina

39-Pseudo-codeína

40-Microparaína

41-Microtebaína

42-Messaina

El opio en general o algunos de sus elementos activos suelen ser utilizados por los drogadictos y viciosos de todo tipo para fortalecer las malas consecuencias del abominable órgano Kundartiguador (cola de Satán).

Es urgente saber que, debido a una lamentable equivocación de ciertos individuos sagrados, en un remoto pasado todos los seres humanos tuvieron desarrollado el abominable órgano Kundartiguador (cola de Satán).

Más tarde, esos individuos sagrados le quitaron a la humanidad el abominable órgano Kundartiguador, guardando inteligentemente el fuego sagrado en el chakra coxígeo, iglesia de Éfeso, Muladhara, centro magnético situado en el hueso coxígeo, base de la espina dorsal.

Las malas consecuencias del órgano Kundartiguador están constituidas por esa legión de diablos que toda persona carga dentro de sus cuerpos lunares.

Mendeléiev reunió y puso en lista todos los nombres de los elementos activos del opio, clasificándolos inteligentemente de acuerdo con sus pesos atómicos.

La sagrada ley del Heptaparaparshinokh, la ley del Siete, gobierna las siete cristalizaciones básicas fundamentales del opio.

Es urgente saber que a las siete cristalizaciones básicas del opio les corresponden otras siete, y a esas siete, otras siete, y son por todas 49 cristalizaciones desconocidas por la ciencia oficial.

Las siete propiedades independientes del opio, las siete cristalizaciones fundamentales, tienen siete propiedades subjetivas definidas que se corresponden con siete estados subjetivos del subconsciente humano.

Las siete veces siete cristalizaciones del opio se corresponden con siete veces siete estados subjetivos del opio, y con siete veces siete estados subconscientes del ser humano.

En nuestro pasado mensaje, 1964-1965, ya hablamos ampliamente sobre el opio en relación con los colores y los sonidos, hoy sólo nos proponemos estudiar la relación del opio con los estados subjetivos y el subconsciente humano.

Si queremos destruir las malas consecuencias del abominable órgano Kundartiguador dentro de nosotros mismos, necesitamos primero comprender que esas malas consecuencias se procesan en cada uno de los cuarenta y nueve estados subconscientes del ser humano.

Es necesario aclarar que dentro de esos cuarenta y nueve estados subconscientes del ser humano incluimos los llamados estados infraconscientes, inconscientes, etc.

Todos los diablos o pequeños yoes que se forman en los cinco cilindros de la máquina humana son las pésimas consecuencias del abominable órgano Kundartiguador.

Ya lo hemos dicho, y lo volvemos a repetir, que los cinco cilindros de la máquina humana son: Intelecto, Emoción, Movimiento, Instinto y Sexo.

En estos cinco cilindros de la máquina humana quedaron, para desgracia nuestra, las malas consecuencias del abominable órgano Kundartiguador.

Los viciosos del opio, los drogadictos, fortalecen desgraciadamente dentro de sus cinco cilindros de la máquina las pésimas consecuencias del abominable órgano Kundartiguador.

En los cuarenta y nueve terrenos del subconsciente humano viven los pequeños yoes que en su conjunto constituyen eso que se llama ego, yo, mí mismo, sí mismo.

El material atómico es diferente en cada uno de los cuarenta y nueve terrenos subconscientes del ser humano.

Cualquier defecto puede desaparecer de la región intelectual pero eso no significa que por ello el demonio que lo personifica haya dejado de existir. Dicho demonio con el defecto que lo caracteriza continúa como una segunda unidad en la segunda región subconsciente.

Cualquier defecto puede desaparecer de la segunda región subconsciente, pero continúa existiendo como una tercera unidad en la tercera región subconsciente, y así sucesivamente.

Existen siete unidades primarias, y dentro de esas siete existen siete unidades subconscientes secundarias; dentro de éstas existen siete unidades independientes terciarias, y, en todo esto, existen procesos de relación mutua, influencia mutua, etc.

Esto explica el porqué de la didáctica en las pruebas cósmicas. Si un iniciado sale victorioso en una determinada prueba de lujuria en el mundo físico, puede fracasar en la misma prueba como unidad subconsciente secundaria o terciaria.

Un iniciado puede salir victorioso en pruebas de lujuria en 48 regiones subconscientes y fracasar en la región cuarenta y nueve.

Las distintas entidades o yoes que habitan en las cuarenta y nueve regiones que se corresponden con los cuarenta y nueve estados subjetivos del opio, suelen cometer crímenes que horrorizan, aun cuando el iniciado sea en el mundo físico todo un santo.

Las entidades subconscientes, los yoes que constituyen el ego, son verdaderos demonios independientes que se han robado parte de nuestra conciencia y que hacen todo lo contrario de lo que nosotros queremos.

Si en el mundo físico nos proponemos no fornicar, en las regiones subconscientes secundarias, terciarias, cuaternarias, etc., hacemos exactamente lo contrario. Allí se fornica aun cuando en el mundo físico el iniciado haya llegado a la perfecta castidad.

Lo más grave es ese estado de autoindependencia con que actúan y viven esos yoes sumergidos subconscientes.

Lo más grave es no poder decir: Esas entidades son algo extraño, distinto. Realmente esas entidades son Yo Mismo.

Muchos iniciados salen victoriosos en treinta o cuarenta regiones cuando se les somete a pruebas en tal o cual defecto, pero en las otras regiones subconscientes fracasan lamentablemente.

Es claro que mientras esas entidades subconscientes, sumergidas, continúen existiendo en las cuarenta y nueve regiones subconscientes, nuestros defectos continúan existiendo.

Es urgente comprender cada defecto, no solamente en el nivel intelectual, sino también en cada uno de los cuarenta y nueve departamentos subconscientes de la mente.

El problema más grave surge en nosotros cuando a pesar de haber comprendido un defecto en todos los cuarenta y nueve terrenos subconscientes de la mente, fracasamos al ser sometidos a pruebas.

La prueba fracasada viene a indicarnos que todavía tenemos el defecto que queremos aniquilar.

Es claro que, si el Yo que personifica ese defecto que queremos desintegrar continúa existiendo dentro de cualquiera de las regiones subconscientes, el resultado es el fracaso en las pruebas.

Sólo la Madre Kundalini, la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes, puede ayudarnos en este caso, extrayendo, sacando de nuestros cuerpos lunares el defecto en persona, es decir, el yo que lo personifica.

Sin la Madre Divina se hace imposible extraer de las regiones subconscientes profundas los escondidos defectos personificados en los pequeños yoes sumergidos subconscientes.

Kundalini es una palabra compuesta que se divide en dos: Kunda, que nos recuerda el abominable órgano Kundartiguador; Lini, quiere decir fin.

Kundalini quiere decir “ fin del órgano Kundartiguador”. Con el Kundalini terminan las pésimas consecuencias del abominable órgano Kundartiguador. Ya dijimos y lo volvemos a repetir que en el yo pluralizado están personificadas esas malas consecuencias del mencionado órgano tenebroso.

Quien quiera disolver el yo pluralizado debe dejar el amor propio y la sobrestimación de sí mismo. Quienes viven muy apegados de sí mismos, quienes se quieren demasiado a sí mismos, jamás podrán disolver el yo pluralizado.

La vida práctica, la convivencia social, es el espejo de cuerpo entero donde podemos autodescubrirnos. En convivencia social nuestros defectos escondidos saltan fuera, afloran espontáneamente, y si estamos en estado de alerta, entonces los vemos, los descubrimos.

Todo defecto escondido debe ser sometido a terribles análisis intelectuales, y luego de haberlo comprendido profundamente, entonces hay que investigar y comprenderlo por medio de la meditación en todos los terrenos del subconsciente de la mente.

La comprensión lleva al iniciado a regiones subconscientes donde somos como hojas que lleva el viento, impotentes, incapaces de eliminar el defecto descubierto. Entonces necesitamos pedir auxilio a la Divina Madre Kundalini, sólo Ella puede extraer de entre las profundidades subconscientes el demonio que personifica tal defecto. Ella nos auxilia y arroja a los mundos infiernos a la entidad sumergida que personifica el defecto que queremos reducir a polvo.

Las entidades subconscientes sumergidas de nuestros defectos deben entrar poco a poco a los mundos infiernos con la ayuda de la Madre Divina Kundalini.

Las gentes codician virtudes, sin comprender que la codicia de cualquier tipo fortifica al yo pluralizado, y muchas son las personas que se autoengañan codiciando no ser codicioso.

Muchas son las personas que codician la virtud de la dulzura. No quieren comprender esas pobres gentes que sólo comprendiendo todos los procesos de la ira en todos los departamentos subconscientes, nace en nosotros la virtud de la dulzura.

Muchas son las gentes que codician la virtud de la castidad. No quieren entender esas gentes que sólo comprendiendo todos los procesos de la lujuria en todos los departamentos subconscientes, nace en nosotros la virtud de la castidad.

El orgullo suele disfrazarse con la túnica de la humildad, y son muchas las personas que codician la virtud de la humildad, sin comprender que sólo haciendo la disección al orgullo en todos los niveles subconscientes de la mente nace en nosotros, en forma natural y sencilla, la flor exótica de la humildad.

La envidia es el resorte secreto de toda la maquinaria social y son muchas las gentes que codician la virtud de la alegría por el bien ajeno. No quieren entender esas gentes que sólo comprendiendo los procesos infinitos de la envidia en todos los departamentos subconscientes de la mente, nace en nosotros la virtud de la alegría por el bien ajeno.

Muchos perezosos codician la virtud de la actividad, pero no quieren entender que sólo comprendiendo los procesos de la pereza en todos los terrenos de la mente, nace en nosotros la diligencia, la actividad.

Muchos glotones codician la virtud de la continencia, de la templanza, pero no quieren darse cuenta que sólo comprendiendo los procesos de la glotonería en los distintos pasillos y recovecos de la mente, nace en nosotros en forma natural y espontánea la necesidad de comer poco y de ser mesurado en el beber.

La ira suele disfrazarse con la toga del juez o con la sonrisa amarga. Existen muchas gentes que no codician dinero, posición social, etc., pero codician virtudes, honores, el cielo, poderes psíquicos, etc.

Existen personas terriblemente castas en el nivel intelectual, pero espantosamente fornicarias en las distintas regiones subconscientes.

La fornicación suele disfrazarse con el piropo a la muchacha que pasa por la calle, o con la conversación "dizque" muy seria con la persona del sexo opuesto, o con el pretexto de amor a la belleza, etc.

Existen muchas gentes que no envidian dinero, posiciones sociales, puestos, honores, cosas, pero envidian a los santos, codician sus virtudes para llegar también a ser santos.

Existen gentes que visten humildemente, pero tienen sublimes orgullos, presumen de sencillez, no hacen ostentación de nada y esconden su orgullo no solamente de los demás sino también de sí mismos.

Algunos glotones disfrazan su glotonería con aire de gente sencilla de domingo y día de campo, otros tratan de justificar su defecto diciendo que necesitan alimentarse bien para trabajar, etc.

Cada defecto es multifacético y en las regiones subconscientes se halla representado por múltiples entidades subjetivas o pequeños yoes que viven dentro de nuestros cuerpos lunares y se proyectan en las regiones o terrenos subconscientes de la mente.

Sólo mediante la comprensión de fondo y con ayuda de la Madre Divina Kundalini podemos eliminar esos yoes de nuestros cuerpos lunares.

El iniciado, con la ayuda de la Madre Divina, necesita no solamente eliminar el deseo, sino también la sombra del deseo y hasta el recuerdo de tal sombra.

Las gentes confunden la pasión con el amor. Es muy difícil hallar en la vida una pareja de verdaderos legítimos enamorados. Lo único que existe en el mundo son las parejas de apasionados. La pasión se disfraza con los ropajes del amor y habla delicias y cosas de paraíso.

Es posible que existan en el mundo algunas parejas de verdaderos enamorados que se amen y se adoren, pero esa clase de casos tenemos que buscarlos con la linterna de Diógenes.

Cualquier apasionado puede jurar que está enamorado, que está amando, y hasta casarse y vivir muchos años, o toda la vida, convencido de que está enamorado, engañado totalmente con el veneno de la pasión.

La gente común y corriente difícilmente admitiría estas afirmaciones, pero todo iniciado viene a saber esto y comprenderlo cuando está sometido a rigurosas pruebas en los distintos terrenos subconscientes.

El camino de la luz es muy angosto, estrecho y difícil, por algo se le llama la Senda del Filo de la Navaja.

En el círculo exotérico o público de la humanidad existen muchas personas que estudian pseudoocultismo, pero es muy raro hallar una persona seria que de verdad esté resuelta a trabajar por su autorrealización íntima.

En la práctica hemos podido evidenciar que a la gente lo único que le interesa es divertirse, y han hecho de todo esto una nueva forma de diversión.

Por doquiera abundan los mariposeadores que hoy están en una escuela y mañana en otra, que hoy escuchan a un conferencista y mañana a otro, que hoy se entusiasman con una enseñanza y mañana con otra.

Todos los mariposeadores que hemos conocido pierden su tiempo lamentablemente y mueren sin haberse autorrealizado.

Dentro de la mente existe el centro acumulativo, el centro que sólo quiere acumular teorías, datos, diversiones, etc.; dicho centro es el yo pluralizado.

Las distintas entidades del yo gozan acumulando, quieren divertirse. Cuando una de esas entidades se entusiasma por la senda del filo de la navaja, es pronto desplazada por otra entidad que no quiere nada con esta senda, y entonces vemos que la persona ingresa a otra escuela, abandonando el camino.

El yo pluralizado es el peor enemigo de la autorrealización íntima; lo más grave es la forma sutil del engaño. Quien abandona la senda del filo de la navaja cree firmemente haber salido del error y haber encontrado el verdadero camino.

Todo estudiante gnóstico que quiera verdaderamente adquirir un centro permanente de conciencia para tener continuidad de propósitos y lograr la autorrealización íntima, debe disolver el yo pluralizado, eliminar de sus cuerpos lunares las distintas entidades subconscientes, sumergidas, que se fabrican de momento en momento en los cinco cilindros de la máquina.

Sólo desegoistizándonos nos individualizamos y sólo poseyendo una verdadera individualidad dejamos de mariposear, adquirimos seriedad y continuidad de propósitos.

Es necesario dejar el perogrullo de creernos santos, porque en este mundo es muy difícil hallar un santo.

Todos nosotros tenemos los mismos defectos, y quienes no tienen un determinado defecto en una dirección, lo tienen en otra. Todos nosotros parecemos cortados con las mismas tijeras.

No debemos olvidar la íntima relación que existe entre los cuarenta y nueve estados subconscientes del opio, y los cuarenta y nueve estados subjetivos del animal intelectual llamado hombre.

La naturaleza habla por todas partes, y los siete veces siete estados subjetivos del opio se encuentran dentro del hombre.

Necesitamos reducir el yo a polvo, y esto sólo es posible a base de comprensión de fondo y con ayuda de la Divina Madre Kundalini, la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes.

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Capítulo 13.- El Collar del Buddha

En el momento de la muerte, dice el libro tibetano de los muertos, “ los cuatro sonidos llamados ‘ sonidos que inspiran terror sagrado’ se escuchan. El de la fuerza vital del elemento tierra, un sonido como el derrumbamiento de una montaña. El de la fuerza vital del elemento agua, un sonido como el de las olas del océano. El de la fuerza vital del elemento fuego, un sonido como el incendio de una selva. El de la fuerza vital del elemento aire, un sonido como el de mil truenos reverberando simultáneamente. El lugar a donde uno se refugia huyendo de estos ruidos es la matriz” .

El estado intelectual común y corriente de la vida diaria no es todo. El libro tibetano de los muertos dice: “ Oh noble hijo, escucha con atención y sin distraerte. Hay seis estados transitorios de Bardo que son: 1.- El estado natural del Bardo durante la concepción. 2.- El Bardo del estado de los ensueños. 3.- El Bardo del equilibrio estático en la meditación profunda. 4.- El Bardo del momento de la muerte. 5.- El Bardo del equilibrio y de la experiencia de la realidad. 6.- El Bardo del proceso inverso de la existencia samsaria (recapitulación retrospectiva de la vida que acaba de pasar). Tales son los seis estados” .

Con este exótico término ‘ Bardo’ , los iniciados tibetanos definen inteligentemente esos seis estados concientivos diferentes, distintos al estado rutinario intelectual común y corriente de la vida diaria.

Todo el que muere tiene que experimentar tres Bardos: El Bardo del momento de la muerte, el Bardo de la experiencia de la realidad, y el Bardo de la búsqueda del renacimiento.

Existen cuatro estados de materia dentro de los cuales se desarrollan todos los misterios de la vida y de la muerte.

Existen cuatro círculos, cuatro regiones, dentro de las cuales están representados todos los mundos y los tiempos de la materia en estado mineral, materia en estado celular, materia en estado molecular, materia en estado electrónico. Estos son los cuatro viejos mundos: el infierno, tierra, paraíso y cielo.

Todo desencarnado debe esforzarse por alcanzar la liberación intermedia, un estado semejante al del Buddha, en el mundo de los electrones libres.

Es urgente saber que la liberación intermedia es la felicidad sin límites entre la muerte y el nuevo nacimiento.

En las regiones moleculares y electrónicas existen muchas naciones, o reinos de inmensa dicha, donde puede internamente nacer todo desencarnado si la ley del Karma se lo permite.

Aquellos que tienen buen Dharma, aquellas personas que han hecho muy buenas obras, pueden darse el lujo de unas buenas vacaciones entre la muerte y el nuevo nacimiento.

Quien ha hecho muchas obras buenas puede nacer milagrosamente antes de su reincorporación en la tierra, en el reino dichoso del oeste, a los pies del Buddha, habitar entre las flores del loto o en el reino de la suprema dicha, o en el reino de la densa concentración, o en el reino de los largos cabellos, o en el reino de Maitreya, etc.

Los distintos reinos de las regiones moleculares y electrónicas resplandecen de felicidad.

Existen muchos maestros que ayudan a los difuntos que se lo merecen. Esos maestros tienen métodos y sistemas para orientar al Buddhata, a la Esencia, al Alma, en el trabajo de liberación, por algún tiempo, de los cuerpos lunares y del ego, para ingresar a los reinos de las regiones moleculares y electrónicas.

Es lamentable que el Alma, la Esencia, tenga que regresar a sus cuerpos lunares dentro de los cuales habita el ego. Tal regreso es inevitable para renacer en el mundo.

Son muy pocas las almas que logran la liberación intermedia (no se confunda ésta con la liberación final).

Toda alma, después de la muerte, puede ascender a los reinos de la felicidad de los mundos molecular y electrónico, o descender a los mundos infiernos del reino mineral, o reingresar inmediatamente o en forma inmediata en un cuerpo semejante al que había tenido antes.

Estos tres caminos del fatal puente de Chinvat están descritos muy sabiamente y con sorprendente claridad en la leyenda Zoroástrica:

“ Todo aquél cuyas buenas obras excedan en tres gramos a su pecado, va al cielo. Todo aquél cuyo pecado es mayor, al infierno; en tanto que aquél en el que ambos sean iguales, permanece en el Hamistikan, hasta el cuerpo futuro o resurrección” .

La ley del Karma, esa sabia ley que ajusta los efectos a las causas, se encarga de dar a cada cual después de la muerte lo que merece. Ley es Ley, y la Ley se cumple.

La liberación intermedia, la felicidad en los reinos de las regiones moleculares y electrónicas, tiene un límite. Agotada la recompensa, regresa la Esencia a los cuerpos lunares en donde mora el ego. Luego viene el retorno, la reincorporación, la entrada a una nueva matriz.

El libro tibetano de los muertos dice: “ Dirige tu deseo y entra en la matriz. Al mismo tiempo emite tus ondas de donación (de gracia o de buena voluntad) sobre la matriz a la que vas a entrar (transformándola así) en una mansión celestial".

Por estos tiempos son muy pocas las almas que ingresan a los distintos reinos de las regiones molecular y electrónica después de la muerte.

El ego, a través del tiempo, se ha complicado demasiado, se ha robustecido exageradamente, y por ello la Esencia, el Alma, está demasiado aprisionada dentro de los cuerpos lunares.

Por estos tiempos de crisis mundial, la mayor parte de las almas nacen en el infierno (reino mineral) para no retornar, o se reencarnan inmediatamente sin ascender a los reinos de los dioses.

La gran ley sólo le da al ser humano ciento ocho vidas, y esto nos recuerda al collar del Buddha con sus ciento ocho cuentas.

Si el ser humano no sabe aprovechar las ciento ocho cuentas del collar del Buddha, si el ser humano no logra autorrealizarse en estas ciento ocho vidas, nace entonces en los mundos infiernos de la naturaleza.

Normalmente todos los seres humanos descienden a los mundos infiernos conforme sus tiempos se van venciendo.

Al mundo han venido muchos profetas, avataras, salvadores, que comprendiendo los terrores del abismo, han querido salvarnos, pero a la humanidad no le gustan los avataras, los salvadores. A la humanidad no le interesa la salvación.

Esto de la autorrealización íntima sólo es posible a base de tremendos superesfuerzos, y a la humanidad no le gustan los superesfuerzos. Las gentes sólo dicen: "Comamos y bebamos que mañana morimos".

La autorrealización íntima no puede jamás ser el resultado de ninguna mecánica, aun cuando sea ésta de tipo evolutivo.

La ley de la evolución y su hermana gemela la ley de la involución son leyes puramente mecánicas de la naturaleza, que a nadie pueden autorrealizar.

Quien quiera autorrealizarse debe meterse por la senda del filo de la navaja, por el difícil camino de la revolución de la conciencia. Este camino es más amargo que la hiel, este camino no le gusta a nadie.

Es necesario que nazca el Maestro secreto dentro de nosotros, es necesario morir, el ego debe morir. Es urgente sacrificarnos por la humanidad, esa es la ley del Logos Solar. Él se sacrifica crucificándose en los mundos para que todos los seres tengan vida y la tengan en abundancia.

Nacer es un problema sexual, morir es cuestión de disolver el yo, sacrificio por la humanidad es amor.

Eso de permanecer 20 ó 30 años en la novena esfera, para tener derecho a nacer en los mundos superiores, eso de morir, disolver el querido yo, eso de sacrificarse por la humanidad, no le gusta a las gentes.

A la humanidad no le interesa la autorrealización íntima, y es claro que a nadie se le puede dar lo que no quiere.

A la gente lo único que le interesa es conseguir dinero, comer, beber, reproducirse, divertirse, tener poder, prestigio, etc.

Esto explica por qué son pocos los que se salvan: "Muchos son los llamados y pocos los escogidos".

En el mundo abundan muchas gentes que aparentemente quieren autorrealizarse para tener derecho a entrar al reino del esoterismo, pero esas gentes en el fondo lo que quieren es divertirse con estos estudios y eso es todo.

Esas gentes son mariposeadores que hoy están en una escuela y mañana en otra, no conocen el camino, y si lo llegan a conocer, en principio se entusiasman mucho y luego, cuando ya ven que el trabajo es serio, huyen espantados y buscan refugio en otra escuela.

La línea de la vida es la espiral, y la humanidad va descendiendo en cada reencarnación por la escalera en forma de caracol, hasta llegar a los mundos infiernos del reino mineral.

En el infierno (reino mineral) el tiempo es diez veces más largo, diez veces más lento y terriblemente aburridor. Cada cien años se hace allí un pago de la deuda kármica.

El descenso a los mundos infiernos es un viaje hacia atrás, involucionando en el tiempo, retrocediendo, pasando por estados animales, vegetales y minerales.

Al llegar al estado fósil, el ego y sus cuerpos lunares se vuelven polvareda cósmica.

Cuando el ego y los cuerpos lunares se vuelven polvo en el infierno, el Alma se libera, regresa al caos primitivo dispuesta a evolucionar nuevamente, subiendo a través de varias eternidades por los estados mineral, vegetal y animal, hasta volver a alcanzar el estado humano.

Quien no aprovecha las ciento ocho vidas, representadas por las ciento ocho cuentas del collar del Buddha, nace en los mundos infiernos.

Este es el Naraka hindú, situado debajo de la tierra y debajo de las aguas, el Aralu babilónico, la tierra del no retorno, la región de la densa oscuridad, la casa cuyos habitantes no ven la luz, la región donde el polvo es su pan y el lodo su alimento.

Este es el crisol de fundición, donde las formas rígidas, los cuerpos lunares y el ego, deben fundirse, reducirse a polvo, para que el Alma se libere.

El tiempo que el Alma ha de vivir en los mundos infiernos depende de su Karma. Es claro que aquellos terribles magos negros que desarrollaron el órgano Kundartiguador y los chakras del bajo vientre, los luciferes, Anagarikas, Ahrimanes, etc., viven eternidades enteras, mahamanvantaras completos, en esas regiones infernales, antes de reducirse a polvo cósmico.

La gente común y corriente, la gente de todos los días, esos que no se autorrealizaron porque no les interesó la autorrealización, pero que no fueron decididamente perversos, sólo duran en los mundos infiernos de ochocientos a mil años.

Los castigos mayores son para aquellos que deshonraron a los dioses, los bodhisattvas caídos, los hanasmussianos con doble centro de gravedad, y para los parricidas y matricidas, y para los asesinos y señores de la guerra y maestros de magia negra.

El Libro Tibetano de los Muertos dice: “ Al caer ahí tendrás que sufrir padecimientos insoportables, y donde no hay tiempo cierto de escapar” .

A los mundos infiernos no solamente entran los decididamente perversos, sino también aquellos que ya vivieron sus ciento ocho vidas y no se autorrealizaron.

“ Árbol que no da fruto, cortadlo y echadlo al fuego” .

Los teósofos dicen que existen tres senderos de perfección, y Annie Besant escribió sobre estos tres senderos.

Los tres senderos reciben los nombres de Karma-Yoga, Jnana-Yoga, Bhakti-Yoga.

Karma-Yoga es el sendero de la acción recta.

Jnana-Yoga es el sendero de la mente.

Bhakti-Yoga es el sendero de la devoción.

Con Karma-Yoga vivimos rectamente, cosechamos mucho Dharma (recompensa), pero no fabricamos los cuerpos solares porque éste es un problema sexual.

Con Jnana-Yoga nos hacemos fuertes en meditación y yoga, pero no fabricamos los cuerpos solares porque éste es trabajo con el hidrógeno SI-12 del sexo.

Con Bhakti-Yoga podemos seguir la senda devocional y llegar al éxtasis, pero esto no significa fabricación de los cuerpos solares.

Existen escuelas que afirman la existencia de siete senderos, y hay algunas que dicen que existen doce senderos.

Jesús el Cristo dijo: “ Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que lo hallan”.

Nunca jamás dijo el Maestro de Maestros que hubiera tres puertas o tres caminos. Él solamente habló de una sola puerta y de un solo camino. ¿De dónde han sacado eso de los tres senderos de liberación? De dónde sacan otras escuelas aquello de las siete puertas o senderos de la liberación? ¿De dónde sacan otras organizaciones pseudoocultistas y pseudoesoteristas aquello de los doce senderos?

Realmente sólo existe un solo camino y una sola puerta. Ningún ser humano sabe más que el Cristo y Él nunca habló de tres senderos, ni de siete, ni de doce.

El Camino tiene mucho del Karma Yoga y del Jnana y del Bhakti y de las siete Yogas, pero no existe sino un sólo camino, angosto, estrecho y espantosamente difícil.

El camino es distinto, opuesto a la vida rutinaria de todos los días. El camino es revolucionario en un ciento por ciento, está contra todo y contra todos. El camino es más amargo que la hiel. El camino es el de la revolución de la conciencia, con sus tres factores de nacer, morir y sacrificarse por la humanidad.

En el camino, el pobre animal intelectual debe convertirse en un ser diferente.

Son muy raros los que encuentran el camino, y más raros son todavía aquellos que no abandonan el camino. Realmente no todos los seres humanos pueden desarrollarse y tornarse diferentes.

Aun cuando esto parezca una injusticia, en el fondo no lo es. La gente no desea ser diferente, no le interesa, y a nadie debe dársele lo que no quiere, lo que no desea, lo que no le interesa.

¿Por qué habría de tener el hombre lo que no desea? si el pobre animal intelectual equivocadamente llamado hombre fuese forzado a convertirse en un ser diferente, cuando está satisfecho con lo que es, entonces sí habría de hecho una gran injusticia.

Es claro que todo en la naturaleza está sometido a la ley del número, medida y peso. Para todo ser humano existen ciento ocho vidas, y si no sabe aprovecharlas, el tiempo se vence y la entrada a los mundos infiernos se hace entonces inevitable.

La autorrealización íntima del hombre no puede ser jamás el resultado de la evolución mecánica de la naturaleza, sino el fruto de tremendos superesfuerzos, y a la humanidad no le gustan los superesfuerzos.

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Capítulo 14.- Gnosis

Vamos ahora a estudiar un capítulo del Evangelio chino llamado el TAO, con el propósito de aclarar cada vez más nuestra doctrina gnóstica.

"Cha Hsiang Tzu envió una compañía de cien mil hombres a cazar a la cordillera central. Encendieron con chispas una hoguera que se extendió por todo el bosque, y el resplandor de las llamas se veía desde cientos de kilómetros. De repente apareció un hombre, saliendo de entre las llamas y se le vio entre el humo. Todos le tomaron por un espíritu, y cuando el fuego se extinguió, salió rápido sin mostrar la menor quemadura. Hsiang Tzu, maravillado de ello, lo detuvo para examinarlo cuidadosamente. Su forma corpórea era sin duda la de un hombre, con sus cinco sentidos, su respiración y su voz. Así que el Príncipe le preguntó qué extraño poder le permitía pasearse por los precipicios y las llamas.

—¿Qué creéis que es una roca? ¿Qué creéis que es el fuego? –el hombre preguntó–.

Hsiang Tzu dijo:

— ¿De dónde vienes, y por dónde has pasado?.

—No sé nada de ello –contestó el hombre–.

El incidente llegó a oídos del Marqués Wen, del Estado de Wei, quien habló a Tzu Hsiang acerca de él diciendo:

—¡Qué hombre más extraordinario debe ser!

— Por lo que he oído hablar al Maestro –replicó Tzu Hsiang–, el hombre que está en armonía con TAO entra en íntima comunión con los objetos externos y ninguno de ellos puede hacerle ningún mal. Pasa a través del metal y de la piedra sólida, pasa a través del fuego o sobre el agua, todo es posible para él.

— ¿Por qué, amigo mío –dijo el Marqués– no puedes tú hacer todo eso?

—Aún no he llegado –contestó Tzu Hsiang– a limpiar mi corazón de impurezas y de falsa sabiduría. Sólo encuentro gusto en discutir el asunto.

—Y ¿por qué –preguntó el Marqués– no hace el Maestro lo mismo?

—El Maestro –contestó Tzu Hsiang– puede hacer estas cosas, pero también se puede abstener de hacerlas.

Esta contestación encantó al Marqués.

Es urgente encender el fuego sagrado en la cordillera central, es decir, en la espina dorsal. La Madre Kundalini confiere al iniciado poderes extraordinarios sobre el fuego flamígero, el aire, las aguas y la tierra.

¿Qué creéis que es una roca? Esto nos recuerda la piedra filosofal de los viejos alkimistas medioevales. Esto nos recuerda la doctrina de Pedro. Petrus significa Piedra, Pedro, uno de los doce apóstoles del Cristo, cuyo nacimiento celebramos esta noche de Navidad.

La doctrina de Pedro es la doctrina del sexo, la ciencia del Maithuna (magia sexual). La piedra viva es el sexo, la peña, la roca sobre la cual debemos levantar el Templo Interior para el Cristo Íntimo, nuestro Señor.

Y dijo Pedro: “ He aquí pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en ella, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, Él es precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon ha venido a ser la cabeza del ángulo; piedra de tropiezo y roca de escándalo” .

Quien enciende la hoguera en la cordillera central (la espina dorsal) edifica el Templo (fabrica los Cuerpos Solares) y entra en armonía con el TAO (encarna al Ser).

Jesús el Cristo, cuya Navidad celebramos esta noche, dijo:

“ A todo el que me oye y cumple lo que digo lo compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca (el sexo). Y cayó lluvia, y vinieron riadas y vientos, y la casa no cedió, porque estaba cimentada sobre piedra (el sexo).

Y al que me oye y no me cumple, lo compararé a un hombre necio, que edificó su casa sobre la arena (teorías de todo tipo, prácticas de toda especie, con exclusión total del Maithuna o magia sexual).

Y vinieron lluvias, y vientos, y riadas, y la casa cedió, con gran ruina (cayendo al abismo).

En el mundo millones de personas edifican sobre la arena y odian el Maithuna (magia sexual), no quieren edificar sobre la roca, sobre la piedra (el sexo), edifican sobre la arena de sus teorías, escuelas, etc., y creen que van muy bien.

Esas pobres gentes son equivocadas sinceras y de muy buenas intenciones, pero caerán en el abismo.

Todo el que nace en los mundos superiores debe reducir a polvo el ego, para libertarse de los cuerpos lunares y ejercer todo el poder sacerdotal de la alta magia.

El Maestro que no ha disuelto el yo pluralizado, el Maestro que no ha eliminado los cuerpos lunares, no puede ejercer todavía el poder sacerdotal, porque no ha limpiado su corazón de impurezas y falsas sabidurías.

Jesús dijo a sus discípulos:

"No dejéis noche ni día de buscar hasta que hayáis encontrado los misterios del reino de la luz.

Porque ellos os purificarán y os llevarán al reino de la luz.

Y decidles: Renunciad al mundo y a cuanto hay en él.

Y a todas sus sevicias, y a todos sus pecados, y a todas sus gulas.

Y a sus discursos todos, y a cuanto hay en él, para que seáis dignos de los misterios de la luz.

Y para que seáis preservados de los suplicios reservados a aquellos que se han separado de los buenos.

Y decidles: Renunciad a la murmuración, para que seáis preservados del ardor de la boca del can.

Y decidles: Renunciad al juramento, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis librados de los suplicios de Ariel.

Decidles: renunciad a la lengua embustera, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados de los ríos ardientes de la lengua del can.

Decidles también: renunciad a los falsos testigos, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados de los ríos ardientes de la boca del can.

Renunciad a los malos pensamientos, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que se os preserve de los tormentos del infierno.

Renunciad a la avaricia, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que se os libre de los arroyos de humo de la boca del can.

Renunciad a las rapiñas, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados de los arroyos de Ariel.

Renunciad a las malas palabras, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis salvados de los suplicios del río del humo.

Y decidles: Renunciad al amor propio, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis salvados de los suplicios del infierno (reino mineral).

Renunciad a la elocuencia (verborrea de la intelectualidad sin espiritualidad), para que seáis dignos de la luz. Y para que seáis preservados de las llamas del infierno.

Renunciad al engaño, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados de los mares de fuego de Ariel.

Renunciad a la crueldad, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados de los suplicios de las fauces de los dragones.

Renunciad a la cólera, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados de los ríos de humo de las fauces de los dragones.

Renunciad a la desobediencia, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados de los demonios de Iadalbaoth y de los ardores del mar de fuego.

Renunciad a la cólera, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados de los demonios de Iadalbaoth y de sus suplicios.

Renunciad al adulterio, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados del mar de azufre y de las fauces del león.

Renunciad a los homicidios, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados del archons de los cocodrilos, que es la primera de las criaturas que están en las tinieblas exteriores.

Renunciad a las obras perversas e impías, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados de los archons de las tinieblas exteriores.

Renunciad a la impiedad, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados del llanto y del rechinar de dientes.

Renunciad a los envenenamientos, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis salvados de la gran helada y el granizo de las tinieblas exteriores.

Renunciad a las blasfemias, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que seáis preservados de todos los suplicios del gran dragón de las tinieblas exteriores.

Y decid a quienes predican y escuchan malas doctrinas: ¡malhaya vosotros!

Porque si no os arrepentís de vuestra malicia, caeréis en los tormentos rigurosísimos del gran dragón y de las tinieblas exteriores.

Y nada en el mundo os rescatará, hasta la eternidad.

Sino que seréis sin existencia hasta el fin (entraréis en la tierra del no retorno, los mundos infiernos).

Y decid a quienes descuidan la doctrina de la verdad del primer misterio: ¡malhaya vosotros!

Porque los suplicios que habéis de experimentar superarán a los que experimentan los demás hombres.

Y permaneceréis entre la nieve, en medio de los dragones, en las tinieblas exteriores.

Y nada podrá rescataros hasta la eternidad (hasta que se reduzcan a polvo en los mundos infiernos del reino mineral).

Y decidles: amad a todos los hombres, para que seáis dignos de los misterios de la luz. Y para que os elevéis en el reino de la luz.

Sed dulces, para que podáis recibir el misterio de la luz y elevaros al misterio de la luz.

Asistid a los pobres y enfermos, para que os hagáis dignos de recibir el misterio de la luz y os podáis elevar al reino de la luz.

Amad a Dios, para recibir el misterio de la luz y llegar al reino de la luz.

Sed caritativos, para que recibáis el misterio de la luz y lleguéis al reino de la luz.

Sed santos, para recibir el misterio de la luz y elevaros al reino de la luz.

Renunciad a todo, para ser dignos del misterio de la luz y elevaros al reino de la luz.

Porque éstas son las vías de los que se hacen dignos del misterio de la luz.

Y cuando halléis hombres que renuncian a cuanto constituye el mal y practiquen lo que yo digo, transmitidles los misterios de la luz sin ocultarles nada.

Y cuando fuesen pecadores, y cometiesen los pecados y faltas que os he enumerado, dadles también los misterios, para que se conviertan y hagan penitencia, y no les ocultéis nada.

Porque yo os he traído los misterios a este mundo, para redimir cuantos pecados han sido cometidos desde el principio.

Y por eso os he dicho que no he venido a llamar a los justos. Yo he traído los misterios para redimir los pecados de todos, y para que todos sean llevados al reino de la luz.

Porque estos misterios son un don del primer misterio para borrar los pecados.

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Capítulo 15.- División de la Atención

Quienes hayan estudiado nuestras enseñanzas gnósticas, quienes hayan estudiado este mensaje de Navidad, si de verdad llegan a interesarse por la Senda del Filo de la Navaja y la autorrealización íntima del Ser, sentirán el anhelo de ver, oír, oler, tocar y palpar las grandes realidades de los mundos superiores.

Todo ser humano puede llegar a la experiencia de la realidad. Todo ser humano tiene derecho a las grandes vivencias del espíritu, a conocer los reinos y naciones de las regiones moleculares y electrónicas.

Todo aspirante tiene derecho a estudiar a los pies del Maestro, a entrar por las puertas espléndidas de los templos de misterios mayores, a conversar con los brillantes hijos de la aurora del Mahamanvantara de la creación, cara a cara. Empero, hay que empezar por despertar la conciencia.

Es imposible estar despiertos en los mundos superiores si aquí en este mundo celular, físico, material, el aspirante está dormido. Quien quiera despertar la conciencia en los mundos internos, debe despertar aquí y ahora, en este mundo denso.

Si el aspirante no ha despertado conciencia aquí en este mundo físico, mucho menos en los mundos superiores.

Quien despierta conciencia aquí y ahora, despierta en todas partes. Quien despierta conciencia aquí en el mundo físico, de hecho y por derecho propio queda despierto en los mundos superiores.

Lo primero que se necesita para despertar conciencia es saber que se está dormido.

Eso de comprender que se está dormido es algo muy difícil, porque normalmente todas las gentes están absolutamente convencidas de que están despiertas. Cuando un hombre comprende que está dormido, inicia entonces el proceso del autodespertar.

Estamos diciendo algo que nadie acepta. Si a cualquier hombre intelectual se le dijera que está dormido, podéis estar seguros de que podría ofenderse, las gentes están plenamente convencidas de que están despiertas.

Las gentes trabajan dormidas, soñando. Manejan carros dormidas, soñando. Se casan dormidas, viven dormidas, soñando, y sin embargo, están totalmente convencidas de que están despiertas.

Quien quiera despertar conciencia aquí y ahora, debe empezar por comprender los tres factores subconscientes llamados: identificación, fascinación, sueño.

Todo tipo de identificación produce fascinación y sueño. Vais andando por una calle, de pronto os encontráis con las turbas que van protestando por algo ante el palacio del señor presidente. Si no estáis en estado de alerta, os identificáis con el desfile, os mezcláis con las multitudes, os fascináis, y luego viene el sueño, gritáis, lanzáis piedras, hacéis cosas que en otras circunstancias no haríais ni por un millón de dólares.

Olvidarse de sí mismo es un error de incalculables consecuencias. Identificarse con algo es el colmo de la estupidez, porque el resultado viene a ser la fascinación y el sueño.

Es imposible que alguien pueda despertar conciencia si se olvida de sí mismo, si se identifica con algo.

Es imposible que un aspirante pueda despertar conciencia si se deja fascinar, si cae en el sueño.

El boxeador que se está cruzando golpes con otro boxeador, duerme profundamente, está soñando, está identificado totalmente con el acontecimiento, está fascinado, y si llegase a despertar conciencia, miraría en todas direcciones y huiría inmediatamente del ring, totalmente avergonzado consigo mismo y con el honorable público.

Vais de pronto viajando en cualquier transporte urbano dentro de la ciudad, tenéis que abandonar el vehículo en determinada calle, de pronto os viene a la mente el recuerdo de un ser querido, os identificáis con dicho recuerdo, viene la fascinación y luego a soñar despierto... De pronto dais un grito de exclamación. ¿Dónde estoy? ¡Caracoles!... me pasé de cuadra... ¡tenía que bajarme en tal esquina, en tal calle!; y luego os dais cuenta de que vuestra conciencia había estado ausente, os bajáis del vehículo y regresáis a pie hasta la esquina donde debíais haber bajado.

Quien quiera despertar conciencia debe empezar por dividir la atención en tres partes: sujeto, objeto, lugar.

Sujeto, íntima recordación de sí mismo de momento en momento. No olvidarse de sí mismo ante ninguna representación, ante ningún acontecimiento.

Objeto, no identificarse con cosa alguna, con circunstancia alguna, observar sin identificación, sin olvidarse de sí mismo.

Lugar, preguntarse a sí mismo: ¿Qué lugar es éste? Observar el lugar detalladamente, preguntarse a sí mismo: ¿Por qué estoy en este lugar?

La división de la atención en tres partes conducirá a los aspirantes hasta el despertar de la conciencia.

Querer vivenciar las grandes realidades de los mundos superiores sin haber despertado conciencia aquí y ahora es marchar por el camino del error.

El despertar de la conciencia origina el desarrollo del sentido espacial y la experimentación de eso que es lo real.

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Capítulo 16.- Íntima Recordación de Sí Mismo

Aun cuando parezca increíble, cuando el estudiante se observa a sí mismo no se recuerda a sí mismo.

Los aspirantes, fuera de toda duda, realmente no se sienten a sí mismos, no son conscientes de sí mismos.

Parece algo inverosímil que cuando el aspirante gnóstico auto observa su forma de reír, hablar, caminar, etc., se olvida de sí mismo, esto es increíble, pero cierto.

Sin embargo es indispensable tratar de recordarse a sí mismo mientras se autoobserva. Esto es fundamental para lograr el despertar de la conciencia.

Autoobservarse, autoconocerse sin olvidarse de sí mismo es terriblemente difícil, pero espantosamente urgente para lograr el despertar de la conciencia.

Esto que estamos diciendo parece una tontería. Las gentes ignoran que están dormidas, ignoran que no se recuerdan a sí mismas, ni aunque se miren en un espejo de cuerpo entero, ni aun cuando se observen en detalle minuciosamente.

Este olvido de sí mismo, esto de no recordarse a sí mismo, es realmente la causa causarum de toda la ignorancia humana.

Cuando un hombre cualquiera llega a comprender profundamente que no puede recordarse a sí mismo, que no es consciente de sí mismo, está muy cerca del despertar de la conciencia.

Estamos hablando algo que hay que reflexionar profundamente. Esto que aquí estamos diciendo es muy importante y no se puede comprender si se lee mecánicamente.

Nuestros lectores deben reflexionar. La gente no es capaz de sentir su propio Yo mientras se autoobserva, de hacerlo pasar de un centro a otro, etc.

Observar la propia forma de hablar, reír, caminar, etc., sin olvidarse de sí mismo, sintiendo ese Yo adentro, es muy difícil, y sin embargo básico, fundamental para lograr el despertar de la conciencia.

El gran Maestro Ouspensky dijo: “La primera impresión que me produjo el esfuerzo por ser consciente de mi Ser, por ser consciente de mí mismo como Yo, de decirme a mí mismo: Yo estoy caminando, Yo estoy haciendo, y de tratar de mantener vivo este Yo, de sentirlo dentro de mí, fue lo siguiente: El pensamiento quedaba como dormido; cuando yo asía al Yo, no podía pensar ni hablar; hasta disminuía la intensidad de las sensaciones; además, uno podía mantenerse en semejante estado sólo por un tiempo muy breve”.

Es necesario disolver el Yo pluralizado, volverlo ceniza, pero tenemos que conocerlo, estudiarlo en los cuarenta y nueve departamentos subconscientes, simbolizados entre los gnósticos por los cuarenta y nueve demonios de Iadalbaoth.

Si un doctor va a extirpar un tumor canceroso, necesita primero conocerlo. Si un hombre quiere disolver el Yo, necesita estudiarlo, hacerse consciente de él, conocerlo en los cuarenta y nueve departamentos subconscientes.

Durante la íntima recordación de sí mismo, en ese tremendo superesfuerzo por ser consciente de su propio Yo, es claro que la atención se divide, y aquí volvemos nuevamente a aquello de la división de la atención. Una parte de la atención se dirige, como es apenas lógico, hacia el esfuerzo, la otra hacia el Ego o Yo pluralizado.

La íntima recordación de sí mismo es algo más que analizarse a sí mismo, es un estado nuevo, que sólo se conoce a través de la experiencia directa.

Todo ser humano ha tenido alguna vez esos momentos, estados de íntima recordación de sí mismo; tal vez en un instante de infinito terror, tal vez en la niñez o en algún viaje, cuando exclamamos: ¿Y qué hago yo por aquí? ¿Por qué estoy yo aquí?

La autoobservación de sí mismo, acompañada en forma simultánea con la íntima recordación de su propio Yo, es terriblemente difícil y sin embargo indispensable para autoconocerse de verdad.

El Yo pluralizado resulta siempre haciendo lo contrario durante la meditación. Él goza fornicando cuando tratamos de comprender la lujuria. Él truena y relampaguea en cualquiera de los cuarenta y nueve departamentos subconscientes de Iadalbaoth, cuando tratamos de comprender la ira. Él codicia no ser codicioso cuando queremos reducir a polvo la codicia.

Íntima recordación de sí mismo es darse cuenta cabal de todos esos procesos subconscientes del mí mismo, el Ego, el Yo pluralizado.

Autoobservar nuestra forma de pensar, hablar, reír, caminar, comer, sentir, etc., sin olvidarse de sí mismo, de los íntimos procesos del Ego, de lo que está ocurriendo allá dentro, en los cuarenta y nueve departamentos subconscientes de Iadalbaoth, resulta de verdad espantosamente difícil y sin embargo fundamental para el despertar de la conciencia.

La autoobservación, la íntima recordación de sí mismo, inicia el desarrollo del sentido espacial, que llega a su plena madurez con el despertar de la conciencia.

Los chakras mencionados por mister Leadbeater y muchos otros autores son, con relación al sentido espacial, lo que las flores con relación al árbol que les da vida.

Lo fundamental es el árbol. El sentido espacial es el funcionalismo normal de la conciencia despierta.

Todo hombre despierto de verdad puede ver, oír, tocar, oler y palpar todo lo que ocurre en los cuarenta y nueve departamentos subconscientes de Iadalbaoth.

Todo hombre despierto de verdad puede verificar por sí mismo, a través de la experiencia directa, los sueños de las gentes, puede ver esos sueños en las personas que andan por las calles, en los que trabajan en fábricas, en los que gobiernan, en toda criatura.

Todo hombre despierto de verdad puede ver, oír, oler, tocar y palpar todas las cosas de los mundos superiores.

Quien quiera experimentar la realidad de todo lo que sucede en las dimensiones superiores del espacio, debe despertar conciencia, aquí y ahora.

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Capítulo 17.- La Ciencia de la Meditación

El vacío es muy difícil de explicar porque es indefinible e indescriptible. El vacío no puede describirse o expresarse en palabras humanas, debido a que los distintos idiomas que existen sobre la tierra sólo pueden designar cosas y sentimientos existentes. No es en modo alguno exageración afirmar que los lenguajes humanos no son adecuados para expresar las cosas y los sentimientos no existentes, y sin embargo tremendamente reales.

Tratar de definir el vacío iluminador dentro de los límites terrenos de una lengua limitada por las formas de la existencia es, fuera de toda duda, tonto y equivocado.

Es necesario conocer, experimentar en forma viviente el aspecto iluminado de la conciencia.

Es urgente sentir y experimentar el aspecto vacío de la mente.

Existen dos tipos de iluminación. La primera suele llamarse "agua muerta" porque tiene ataduras. La segunda es elogiada como "la Gran Vida" porque es iluminación sin ataduras, vacío iluminador.

En esto hay grados y grados, escalas y escalas. Es necesario llegar primero al aspecto iluminado de la conciencia, y después al conocimiento objetivo, al vacío iluminador.

El Buddhismo dice: “La forma no difiere del vacío y el vacío no difiere de la forma. La forma es vacío y el vacío es forma”.

Es debido al vacío que las cosas existen, y por el mismo hecho de que las cosas existen, deben ser el vacío.

El vacío es un término claro y preciso que expresa la naturaleza no substancial y no personal de los seres, y una indicación, una señal del estado de absoluta ausencia del Yo pluralizado.

Sólo en absoluta ausencia del Yo podemos experimentar lo real, aquello que no es del tiempo, eso que transforma radicalmente.

El vacío y la existencia se complementan entre sí, se abrazan, se incluyen, jamás se excluyen, jamás se niegan.

La gente común y corriente de todos los días, la gente de conciencia dormida, percibe subjetivamente ángulos, líneas, superficies, pero jamás los cuerpos completos por dentro y por fuera, por arriba y por abajo, por delante y por detrás, etc., y mucho menos pueden percibir su aspecto vacío.

El hombre de conciencia despierta y mente vacía e iluminada ha eliminado de sus percepciones los elementos subjetivos, percibe los cuerpos completos, percibe el aspecto vacío de cada cosa.

Esta es la doctrina no discriminativa del camino medio, la unificación del vacío y la existencia.

El vacío es eso que no tiene nombre, eso que es real, eso que es la verdad y que algunos llaman el Tao, otros el INRI, otros el Zen, Alá, Brahma o Dios, no importa cómo se le llame.

El hombre que despierta la conciencia experimenta la tremenda verdad de que ya no es esclavo, y con dolor puede verificar que las gentes que andan por las calles soñando, parecen verdaderos cadáveres ambulantes.

Si este despertar de la conciencia se hace continuo mediante la íntima recordación de sí mismo de momento en momento, se llega entonces a la conciencia objetiva, a la conciencia pura, al aspecto vacío de la mente.

La conciencia iluminada es fundamental para experimentar lo real y reducir al Yo pluralizado a polvareda cósmica; pero este estado está todavía al borde del Samsara (el mundo doloroso en que vivimos).

Cuando se ha llegado al estado de conciencia despierta, se ha dado un formidable paso, pero el iniciado continúa todavía desafortunadamente ofuscado por la idea monista, es incapaz de romper todos estos sutiles hilos que lo conectan a ciertas cosas, a ciertos efectos de tipo perjudicial, no ha llegado a la otra orilla.

Cuando el iniciado desata los vínculos que en una u otra forma lo atan a la conciencia iluminada, llega entonces a la perfecta iluminación, al vacío iluminador, libre y enteramente insustancial.

Llegar al centro mismo de la mente, llegar al vacío iluminador, al conocimiento objetivo, es algo tremendamente difícil, pero no imposible. Todo gnóstico puede lograrlo si trabaja sobre sí mismo.

El vacío iluminador no es la nada. El vacío es la vida libre en su movimiento. El vacío es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será. El vacío está más allá del tiempo y más allá de la eternidad.

La mente tiene trescientos mil clanes o centros receptivos, y cada clan debe vibrar al mismo tono sin esfuerzo alguno.

La mente es de naturaleza femenina y está hecha para recibir, asimilar y comprender.

El estado natural de la mente es receptivo, quieto, silencioso, como un océano profundo y tranquilo.

El proceso del pensar es un accidente anormal cuya causa original se encuentra en el Yo pluralizado.

Cuando la mente está vacía de toda clase de pensamientos, cuando la mente está quieta, cuando la mente está en silencio, los trescientos mil clanes vibran entonces al mismo tono sin esfuerzo alguno.

Cuando la mente está quieta, cuando la mente está en silencio, adviene a nosotros lo nuevo, eso que es lo real.

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Capítulo 18.- El Maestro chino Wu Wen

El gran maestro Wu Wen empezó sus prácticas de meditación bajo la sabia dirección del maestro Tuo Weng.

El primer trabajo de meditación se realizó con el siguiente koan o frase misteriosa: "No es la mente, no es el Buddha, no es nada".

Wu Wen, sentado al estilo oriental, concentraba su mente en esta frase tratando de comprender su honda significación.

Realmente este KOAN o frase enigmática es difícil de comprender y, meditando en ella con el sano propósito de experimentar la verdad encerrada en cada una de las palabras contenidas en esta frase misteriosa, es claro que al fin la mente, no pudiendo conocer su significado, cae vencida, como herida de muerte. Eentonces se resigna, quedando quieta y en silencio.

El maestro chino Wu Wen tuvo la dicha de encontrarse con Yung Feng y Yueh Shan, y algunos otros hermanos, y todos juntos se comprometieron a trabajar para alcanzar la iluminación.

Después de algún tiempo Wu Wen fue hasta el maestro Huai Shi, quien le enseñó a meditar con ayuda del mantram sagrado WU. Este mantram se canta mentalmente con la letra U repetida dos veces U... U... alargando el sonido vocal, como imitando el sonido del huracán cuando aúlla entre la garganta de la montaña, o como el golpe terrible de las olas contra la playa.

El canto de este mantram se hace mentalmente cuando practicamos la meditación, con el propósito de llegar a la quietud y al silencio de la mente, cuando necesitamos vaciar la mente de toda clase de pensamientos, deseos, recuerdos, preocupaciones, etc.

Después fue hasta Chang Lu, en donde practicó la meditación con su compañero que anhelaba la iluminación final.

Cuando Wu Wen conoció a Chin de Huai Shang, este último le preguntó:

—Hace seis o siete años que estáis practicando, ¿qué has llegado a entender?

Wu Wen contestó:

—Cada día tengo la impresión de que no hay nada en mi mente.

Esta respuesta fue muy sabia. Ya Wu Wen tenía la impresión de que no había nada en su mente, empezaba su mente a quedar vacía, el batallar de los razonamientos estaba llegando a su final.

Wu Wen avanzaba maravillosamente, pero le faltaba algo, y Chin le dijo:

—Puedes practicar en la quietud, pero pierdes la práctica en la actividad.

Esto inquietó mucho a Wu Wen, pues le tocaba precisamente su punto débil.

Ser capaz de tener la mente quieta y en silencio, vacía de toda clase de pensamientos, aun cuando tengamos hambre, sed, aun cuando los mosquitos nos piquen o haya mucha bulla de gente a nuestro lado, es algo muy difícil, y esto era lo que le faltaba a Wu Wen. Éste podía practicar la meditación en la quietud, pero no podía practicar en la actividad, es decir, con todos estos inconvenientes.

—¿Qué debo hacer? –preguntó Wu Wen a Chín–.

La respuesta fue:

&mdash¿Nunca has oído lo que dice Chung Lao-Tsé? Si quieres entender esto, ponte de cara al sur y contempla la Osa Menor.

Palabras enigmáticas, palabras exóticas, misteriosas, difíciles de comprender y, lo más grave, que no hay explicación. Dicho esto, Chin se retiró.

Wu Wen quedó tremendamente preocupado, dejó la práctica con el mantram Wu por una semana y concentró su mente, procurando entender en forma total qué había querido decir Chin con eso de "volverse al sur y contemplar la Osa Menor".

Esto sólo lo vino a entender cuando los monjes que le acompañaban en el salón de meditación abandonaron el recinto para pasar al comedor. Entonces Wu Wen continuó su meditación en el salón y olvidó la comida.

Eso de llegar la hora de la comida y sin embargo seguir meditando, aquello de pasar inadvertida la comida, fue ciertamente algo muy decisivo para Wu Wen, porque entonces comprendió el significado de meditar en la actividad.

Cuenta Wu Wen que precisamente en esos momentos su mente se tornó brillante, vacía, ligera, transparente. Sus humanos pensamientos se fragmentaron en pedazos, como pedacitos de pellejo seco, sintió sumergirse entre el vacío.

Media hora más tarde, cuando regresó a su cuerpo, encontró que éste estaba bañado en sudor. Entonces fue cuando comprendió eso de ver a la Osa Menor, de cara al sur.

Había aprendido durante la meditación a hacerle frente, a darle la cara a la Osa Menor, es decir, al hambre, al bullicio, a toda clase de factores perjudiciales para la meditación.

Desde este momento ya ningún ruido, ni picaduras de mosquitos, ni la molestia del hambre, ni el calor ni el frío pudieron impedirle la perfecta concentración del pensamiento.

Mas tarde, cuando de nuevo visitó a Chin, pudo contestar con entera exactitud todas las preguntas que éste le formuló. Sin embargo, es doloroso decir que Wu Wen aún no estaba lo suficientemente despojado como para alcanzar el estado de "Dar un salto hacia adelante".

Pasado algún tiempo, Wu Wen fue a visitar a Hsianh Yen, en las montañas, para pasar la estación del verano. Y cuenta que, durante la meditación, los mosquitos le picaban terriblemente y sin misericordia alguna, pero él había aprendido a mirar muy de frente a la Osa Menor (obstáculos, inconvenientes, hambre, mosquitos, etc.) y entonces pensó: "Si los antiguos sacrificaban sus cuerpos por el Dharma, ¿he de temer yo a los mosquitos"?

Consciente de esto, se propuso tolerar pacientemente a todos los aguijonazos, con los puños contraídos y las mandíbulas apretadas, aguantando las horribles picadas de los mosquitos, concentraba su mente en el mantram W.U. (u... u...).

Wu Wen cantaba el mantram W.U. Imitaba con la U el sonido del viento entre la garganta de la montaña, el sonido del mar cuando azota la playa. Wu Wen sabía combinar inteligentemente la meditación con el sueño.

Wu Wen, cantaba su mantram con la mente y no pensaba en nada. Cuando algún deseo o recuerdo o pensamiento surgía en su entendimiento, Wu Wen no lo rechazaba, lo estudiaba, lo analizaba, lo comprendía en todos los niveles de la mente, y luego lo olvidaba en forma radical, total o definitiva.

Wu Wen cantaba su mantram en forma continua, nada deseaba, nada razonaba, cualquier deseo o pensamiento que surgía en la mente era debidamente comprendido y luego olvidado. El canto del mantram no se interrumpía, los mosquitos y sus aguijonazos ya no importaban.

De pronto algo trascendental sucede. Sintió que su mente y su cuerpo se derrumbaban como las cuatro paredes de una casa. Era el estado del vacío iluminador, puro, perfecto, libre de toda clase de atributos. Se había sentado a meditar en las primeras horas de la mañana y tan sólo al atardecer se levantó.

Es claro que uno se puede entregar a la meditación sentado al estilo oriental con las piernas cruzadas como lo hacía el Buddha, o al estilo occidental en la posición más cómoda, o acostado con los brazos y piernas abiertos a derecha e izquierda, como la estrella de cinco puntas, y con el cuerpo relajado, pero Wu Wen era oriental y prefería sentarse al estilo oriental como el Buddha.

Hasta este momento el gran maestro chino Wu Wen logró experimentar el vacío iluminador, mas todavía le faltaba algo. No había llegado a la plena madurez, en su mente había pensamientos erróneos e inadvertidos, que en forma secreta continuaban existiendo, pequeños demonios tentadores, pequeños yoes subconscientes, residuos que todavía vivían en los cuarenta y nueve departamentos subconscientes de Iadalbaoth.

Después de esta experiencia del vacío iluminador, Wu Wen se fue a la montaña de Wung Chow y allí meditó seis años. Después meditó otros seis años en la montaña de Lu Han y luego tres años más en Kuang Chou. Al cabo de estos esfuerzos y después de haber sufrido mucho, el maestro Wu Wen logró la última iluminación.

El maestro Wu Wen fue un verdadero atleta de la meditación. Durante sus prácticas comprendió que todo esfuerzo mental crea tensión intelectual y que ésta es nociva para la meditación, porque obstruye la iluminación.

El maestro Wu Wen nunca se dividió entre un Yo superior y otro de tipo inferior, porque comprendió que superior o inferior son dos secciones de una misma cosa.

El maestro Wu Wen se sentía a sí mismo, no como un dios ni como un Deva, al estilo de los mitómanos, sino como un infeliz Yo pluralizado, dispuesto de verdad a morir cada vez más y más en sí mismo.

El maestro Wu Wen no se autodividía entre Yo y mis pensamientos, porque comprendía que mis pensamientos y Yo son todo Yo, y que es necesario ser íntegro para alcanzar la meditación perfecta.

Durante la meditación el maestro Wu Wen se hallaba en estado íntegro, receptivo, tremendamente humilde, con mente quieta y en profundo silencio, sin esfuerzo de ninguna clase, sin tensión mental, sin el deseo de ser algo más, porque Wu Wen sabía muy bien que el yo es lo que es y que jamás puede ser algo más de lo que es.

En estas condiciones, todos los trescientos mil clanes del cuerpo mental del maestro Wu Wen vibraban intensamente con el mismo tono, sin esfuerzo alguno, captando, recibiendo amor y sabiduría.

Cuando Wu Wen estuvo en las salas y lumisiales de meditación, todos los monjes recibieron un gran beneficio con las potentes vibraciones de su aura luminosa.

Wu Wen ya poseía los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, los Cuerpos Solares, pero necesitaba disolver el yo y lograr la iluminación final, y la logró después de haber sufrido mucho.

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Capítulo 19.- La Iniciación Venusta

La Iniciación Venusta es únicamente para los hombres verdaderos, jamás para los animales intelectuales.

Entiéndase por hombres verdaderos aquellos que ya fabricaron los cuerpos solares.

Entiéndase por animales intelectuales toda la humanidad, todas las gentes que solamente tienen cuerpos lunares.

La Iniciación Venusta es la verdadera navidad del corazón tranquilo. La Iniciación Venusta es para los pocos, es una gracia del Logos Solar.

En el Nirvana existen muchos Buddhas que, a pesar de sus grandes perfecciones, jamás han alcanzado la Iniciación Venusta.

La ley del Logos Solar es sacrificio por la humanidad. Él se sacrifica desde el amanecer de la vida, crucificándose en todos los mundos, en todo nuevo planeta que surge a la existencia, para que todos los seres tengan vida y la tengan en abundancia.

Raro es aquél que recibe la Iniciación Venusta, ésta es una gracia muy especial, se necesita antes haberse sacrificado por la humanidad.

Annie Besant comete el error de suponer, y hasta afirmar, que el Cristo Íntimo, el Niño Dios, el Salvador, encarna en el ser humano cuando alcanza la primera iniciación de Misterios Mayores.

Annie Besant quiere ver en las cinco primeras iniciaciones de Misterios Mayores todo el drama cósmico, nacimiento, crecimiento, muerte y resurrección del Cristo.

Annie Besant comete el error de confundir las cinco iniciaciones del fuego con la Iniciación Venusta.

Es necesario saber que el Cristo no puede encarnarse en el animal intelectual, es urgente comprender que el Cristo, Señor nuestro, sólo puede encarnarse en los hombres verdaderos, y que es imposible alcanzar este estado de hombre auténtico sin haber pasado antes por las cinco iniciaciones de Misterios Mayores.

Sólo después de haber pasado por las cinco iniciaciones de Misterios Mayores, y como una gracia, previo sacrificio por la humanidad, puede encarnarse el Cristo en nosotros.

Tal como es arriba es abajo. Al iniciarse la aurora de la creación, el fuego sexual del tercer Logos hace fecundo el vientre de la gran madre, la sustancia primordial.

La segunda parte la realiza el segundo Logos, el Cristo Cósmico, encarnándose en los mundos que nacen, para que todos los seres tengan vida y la tengan en abundancia.

En el microcosmos hombre el acontecimiento se repite. El primero en intervenir es el tercer Logos, fecundando la materia caótica contenida en el semen y en la espina dorsal, fecundando a la madre divina, principio akáshico, para que nazca el universo interior, los cuerpos solares. Después nace el segundo Logos dentro de esos cuerpos existenciales superiores del Ser, para trabajar en la Gran Obra del Padre.

Tal como es arriba es abajo, tal como es abajo es arriba. Los eventos cósmicos que se desarrollan en un sistema solar se repiten en el átomo. Los grandes acontecimientos que se suceden en la génesis de cualquier galaxia se repiten también en el microcosmos hombre.

Es necesario trabajar primero con el fuego y luego con la luz. Es indispensable trabajar primero con el tercer Logos, en la novena esfera, y luego con el segundo Logos.

Las cinco primeras iniciaciones de Misterios Mayores son Cosmogénesis microcósmica; el fuego hace fecunda la materia caótica de la divina madre para que nazcan nuestros cuerpos solares. Después viene lo mejor, la intervención del segundo Logos, la Iniciación Venusta, previo sacrificio por la humanidad.

Es indispensable saber, es urgente comprender que la Iniciación Venusta tiene siete grados esotéricos.

Primero: Nacimiento en el pesebre del mundo. El Cristo Íntimo nace siempre lleno de amor por la humanidad, en ese pesebre interior que llevamos dentro de nosotros mismos, habitado desgraciadamente por los animales de las pasiones, por el Yo pluralizado.

Segundo: Bautismo del iniciado en el mundo etérico, cristificación del cuerpo vital.

Tercero: Transfiguración del Señor; resplandece el Cristo Íntimo en la cabeza y en el rostro sideral del cuerpo astral del iniciado, como resplandeció el rostro de Moisés en el monte Nebo.

Cuarto: Entrada a Jerusalem entre palmas y fiestas, cristificación del cuerpo mental del iniciado.

Quinto: El paño sagrado de la Verónica, en el cual queda grabado el rostro del Maestro. Cristificación del alma humana o cuerpo de la voluntad consciente.

Sexto: Cristificación del alma espiritual (Buddhi); eventos cósmicos formidables en la conciencia buddhica que desafortunadamente no quedaron escritos en los cuatro evangelios. Acontecimientos del drama cósmico íntimamente relacionados con ciertos hechos de otros planetas del sistema solar.

Séptimo: El Maestro es crucificado y entrega el espíritu al Padre, entre rayos, truenos y terremotos.

La mujer sella siempre la sepultura con una gran piedra, la piedra filosofal que simboliza el sexo (la lucha contra Satán fue terrible).

En rigurosa síntesis, estos son los siete grados de la Iniciación Venusta. Sobre cada uno de estos siete grados se pueden escribir enormes volúmenes.

El Cristo, Señor nuestro, nacerá siempre dentro del humilde establo individual de todo iniciado preparado.

La madre del Señor ha sido, es y será siempre la Divina Madre Kundalini, la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes.

Los reyes de la inteligencia, los tres reyes magos, los verdaderos genios, reconocerán siempre al Señor y vendrán a adorarle.

El niño se verá siempre en grandes peligros. Herodes, el mundo, los tenebrosos, querrán siempre degollarlo. El bautismo en el Jordán de la existencia será indispensable, las aguas de la vida limpian, transforman, bautizan. La transfiguración interpreta con suma inteligencia la Ley de Moisés, enseñando a las gentes y desplegando en su trabajo todo el celo maravilloso de un Elías.

El Señor vendrá a nosotros caminando sobre las olas embravecidas del mar de la vida. El Señor Íntimo siempre establecerá el orden en nuestra mente y devolverá a nuestros ojos la luz perdida.

El Señor Interior multiplicará siempre el pan de la Eucaristía para alimento y fortaleza de nuestras almas.

El Adorable, encarnado en el iniciado, predicará en las calzadas de esta gran Jerusalem del mundo, entregando a la humanidad el mensaje de la nueva era, y su rostro coronado de espinas, una y otra vez, quedará grabado para siempre en el paño de la Verónica.

En la conciencia del iniciado habrá siempre eventos cósmicos formidables y, entre rayos y grandes terremotos del alma, el Señor siempre entregará su espíritu al Padre, exclamando: "Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu", y después de bajar el cuerpo al sepulcro, se repetirá la resurrección a los tres días y medio.

El mito solar tiene dos aspectos: el primero representa la actividad cósmica del segundo Logos en el amanecer de todo nuevo mundo que nace de entre el vientre de la Gran Madre. El segundo aspecto viene a resumir la vida de todo individuo sagrado que se convierte en una encarnación del segundo Logos, el Cristo Cósmico.

El héroe del mito solar ha sido siempre presentado en todos los tiempos como un Hombre-Dios, y su vida se desarrolla y desenvuelve conforme a la carrera del Sol, que es el vehículo cósmico del Logos Solar.

En el pasado, en los antiguos tiempos, el nacimiento de Mitra se celebró siempre con grandes regocijos en el solsticio de invierno.

Horus, espíritu divino, hijo de Isis y Osiris, en el viejo Egipto de los faraones, nacía también en el solsticio de invierno.

Nadie sabe con exactitud la fecha exacta en que nació Jesús de Nazareth. Existieron 136 fechas distintas asignadas al nacimiento de Jesús. Los gnósticos iniciados resolvieron con suma sabiduría fijar la fecha de nacimiento de Jesús para el 24 de diciembre a las doce de la noche, es decir, para los primeros minutos del 25 del mismo mes.

En todo mito solar, el Divino Salvador, el Cristo Íntimo de todo individuo sagrado, nace siempre de entre el vientre de la Virgen Inmaculada, la Divina Madre Kundalini. Esto nos recuerda al Niño Sol del 24 ó 25 de Diciembre, avanzando, naciendo, caminando hacia el norte en instantes en que la constelación de Virgo, la Virgen Inmaculada, brilla resplandeciente en el cenit. Siempre el Sol, siempre el Cristo Cósmico, en el cosmos o en el hombre, nace de entre las entrañas de la Virgen Madre Cósmica.

Buddha nace de una virgen llamada Maía-Devi, de acuerdo con el drama cósmico sabiamente comprendido por los chinos iniciados.

La muerte y resurrección del Señor, en el equinoccio de primavera, está tan ampliamente difundida como su nacimiento en el solsticio de invierno.

En tal época moría Osiris en manos de Tifón, y se le representaba con los brazos extendidos como si estuviera crucificado.

Por esa época llorábase cada año la muerte de Tammuz en Babilonia. Y en Siria, por esa época del equinoccio de primavera, había también muchos lamentos sagrados. Entonces se lloraba por Adonis, no solamente en Siria sino en Grecia también.

En Persia se celebraba la muerte de Mitra por la misma época del equinoccio de primavera.

En todas las escuelas de misterios se representaba en forma dramática toda la carrera solar, desde su nacimiento hasta su muerte y resurrección. El iniciado constituía su vida con el drama solar y se convertía de hecho en un individuo solar.

La Iniciación Venusta es para los hombres verdaderos, no para las mujeres, ninguna mujer puede alcanzar jamás la Iniciación Venusta.

El grado más alto que la mujer puede alcanzar es el de Virgen Celestial, que corresponde al estado de Buddha.

Cuando una mujer quiere alcanzar la Iniciación Venusta debe desencarnar y reencarnarse en cuerpo de hombre.

Por estos tiempos, en el valle del Nilo, en Egipto, está encarnado en cuerpo de hombre aquel gran ser que se llamó María, Madre de Jesús de Nazareth.

H.P.B., la autora sabia teosófica que escribió los seis volúmenes de «La Doctrina Secreta», se está preparando para reencarnarse en cuerpo de hombre, porque quiere alcanzar la Iniciación Venusta.

Lo que estamos diciendo no debe desencantar a las mujeres. Toda mujer que trabaje en la fragua encendida de Vulcano, toda mujer que trabaje en la novena esfera, puede fabricar sus cuerpos solares y convertirse en una Buddha viviente, en una virgen del Nirvana, con poder sobre el fuego, los aires, las aguas y la tierra.

La Iniciación Venusta es otra cosa, es sólo para hombres verdaderos, pero cualquier virgen del Nirvana puede reencarnarse en cuerpo de hombre para alcanzar la Iniciación Venusta.

Cada vez que el Logos Solar necesita venir al mundo para iniciar una nueva era, se encarna en un hombre debidamente preparado para la Iniciación Venusta.

Existen doce salvadores. Esto quiere decir doce Avataras que corresponden a los doce signos zodiacales. La misión de cada Avatara es iniciar la época de actividad correspondiente al signo en que va a entrar la humanidad.

Aries, Tauro, etc., tuvieron sus Avataras correspondientes.

Existen doce salvadores, a través de los cuales se expresa el Cristo viviente.

La encarnación del Logos Solar en el pesebre del mundo es un evento cósmico formidable.

Así como en todo mundo naciente el Cristo encarnado tiene que abrirse paso entre la vorágine terrible de la selva indómita, rodeado de toda clase de peligros, así también el Niño de Oro de la Alkimia sexual, el Cristo Íntimo nacido en todo individuo sagrado, debe abrirse paso, debe crecer y desarrollarse entre los animales del pesebre, entre los animales del deseo, rodeado de toda clase de peligros y adversidades.

En principio todavía, desgraciadamente, el iniciado no ha disuelto el yo, los animales del establo interior están vivos, el iniciado no ha alcanzado la perfección, aun cuando ya sea un Buddha, y el niño debe crecer y desarrollarse entre todas estas adversidades.

En los mundos que surgen a la existencia, el Cristo se desarrolla, es crucificado, muerto, y resucita en las entrañas de todo lo creado para que todas las criaturas tengan vida y la tengan en abundancia.

En el iniciado que alcanza la Iniciación Venusta, el Cristo debe nacer, crecer, morir y resucitar para trabajar con suma intensidad en la gran obra del Padre.

Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, cuentan las Sagradas Escrituras que estuvo once años hablando con sus discípulos, enseñándoles los 24 misterios de los cuales nacen los 12 salvadores del mundo.

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Epílogo

Amadísimos:

Hemos dicho en este Mensaje de Navidad 1966-1967 todo lo que teníamos que decir, vosotros debéis estudiar intensivamente. No basta leer una vez el Mensaje como quien lee periódicos; este Mensaje es para estudiarlo durante toda la vida y comprenderlo profundamente en todos los niveles de la mente.

No seáis vosotros como los mariposeadores que hoy están en una escuela y mañana en otra, que pierden el tiempo miserablemente leyendo y teorizando, pero sin realizar absolutamente nada.

No seáis vosotros como los profanadores de los MISTERIOS, que hoy estudian y mañana se burlan de todas estas enseñanzas.

Estudiad y trabajad. Este Mensaje es para vuestra propia autorrealización íntima.

Recordad que os estamos dando la segunda parte de la enseñanza gnóstica. Todo el summum de nuestra Doctrina Esotérica Crística quedará condensado en el Mensaje de Navidad de cada año.

En otros tiempos el Mensaje era un simple folleto. Ahora este Mensaje será un libro que recibiréis para la Navidad de cada año.

Es necesario que los Lumisiales Gnósticos se conviertan en salas de meditación. Es urgente que se practique la meditación en grupo, de acuerdo con la lección del capítulo dieciocho (18) de este «Mensaje de Navidad 1966-1967».

Recordad, amadísimos, que en el relato que hacemos sobre el maestro chino WU WEN enseñamos técnica práctica para la meditación.

Se necesita estudiar este Mensaje de Navidad en todos los Lumisiales, discutirlo, enseñarlo, analizarlo, comprenderlo.

Amadísimos, os deseo Felices Pascuas y Próspero Año Nuevo 1967. Que la Estrella de Belén resplandezca en vuestro camino, que haya paz en vuestros corazones, que haya felicidad en vuestros hogares.

PAZ INVERENCIAL

Samael Aun Weor

Fin de «MENSAJE DE NAVIDAD 1966 (El Collar del Budha)»

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