SUPREMO GRAN MANIFIESTO UNIVERSAL DEL MOVIMIENTO GNÓSTICO

(Gran manifiesto gnóstico del 2° año de Acuario)

Samael Aun Weor

Segunda Edición, Colombia, 1977


Índice

Capítulo 1.- La Era Acuaria

Capítulo 2.- Una Espantosa Verdad

Capítulo 3.- El Alma

Capítulo 4.- El Espíritu

Capítulo 5.- El Buddha

Capítulo 6.- El Cristo

Capítulo 7.- El Movimiento Gnóstico Cristiano Universal


Capítulo 1.- La Era Acuaria

Mucho es lo que se ha dicho, mucho es lo que se ha discutido sobre la nueva Era Acuaria, que se inició el 4 de febrero del año 1962.

Ciertas organizaciones pésimamente informadas sobre Astrología, suponen que la Era Acuaria comenzó antes del día 4 de febrero de 1962. Otras organizaciones pseudoocultistas están todavía aguardando que se inicie la Era Acuaria.

Muchos suponen que la Era Acuaria se iniciará después del año 2000, basados en que solamente cada 2000 años el Sol pasa de un signo zodiacal a otro. Los que así opinan creen firmemente que Jesús nació en el año 1 de Piscis, o algunos años antes, durante la Era de Aries. Realmente, aunque se diga que Jesús nació físicamente hace 1962 ó 1963 años, ésta sólo es una opinión, porque en verdad nadie sabe con seguridad absoluta en qué año Jesús nació. Así pues, sobre la base del nacimiento de Jesús, es imposible saber cuándo comienza la nueva Era Acuaria.

Sería imposible saber la fecha en que se inicia la Nueva Era, si desgraciadamente no tuviésemos el Libro del Zodiaco en nuestro poder. Si abrimos dicho libro, en él encontraremos una lámina maravillosa, un mapa cósmico espléndido. Este es el mapa cósmico del día 4 de febrero de 1962.

Cada vez que se inicia una Nueva Era, los 7 planetas se reúnen en pleno congreso cósmico, en tal o cual signo zodiacal. Así sucedió en el pasado, así sucederá en el futuro, así sucedió en el día 4 de febrero de 1962. Fue maravilloso el congreso cósmico del día 4 de febrero de 1962. Todos los astrónomos pudieron estudiar este gran acontecimiento cósmico, todos pudieron comprobar en forma matemática que esta formidable conjunción se realizó en la constelación de Acuario, todos la vieron, todos la comprobaron con sus telescopios y sus matemáticas.

Tenemos que reconocer que los astrólogos de la India se equivocaron lamentablemente, creyendo que dicha conjunción de mundos se realizaría en la constelación de Capricornio. Precisamente basados en ese erróneo cálculo, profetizaron dichos astrólogos el fin del mundo para esa fecha. Nosotros, en nuestro Mensaje del Año 1 de la Era Acuaria, advertimos que los que así pensaran y profetizaran se convertirían en motivo de risa del mundo entero.

Citaremos a propósito los siguientes párrafos del mencionado mensaje:

“Los astrólogos que suponen que dicha conjunción se realizará en el signo de Capricornio y no en el de Acuario, quedarán, de hecho, confundidos y avergonzados ante los sabios astrónomos de los cuatro puntos cardinales de la Tierra. Existen por ahí muchos pseudoastrólogos ignorantes que suponen que en la mencionada fecha del 4 de febrero se acabará el mundo. Ésos son los que desacreditan la Astrología, esos son los charlatanes”.

Los hechos nos dieron la razón, porque la lógica estaba de nuestro lado. Los indostaníes dijeron que la Diosa Kali salvó al mundo, pero los periodistas, que saben sacar punta a todo, dijeron que la Diosa Kali salvó al mundo, pero no salvó a los astrólogos. Así, por todas estas equivocaciones en los cálculos, es cómo se tiene desacreditada miserablemente a una ciencia tan antigua como el mundo. Eso es realmente lamentable.

La realidad, la cruda realidad es que ya estamos en la Era Acuaria. Esta Era está gobernada por el explosivo Urano, señor de la Casa de Acuario. Inevitablemente viene un cambio total en todo orden de cosas. La Ciencia, la Filosofía, el Arte y la Religión deberán unirse totalmente a la luz de la Gnosis. La Política pasará por tremendas transformaciones, las guerras atómicas tienen inevitablemente que producir muchos cataclismos, y por fin, un espantoso y terrible cataclismo planetario que acabará con la Raza Aria. Este acontecimiento no será el primero ni tampoco el último. Recordemos la humanidad atlante y el continente atlante. Las tradiciones arcaicas dicen que los atlantes se servían de una fuerza misteriosa llamada Vril, cuyo abuso provocó la revolución de los ejes de la Tierra, el cambio de lecho de los océanos y la sumersión de la Atlántida. Esta energía, este Vril, es la misma energía atómica.

La desintegración del átomo provocará a larga la descomposición del átomo en cadena. El resultado es retrotraer al planeta Tierra hasta su pasado arcaico. Desde aquel remoto pasado, la Naturaleza vino trabajando con las fuerzas de cohesión molecular. Ahora nosotros trabajamos con su antítesis, con las fuerzas de desintegración atómica. Esto significa regreso hacia el caos, hacia la nebulosa y, por ello, actualización de los viejos cataclismos arcaicos.

Los hechos concretos nos están dando la razón, la lógica está de nuestra parte. Por todas partes está temblando la tierra; tiembla en la América, en Europa, en Oriente Medio, en Asia, en África, en Oceanía, en el fondo de los mares, etc. Se desatan espantosos ciclones que arrasan con las ciudades, nacen niños monstruosos por todas partes, aparecen enfermedades desconocidas que la ciencia no puede curar, etc. Todo eso es el resultado de las explosiones atómicas. Afortunadamente, todavía los científicos no han podido dividir el electrón. Desgraciadamente lo intentan y al fin lo lograrán, eso sí será más grave. Cuando lo logren, la destrucción será pavorosa y alcanzará hasta el mundo mental. Entonces el terror infinito reinará soberano en el planeta Tierra.

La entrada del Sol en Acuario es maravillosa y terrible al mismo tiempo. Urano es explosivo y tremendamente revolucionario, y el animal intelectual, llamado hombre, no está preparado para manejar semejante tipo de fuerzas tan explosivas y revolucionarias.

Cualquier mala cuadratura o conjunción planetaria en el futuro, podrá ser suficiente para que el hombre se identifique totalmente con el rayo negativo de Urano, y el seguro resultado será la guerra atómica, la cual provocará el gran cataclismo planetario, después de cierto tiempo de terremotos espantosos y horribles acontecimientos.

Los hombres que aborrecen la guerra han trabajado por la paz desde los antiguos tiempos, pero todo su esfuerzo ha resultado inútil, todas las campañas por la paz son inútiles, toda la propaganda por la paz es inútil. Realmente todas las conferencias y tratados de paz no son más que hipocresía y pereza mental de aquellos que no quieren trabajar en sí mismos para lograr la paz interior.

La guerra se debe a muchas causas que el hombre ignora. Algunas de esas causas están dentro del hombre, otras están fuera del hombre. Las guerras se deben a influencias planetarias, a fuerzas cósmicas. Basta cualquier mala posición de los astros, o cualquier catástrofe cósmica, para que millones de hombres se lancen a la guerra. El hombre no es capaz de resistir esas fuerzas cósmicas porque francamente todavía no es hombre. Si fuera hombre de verdad, resistiría esas tremendas fuerzas cósmicas y entonces no habría guerras. Desgraciadamente, todavía el hombre no es capaz de hacer nada. El llamado hombre es tan sólo una máquina movida por fuerzas cósmicas. Sólo el Ser puede hacer, y el llamado hombre todavía no tiene el Ser. El hombre sólo tiene adentro el Yo, y éste no es el Ser. Debemos distinguir entre el Yo y el Ser. El Yo es múltiple, es legión. El Ser es íntegro, unitotal.

El Yo está formado por millares de pequeños yoes separados unos de otros. A menudo se desconocen los unos a los otros, y hasta se hacen la guerra mutuamente entre sí. El hombre es una pluralidad y su verdadero nombre es legión. Todavía el llamado hombre no tiene una individualidad realmente definida, el llamado hombre todavía no tiene un Ser propio, singular; el hombre está dividido en legión de pequeños yoes.

Estos yoes luchan por la supremacía, cada uno de ellos queriendo ser el señor. Cada deseo, el calor, el buen tiempo, el frío, cada pensamiento, da nacimiento a nuevos yoes.

Los factores de la guerra los llevamos dentro. Los yoes de la codicia, la crueldad, el egoísmo, el odio, etc., están dentro del hombre mismo. Cuando estos yoes sean disueltos a base de comprensión y santidad, cuando el hombre posea el Fuego Sagrado, entonces tendrá encarnado a su verdadero Ser. Sólo el Ser puede sobreponerse a las malas influencias planetarias. Sólo el Ser puede manejar esas fuerzas cósmicas que producen la guerra.

Solamente quien posee el Ser puede llamarse hombre de verdad.

Desgraciadamente, el animal intelectual es una máquina dormida, manejada por las influencias catastróficas del cosmos. Toda máquina responde a la fuerza que la mueve. Millones de animales intelectuales se lanzan a la guerra movidos por fuerzas secretas que ellos desconocen. En estas condiciones, es claro y lógico pensar que las fuerzas explosivas de Urano tienen que traer guerras atómicas inevitables. Los hechos concretos demostrarán nuestras afirmaciones.

Lo más grave es que ninguna propaganda por la paz dará resultados. Ninguna organización que trabaje por la paz podrá dar buenos frutos.

Las más respetables organizaciones que laboran por la paz, en nombre de la paz, han declarado la guerra. Entonces ¿qué? ¿En qué quedamos?.

Actualmente existen en el mundo ejércitos de paz en plena guerra, eso es trágico y horrible, pero verdadero.

Tenemos que afrontar el problema de la paz desde otro ángulo totalmente diferente. Debemos enfocar el estudio del hombre en forma franca, sincera y definitiva, si es que realmente queremos la paz. Sólo logrando la verdadera paz interior, podemos sobreponernos a las influencias que causan la guerra.

El Movimiento Gnóstico Cristiano Universal, comprendiendo lo que significa entrar en la constelación de Acuario, se propone crear un nuevo orden que esté a tono con Urano, en forma armoniosa, clara y definitiva.

El Movimiento Gnóstico intenta crear una nueva era de paz consciente.

El Movimiento Gnóstico lucha por la autorrealización íntima del hombre, porque comprende que sólo con la autorrealización íntima puede el hombre sobreponerse a las influencias cósmicas adversas que causan la guerra.

El Movimiento Gnóstico está formando un nuevo grupo de hombres verdaderos, capaces de luchar contra la barbarie humana. Aquellos que entren al Movimiento Gnóstico se convertirán en verdaderos paladines de la paz, después de lograda su autorrealización íntima.

Es, pues, la autorrealización lo único que nos puede dar la paz verdadera.

La entrada del Sol en Acuario exige autorrealización íntima. Se necesita urgentemente una congregación o, mejor dicho, un nuevo grupo humano de hombres realmente autorrealizados, para establecer un nuevo orden y salvar al mundo.

La Gran Logia Blanca del Tíbet Secreto va a intentar una nueva Era de Paz, y el Movimiento Gnóstico Cristiano Universal es el vehículo de expresión fundado por la Logia Blanca para este propósito y finalidad.

La humanidad está totalmente perdida; por eso, la Logia Blanca del Tíbet Secreto se propone hacer un último esfuerzo a fin de salvar a los perdidos. Esto es semejante al enfermo que ya está a punto de morir, y que sin embargo el médico le da medicinas y hace lo que puede, aun cuando el caso ya está perdido.

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Capítulo 2.- Una Espantosa Verdad

Los estudiantes de todas las escuelas pseudoesoteristas y pseudoocultistas, confían en llegar algún día a la perfección y a la liberación final, mediante la Ley de la Evolución.

Nosotros, los gnósticos, no podemos negar jamás la Ley de la Evolución, sería absurdo negar la Ley de la Evolución. También existe la Ley de Involución. Evolución e Involución, estas dos leyes mecánicas se procesan simultáneamente en toda la Naturaleza. No podemos negar esas dos leyes, pero tampoco podemos aceptar lógicamente que la mecánica pueda llevarnos a la autorrealización íntima. Ninguna mecánica puede autodespertarnos, ninguna mecánica puede autorrealizarnos íntimamente. Esto de autorrealizarse sólo puede ser el resultado de un trabajo consciente y positivo sobre sí mismo, ninguna ley mecánica puede hacer por nosotros este trabajo. Creemos en la evolución y creemos en la involución, pero no creemos, no podremos creer jamás, no podemos aceptar nunca que la Ley mecánica de la Evolución pueda autodespertar nuestra conciencia y llevarnos mecánicamente a la autorrealización interior profunda.

Muchas especies vivientes son el producto de la evolución y muchas otras lo son de la involución. Por ejemplo, el perro, el burro, la lagartija casera y muchas otras especies de monos, chimpancés, etc., son especies resultantes de la involución y que están en franca involución. El caballo, el águila, etc., son el resultado de la evolución.

Sucede también que muchas especies evolucionan durante algún tiempo y luego involucionan, se degeneran.

Mucho se ha dicho sobre los caníbales y salvajes de las profundas selvas. Los estudiantes peudoesoteristas y pseudoocultistas, así como muchos darwinistas, totalmente embotellados en el Dogma de la Evolución, suponen que esas tribus son hombres primitivos en vías de evolución. Nada puede estar más lejos que esa absurda suposición. Realmente los salvajes son el resultado de la involución, de la degeneración. Esas razas vienen de otras razas y otras civilizaciones.

Los caníbales y salvajes primitivos tienen detrás de sí antepasados gloriosos y formidables tradiciones. Realmente ellos vienen de gentes que llegaron a la cúspide de la civilización.

Las hormigas y las abejas, que muchos pseudoocultistas suponen especies en franca y positiva evolución, realmente son criaturas en proceso de total involución. En tiempos arcaicos, antes de que apareciera sobre la Tierra el animal intelectual, equivocadamente llamado hombre, hubo, según nos cuenta la tradición, razas de semidioses y titanes. No hay raza que no recuerde en sus tradiciones a esos semidioses y titanes. Lo lamentable fueron los primeros ensayos de tipo marxista-comunista. Dichas razas se propusieron crear la sociedad comunista, y lo consiguieron. Empezaron por prohibir toda religión y establecer sangrientas dictaduras. En principio se necesitaron grandes esfuerzos intelectuales y voluntad de acero para crear la sociedad estilo comunista, después todo se volvió mecánico. La libre iniciativa fue aniquilada y, como resultado, se tornó inútil pensar. Órgano que no se usa, se atrofia, aquellas gentes dejaron de usar la inteligencia y el cerebro se atrofió. Después, los movimientos mecánicos se tornaron hereditarios, transmitiéndose instintivamente de padres a hijos. Pasaron los siglos, nacieron y murieron civilizaciones, nacieron y murieron varias edades de piedra. Aquellas criaturas involucionaron, todas se volvieron cada vez más pequeñas, sus formas se alteraron con los siglos, los movimientos de tipo social comunista-marxista continuaron heredándose. Hoy nos asombramos de la perfecta organización de un hormiguero o de un panal de abejas, sólo lamentamos que esas especies ya no tengan la brillante inteligencia de otros tiempos. Realmente abejas y hormigas descienden de gloriosas razas prehumanas que cometieron el error de crear la sociedad socialista marxista.

La evolución y la involución son leyes totalmente mecánicas; dichas leyes existen, pero lo malo de la cuestión, lo equivocado, es atribuir a las referidas leyes factores que no tienen.

Es urgente comprender que solamente la revolución de la conciencia puede llevarnos a la autorrealización íntima.

La Senda del Filo de la Navaja es el camino de la revolución verdadera. Este camino es el único que posee todos los medios para desarrollar las ocultas posibilidades del hombre. Tenemos que reconocer que son poquísimos aquellos que se meten por el camino de la revolución íntima. Esto nos indica lo difícil y raro que es encontrar en el mundo hombres con todas sus posibilidades ya totalmente desarrolladas. El desarrollo de estas posibilidades no es una ley. La ley trágica y sombría que existe para el animal intelectual llamado hombre, es el vivir dentro del círculo de las fuerzas mecánicas, convertido en hombre-máquina.

El camino que conduce al desarrollo de todas las divinas posibilidades, es totalmente revolucionario. Tenemos que marchar contra la Naturaleza y desenvainar la espada para luchar contra sus poderes tenebrosos. Tenemos que pelear contra todo lo existente, contra el Cosmos y contra sí mismos. Esto explica por qué la Senda del Filo de la Navaja es tan difícil y trabajosa.

La Senda del Filo de la Navaja es la senda de la verdadera revolución interior. Esta senda es lo opuesto a la vida corriente, a la vida de todos los días. Realmente la vida común y corriente, aun cuando esté llena de intereses científicos, filosóficos, religiosos y sociales, sólo conduce a la muerte.

El hombre está lleno de posibilidades que pueden permanecer sin ningún desarrollo, y que hasta pueden desaparecer del todo si no tiene el valor de meterse por el camino de la revolución íntima.

Esto de la autorrealización íntima es contrario a los intereses de la Naturaleza, y cuando un hombre resuelve entrar por la senda de la revolución, la Naturaleza lanza contra éste todos sus poderes tenebrosos. Realmente la Naturaleza necesita del hombre-máquina, pero lo necesita así como está, con excepción de su perversidad. Realmente el hombre-máquina es necesario para la economía de los reinos orgánicos e inorgánicos. El hombre es, con relación a la Gran Naturaleza, lo que las células del hígado o del cerebro son para el organismo humano entero. La Naturaleza utiliza al hombre-máquina para sus propósitos orgánicos y después lo traga en el Avitchi (Abismo, Infernus). Si toda la humanidad se autorrealizara, habría un desequilibrio del planeta Tierra y una catástrofe espantosa. Es, pues, muy difícil y totalmente imposible pensar que todos los seres humanos se autorrealicen. Sólo el individuo puede autorrealizarse, empero, es raro hallar algún individuo que realmente esté dispuesto a meterse por el camino de la revolución radical, total, absoluta. Lo peor de todo es que nadie está obligado a ayudarnos. Esto es una cuestión enteramente propia, individual, íntima. Ahora nos explicaremos mejor aquella frase del Cristo que dice “Muchos son los llamados y pocos los escogidos” o esta otra que dice “De mil que me buscan, uno me encuentra; de mil que me encuentran, uno me sigue; y de mil que me siguen, uno es mío”. Todo el mundo repite estas frases, todo el mundo está perfectamente convencido de comprenderlas, pero se tiene que buscar con una linterna de Diógenes aquel que realmente pueda comprenderlas en forma total y absoluta Todos se creen escogidos, y sólo con los dedos de la mano se pueden contar los escogidos, es raro hallar en el mundo algún escogido.

Realmente la humanidad en su totalidad será tragada por el Abismo. Muy pocos serán los salvados.

El Movimiento Gnóstico, comprendiendo esta espantosa verdad, se propone enseñar al mundo el camino verdadero, franco y sincero, de la legítima y auténtica revolución interior. El Movimiento Gnóstico quiere salvar al que se deje salvar, al que resuelva dejar el orgullo de creerse sabio.

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Capítulo 3.- El Alma

El animal intelectual llamado hombre, no tiene alma. El animal intelectual realmente sólo tiene el material psíquico para fabricar alma. El animal intelectual debe fabricar alma.

Debemos distinguir entre el Yo y el alma. El Yo no es el alma. El Yo no es divino. El Yo no es inmortal. El Yo continúa después de la muerte y se reencarna para satisfacer vicios, pasiones y deseos, eso es todo. Cada reencarnación es una repetición de todos los actos de nuestras vidas pasadas, más sus consecuencias buenas y malas.

El Yo es pluralizado. El Yo es legión de diablos, que continúan mas allá del sepulcro. El cuerpo del Yo es el cuerpo de deseos.

Después de la muerte, el Yo en su cuerpo de deseos continúa y se reencarna para satisfacer sus pasiones.

La raíz de toda amargura es el Yo. La raíz de la ignorancia es el Yo. Nacer es dolor, morir es dolor, vivir es dolor, realmente el Yo es el origen del dolor.

El Yo es legión de diablos, legión de yoes. Dentro de una persona existen muchas personas, muchos yoes. Los pseudoesoteristas, mal informados, creen que tenemos una sola mente. Realmente tenemos miles de mentes. Cada pequeño yo de la legión que compone el Yo, tiene su mente, sus ideas y proyectos propios. El hombre no tiene siquiera individualidad, singularidad, unidad. El llamado hombre es legión de diablos. Eso es todo.

Sé que estamos hablando con términos que a los pseudosapientes no agradan, pero ¿qué vamos a hacer? Debemos hablar con franqueza la verdad.

La verdad a nadie le gusta, pero debemos decir la verdad. La gente cree que tiene alma, cuando en verdad sólo tiene adentro a Satán (el Yo). El Satán, la legión del Yo, el Ego, gasta torpemente el material anímico, el material psíquico, en explosiones atómicas de ira, codicia, lujuria, orgullo, envidia, pereza, gula, etc. De la nada, nada puede salir. Si el Yo gasta la materia prima o material anímico, es claro que no podemos fabricar alma. Quien no fabrica alma es devorado por el Abismo, a su tiempo y a su hora. “¿De qué le valdrá a un hombre poseer todos los tesoros del mundo si pierde su Alma?

Realmente sólo existe un sistema para fabricar alma. Ese sistema es el de disolver el Yo. Muerto el Yo, no existe el gastador; entonces el material anímico se acumula dentro convirtiéndose en un centro permanente de conciencia. Ese centro se llama alma. Eso es alma. Necesitamos fabricar alma.

Sistema para disolver el Yo

El Yo no se disuelve con santurronerías ni con poses de fingidas mansedumbres, ni con fanatismos estúpidos. Es necesario hacer la disección al Yo con el bisturí de la autocrítica. Tenemos que aprender a criticarnos a nosotros mismos. Necesitamos de la autocrítica.

El Yo es un libro de muchos tomos. Tenemos que estudiar ese libro detenidamente si es que realmente queremos disolver el Yo y fabricar alma.

Lo primero que necesitamos es autoobservarnos cuidadosamente para descubrir nuestros propios defectos. Lo segundo es analizar intelectualmente nuestros defectos. Lo tercero es meditar profundamente en ellos para descubrir cómo se comportan en los diferentes niveles de la mente. Recordad que la mente tiene muchas profundidades que normalmente ignoramos.

Muchos santos que aquí en el mundo físico asombraban al mundo por su santidad, continuaban en otros niveles de la mente siendo grandes pecadores, y cuando ellos lo descubrieron, sufrieron muchísimo y llevaron “saco y cilicio”, ayunaron e hicieron grandes y espantosas penitencias. Casi siempre esos santos fracasaron cuando se les sometió a prueba en los mundos superiores.

Necesitamos morir de instante en instante, solamente con la muerte adviene lo nuevo. Cada vez que comprendemos integralmente un defecto, se desintegra en los mundos internos el yo que lo personifica. Cada vez que se desintegra un yo, adviene a nosotros algo nuevo, un poder, una verdad, una virtud, etc.

No es diciendo “voy a ser caritativo, verídico, honrado, casto, pacífico”, cómo se llega a tener esas virtudes. Realmente esas virtudes nacen en nosotros como resultado de la comprensión profunda. Si comprendemos profundamente lo que es la crueldad, nacerá en nosotros la caridad.

Si comprendemos profundamente lo que es la mentira, la falsedad, es claro que nacerá en nosotros el anhelo ferviente de decir siempre la verdad y nada más que la verdad, y así sucesivamente con todas las virtudes. Todas ellas advienen a nosotros cuando comprendemos profundamente nuestros propios errores.

Sólo a base de autoobservación profunda, análisis intelectual y meditación perfecta, podemos llegar a comprender integralmente cada uno de nuestros defectos. Inútilmente podemos afirmar millares de veces: “voy a ser casto, templado, pacífico, altruista, desinteresado, etc.”, si no comprendemos íntegramente nuestros defectos en todos los niveles de la mente.

Si queremos disolver el Yo pluralizado, debemos dejar el orgullo de creernos buenos y santos. Aquellas personas que han leído Teosofía, Rosacrucismo, Espiritualismo, etc., tienen una marcada tendencia a creerse buenas, caritativas, puras, etc. Dichas personas inconscientemente luchan por autoconservar el Yo, no quieren reconocer sus propios errores, son peores que los llamados profanos, porque éstos por lo menos no se creen santos, ni presumen de virtuosos.

Realmente tenemos que partir de cero, si es que queremos disolver el Yo, el Mí mismo, el Ego reencarnante. Gústenos o no nos guste, la verdad es que nosotros somos diablos, gentes perversas. Si negamos esta espantosa verdad, resulta imposible disolver el Yo. Si aceptamos esta terrible verdad, comenzamos inmediatamente a morir de instante en instante.

Debemos recordar que entre el incienso de la oración también se esconde el delito; entre el perfume de la cortesía, también se esconde el delito; entre la cadencia milagrosa de un verso, también se esconde el delito. Realmente el Yo se disfraza de santo, de maestro, de anacoreta, de penitente, de sacerdote, de caritativo, de perfecto, etc. Si nosotros queremos disolver el Yo, tenemos que tomar la firme resolución de autoexplorarnos profundamente en todos los niveles de la mente. Necesitamos ser sinceros con nosotros mismos, ser honrados en la vida y no presumir de buenos ni de santos, porque todos nosotros somos realmente unos malvados.

Lo que hemos dicho es duro, muy duro, demasiado duro y puede ser que no le guste a los santurrones, pero es la verdad, y si no la reconocemos, se hace absolutamente imposible disolver el Yo. Debemos hablar claro, debemos hablar con franqueza sobre estas cosas, si es que realmente queremos que la gente comprenda la técnica de la disolución del yo.

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Capítulo 4.- El Espíritu

El alma puede ser mortal o inmortal, eso depende de nosotros mismos.

Toda clase de pecados serán perdonados, menos el pecado contra el Espíritu Santo. Quien fornica, peca contra el Espíritu Santo. Quien adultera, peca contra el Espíritu Santo. Quien aborrece el sexo y renuncia a él, peca contra el Espíritu Santo.

Muchos pseudoocultistas dicen: “Yo me preocupo únicamente de lo que tengo de la cintura para arriba, porque lo que tengo de la cintura para abajo es bestial, animal; el sexo es bestial, asqueroso, animal, absurdo, etc”.

Las personas que hablan así, las personas que piensan así, blasfeman contra el Espíritu Santo e insultan al Tercer Logos, se creen más perfectas que el Espíritu Santo.

Realmente el Espíritu Santo es la misma fuerza sexual que los degenerados infrasexuales aborrecen y profanan. El laboratorio del Espíritu Santo está en los mismos órganos creadores.

El Espíritu Santo fue enviado por el Padre para robustecer el alma, para despertarle todos sus ígneos poderes, para abrirle cada una de las siete Iglesias. Quien rechaza al Espíritu Santo, rechaza al Padre. Todo aquel que rechaza el sexo es como quien quiere castrar al Sol y entonces se castra a sí mismo.

Es necesario transformar al alma en espíritu y eso sólo es posible sabiendo utilizar conscientemente el fuego sexual del Espíritu Santo.

Es urgente fabricar espíritu. Entretanto, el llamado hombre no posee espíritu.

El espíritu es fuego vivo, el fuego resulta de la transmutación. Necesitamos transmutar nuestras energías sexuales en luz y fuego. Todo en la vida cuesta algo y nada se consigue regalado. El precio de la fabricación de espíritu es muy elevado. Hay que renunciar para toda la eternidad al goce de derramar el semen. Esto es muerte para la bestia, y por lo tanto a la bestia no le gusta, no le puede gustar jamás semejante sacrificio. No es pues extraño que muchos, al leer estas líneas, digan: “Yo no acepto esta enseñanza, esto es dañoso, antinatural, etc.”. El Yo se autodefiende de mil maneras y justifica su fornicación de mil maneras.

Sexo-Yoga

Las técnicas de la sexo-yoga se conocen con el nombre de tantrismo. Existe el tantrismo negro, el gris y el blanco. En el tantrismo negro existe eyaculación seminal y su resultado es fatal, porque el yogui se convierte en mago negro. En el tantrismo gris no se da mucha importancia a la cuestión de la eyaculación seminal, y a veces el yogui eyacula, como otras no lo eyacula; dicha clave de tantrismo degenera en negro. Existe también el tantrismo blanco, éste es el que utilizan los iniciados de la Gran Logia Blanca para llegar al adeptado práctico. Vamos pues a hablar de esta última clase de tantrismo, porque es el único que se puede usar para fabricar espíritu.

La teoría del tantrismo blanco es la de convertir venenos en medicinas. Por veneno entiéndase el uso de la mujer y las bebidas espirituosas. En algunos textos brahmanes de la India sagrada de los Vedas, la unión sexual era considerada como equivalente a un sacrificio divino, y la mujer o sus órganos sexuales como el fuego en que se ofrecía este sacrificio. En uno de esos textos (el Sharapata-Brahmanas) se hace decir a la mujer: “Si es tu deseo utilizarme para el sacrificio, que se te conceda cualquier bendición que por mi mediación invoques”. Raros son aquellos que saben comprender estas palabras de la mujer brahmín. Realmente, cuando estamos trabajando con el Tercer Logos, tenemos el poder de crear y de pedir. Los inteligentes pueden pedir el despertar de la conciencia y la conciencia despertará. A Dios rogando y con el mazo dando; podemos pedir y al mismo tiempo dar a nuestra conciencia interior profunda órdenes imperantes diciéndole frases como esta: “Conciencia mía, despertad; conciencia mía, no durmáis más”. Cada orden debe ser dada con voluptuosidad, con emoción, con profundo anhelo. El resultado será el despertar de la conciencia. Durante el sueño, el devoto comenzará a sentirse consciente, despierto. Podrá decir: “Yo estoy en los mundos internos, mi cuerpo físico está dormido en su cama”, podrá el iniciado vivir consciente en los mundos superiores, convertido en un ciudadano consciente del Cosmos. El problema del desdoblamiento astral habrá sido resuelto totalmente.

El Budismo tántrico enseña que sólo con la mujer es posible alcanzar el Nirvana. También es cierto que la mujer solamente con el varón puede alcanzar el Nirvana.

La característica principal del tantrismo es seguir una técnica especial durante el coito para alcanzar el éxtasis perfecto. Esta técnica está basada en el coitus reservatus, o sea, el acto sexual sin llegar a la eyaculación del semen. Esta práctica es lo que se llama en la India sagrada el Maithuna. Antes del Maithuna, el yogui y la yoguina indostaní pasan por un período de difícil preparación esotérica. Un texto señala como regla que el hombre ha de pasar primero seis meses adorando y deseando a su mujer, y dormir con ella en la cama tres meses a su derecha y tres meses a su izquierda, pero sin contacto sexual. Sólo después de esos seis meses es que podrá practicar el Maithuna.

Los textos tántricos dicen claramente que aun cuando el semen esté a punto de ser eyaculado, el yogui debe retenerlo y no derramarlo mediante un esfuerzo muy especial. En un texto se recomienda que se suspenda la respiración en el momento que ya venga el orgasmo. El libro dice: “Si el discípulo suspende la respiración, no se derramara su semen, aun cuando lo abrace la más joven y atractiva de las mujeres”.

Es a través de esta práctica que los yoguis indostaníes verdaderamente iniciados, alcanzan el éxtasis perfecto y llegan al Nirvana. Con el Maithuna se despierta el Kundalini. En verdad, el Kundalini es el propio fuego del Espíritu Santo, el fuego pentecostal. Practicar el Maithuna equivale a cabalgar en el tigre. Sólo aquellos que saben cabalgar al tigre, logran el despertar del Kundalini, y llevarlo hasta su desenvolvimiento total y definitivo.

La serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes duerme profundamente enroscada tres veces y media dentro de un centro magnético situado en el coxis. Cuando la serpiente despierta, sale de su centro magnético y sube por el canal medular lentamente, despertando todos los poderes ígneos que se encuentran latentes en el alma, así es cómo ésta se torna omnipotente y poderosa.

El Kundalini es fuego sagrado, espíritu divino. Cuando el alma recibe el fuego, se vuelve ígnea, también se une con el espíritu, se convierte en espíritu y se hace eterna.

Es urgente fabricar espíritu. Es urgente transformar el alma en espíritu. No existe ningún otro camino para fabricar espíritu. No existe ningún otro camino para fabricar alma.

El Movimiento Gnóstico Cristiano Universal, comprendiendo que no existe y que nunca existió otro camino para fabricar espíritu y tornar inmortal el alma, predica la ciencia del yoga sexual. Ésta es la esencia del yoga. Un yogui sin la esencia del yoga, es semejante a un jardín sin agua, o a un organismo animal sin sangre, o a un automóvil sin gasolina.

Es urgente fabricar alma. Es urgente fabricar espíritu. Es urgente sacrificarnos por la humanidad, enseñando a otros la ciencia divina.

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Capítulo 5.- El Buddha

Mucho se ha hablado en Oriente sobre Buddha y los Buddhas. Sería largo detenernos en una enumeración y definición de todos los Buddhas de Perfección.

En el cielo del Mahayana existen millares de Buddhas, no sólo en los textos, sino también en los templos, donde los artistas los han reproducido infatigablemente.

Hemos de decir que para todo hombre verdaderamente revolucionario hay un Buddha.

Solamente el hombre rebelde, solamente el hombre que es capaz de disolver el Yo para fabricar alma, sólo el hombre que es capaz de renunciar eternamente a la eyaculación del semen para despertar el fuego y fabricar espíritu, es verdaderamente digno de encarnar a su Buddha Interno. “Al que tiene se le da, y mientras más tiene más se le da. Pero al que nada tiene, hasta lo que tiene le será quitado”.

Todo hombre valiente, todo verdadero rebelde se convierte en un Buddha.

Estamos hablando para hombres sinceros, para hombres que están siempre dispuestos a jugarse siempre la última carta. No estamos hablando para los imbéciles, porque estos odian el sexo y no quieren disolver el Yo. Estamos hablando para los que verdaderamente quieren realizarse a fondo.

Si el animal intelectual pudiese encarnar al Buddha Interno, se aniquilaría, no podría resistir el tremendo voltaje eléctrico de las energías búddhicas. Sólo fabricando alma y espíritu podemos encarnar al Buddha Interno.

En todas las escuelas existen individuos que leen muchísimo, mas no realizan nada. Esos no renuncian a la eyaculación del semen ni por todos los tesoros del mundo. Gente así, gente que no quiere renunciar a ese placer bestial, tiene que entrar inevitablemente en el Avitchi. Esas personas por lo común creen que van muy bien, y hasta suponen que, de todas maneras, pueden autorrealizarse sin necesidad de renunciar a su querida fornicación.

La realidad es que estas personas entrarán en el Avitchi inevitablemente. El Budismo Tántrico es naravilloso porque enseña el Maithuna y la disolución del Yo.

El Budismo Tántrico jamás podría concebir al Buddha Interno como alguna especie refinada del Yo. Todo maestro en el Samadhí (éxtasis), sabe muy bien que el Buddha Interno está muy por encima de todo tipo de “Yoismo”. El Buddha Interno es cósmico, universal, infinito.

Buddha enseñó el Maithuna secretamente a sus discípulos. Buddha enseñó la disolución del Yo a sus discípulos. Buddha enseñó el camino del sacrificio por la humanidad a sus discípulos.

Se han escrito millones de volúmenes de Ocultismo, Teosofismo, Rosacrucismo, etc. Mucho se ha dicho, mas la realidad es que la síntesis de todo el conocimiento se reduce a los tres factores:

Primero: Morir

Segundo: Nacer

Tercero: Sacrificarse por la humanidad.

Debe morir el Yo. Debe nacer el Buddha Interno en nosotros. Se debe amar a la humanidad y pregonar por todas partes la doctrina de la buena ley.

El Movimiento Gnóstico, consciente de estos tres factores básicos de la revolución de la conciencia, pelea la buena batalla contra las tinieblas del error. El Movimiento Gnóstico quiere que todos los seres humanos tengan alma, quiere hombres con alma, lucha por despertar conciencia.

El Movimiento Gnóstico no está contra ninguna religión, escuela o secta. El Movimiento Gnóstico únicamente se propone enseñar a todos los seres humanos la Senda del Filo de la Navaja. Estamos luchando por salvar del ahogado el sombrero, eso es todo. No importa que la gente nos critique y nos insulte, no importa que la gente hable contra nosotros. Lo que importa es salvar a los que se dejen salvar, y los demás, que se los lleve el diablo, allá ellos, cada cual es cada cual.

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Capítulo 6.- El Cristo

Ya llegamos al año 1963 de la Era Cristiana, segundo año de la Era Acuaria, y todavía la gente no sabe qué cosa es el Cristo. Es mucho lo que se adora al Cristo, es mucha la sangre derramada en nombre del Cristo, inquisiciones, asesinatos en nombre del Cristo, explotaciones en nombre del Cristo, violaciones en nombre del Cristo, etc.

Realmente, ser cristiano es algo muy difícil. Ser cristiano significa tener el Ser de un cristiano. Ser cristiano significa tener ya alma y espíritu, poseer el Ser. Solamente quien ya tiene al Ser puede vivir realmente conforme a los preceptos del Cristo.

Satán, el Yo pluralizado, no puede vivir jamás de acuerdo con los preceptos del Cristo. Satán es Satán y eso es todo.

Existen 7 tipos de hombres:

1 Hombre instintivo y brutal.

2 Hombre emotivo y sentimental.

3 Hombre intelectual.

4 Hombre que comienza a buscar la senda espiritual y que escucha a los Iniciados.

5 Hombre que ya fabricó alma y espíritu.

6 Hombre autorrealizado, pero con residuos del Yo.

7 Hombre totalmente autorrealizado y sin residuos del Yo.

Sobre esta base septenaria de la sociedad humana, podemos clasificar las siete escalas del Cristianismo.

1ª Escala. Hombre superficial, externo, que sólo se contenta con ver las ceremonias religiosas, pero sin entenderlas en sus más mínimos detalles.

2ª Escala. Hombre puramente emotivo y sentimental; esta clase de hombres tan pronto están llorando ante los santos de su devoción, como luego levantan hogueras inquisitoriales para quemar vivos a los que ellos califican de herejes. Las guerras religiosas fueron siempre provocadas por esta clase de hombres.

3ª Escala. Religiosos intelectuales que quieren interpretar las Sagradas Escrituras desde un punto de vista puramente intelectual, pero sin intelección iluminada ni mucho menos Intuición; esta clase de gente existe en gran cantidad entre los protestantes, adventistas, anglicanos, testigos de Jehová, etc.

4ª Escala. Esta clase de gentes abunda mucho en todas las escuelas de Teosofía, Rosacrucismo, Yoguismo, Cristianismo, Rosacrucismo como el de Max Heindel, Espiritualismo, etc. Son gentes que ya comienzan a luchar de verdad por su autorrealización íntima.

5 Escala. Cristianos con errores muy graves, pero cristianos.

6ª Escala. Cristianos perfectos, pero que sufren mucho luchando por acabar con los residuos del Yo pluralizado.

7 Escala. Cristianos absolutamente perfectos. Cristianos sin residuos del Yo. Grandes maestros totalmente autorrealizados.

Este mismo orden, estas mismas siete escalas de religiosidad, se pueden aplicar al Budismo y a todas las grandes religiones confesionales.

Cristiano absolutamente perfecto sólo puede ser quien ya alcanzó la Iniciación Venusta.

Todo Buddha que renuncie a la felicidad del Nirvana por amor a la humanidad, después de muchos sufrimientos puede alcanzar la Iniciación Venusta. El Buddha Jesús alcanzó dicha Iniciación. Jesús recibió la Iniciación Venusta a orillas del río Jordán cuando Juan lo bautizó. En aquellos instantes del bautismo, el resplandeciente Dragón de Sabiduría, esto es, el Cristo Íntimo, encarnó en Jesús.

Juan también es un Cristo porque Juan también encarnó al Cristo Íntimo. El Venerable Maestro de Sabiduría Kout Humi es un Cristo porque también encarnó al Cristo. Hermes, Buddha, Quetzalcóatl, Zaratustra, Krishna, Lao-Tse, y muchos otros grandes avataras son Cristos porque encarnaron al Cristo. Realmente Cristo no es un individuo humano ni divino. Cristo es una sustancia cósmica universal, infinita. Pablo de Tarso nos invita a formar a Cristo dentro de nosotros, es decir, nos invita a asimilar dentro del organismo humano y dentro del alma y del espíritu esa sustancia maravillosa llamada Cristo.

Esto que estamos diciendo en estas líneas, jamás lo aceptarán los hombres del primero, segundo o tercer tipo. Los hombres del cuarto tipo comienzan a aceptarlo, los del quinto tipo lo aceptan totalmente y luchan por realizarlo prácticamente. Los del sexto tipo ya lo han realizado en forma relativa. Pero sólo lo realizan absolutamente los hombres del séptimo tipo, los Hermes, Quetzalcóatl, los Zaratustra, etc.

Cristo es el Logos Solar. El Logos es Unidad Múltiple Perfecta. En el Logos no existe la individualidad ni el Yo. En Él todos somos Uno. Él es el Ejército de la Voz, la Gran Palabra, el Verbo.

Mucho se ha hablado sobre Jesús de Nazareth, y por las calles han aparecido muchos falsos Cristos. Hace poco, a un mitómano se le metió en la cabeza la idea de que Él era Jesucristo. Se dejó crecer la barba y el cabello, dejó a un lado el pantalón, saco y chaleco, tiró los zapatos y se puso sandalias, y luego pregonó a los cuatro vientos que Él era Jesús el Cristo. Como es natural, no faltaron algunas gentes simples y crédulas que aceptaron al pie de la letra todo lo que él decía. Aquel mitómano enseñó tantrismo negro, escribió algunos libros y fundó una organización de individuos que derraman el semen (fornicarios irredentos).

Afortunadamente ya ese impostor mitómano dejó de existir después de haber hecho gran daño a la pobre humanidad doliente. Lo más curioso es que cada vez que muere un falso Cristo, las gentes que los siguen justifican dichas muertes diciendo “Un poquito y no me veréis, y otra vez un poquito y me veréis, porque yo voy al Padre”. Es asombroso ver cómo los tenebrosos se acomodan en las palabras del Evangelio, cómo engañan a las gentes utilizando para el engaño hasta las mismas palabras de Jesús el Cristo, palabras de Aquél en cuya boca jamás hubo engaño.

El Divino Rabí de Galilea nos advirtió claramente diciendo: “Si alguno os dijere: He aquí está el Cristo, o allá, no creáis. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y darán señales grandes y prodigios; de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos” (Mateo, 24:23-24).

Realmente los escogidos se pueden contar con los dedos de la mano, porque sólo se pueden considerar escogidos los que fabrican alma y espíritu.

En el Nirvana existen muchos Buddhas de perfección que todavía no alcanzaron la Iniciación Venusta. Cuando un Buddha renuncia a la felicidad del Nirvana por amor a la humanidad, alcanza la Iniciación Venusta; entonces encarna a su resplandeciente Dragón de Sabiduría (el Cristo Íntimo).

Quien quiera alcanzar la cristificación total debe ser revolucionario. La Senda del Filo de la Navaja es totalmente revolucionaria. Todo verdadero revolucionario se convierte en Buddha. Todo verdadero revolucionario se convierte en un Cristo.

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Capítulo 7.- El Movimiento Gnóstico Cristiano Universal

El Movimiento Gnóstico tiene lumisiales (santuarios), centros de estudios, establecidos en muchos países de la Tierra. Este Movimiento no está en contra de ninguna escuela, religión, orden o secta.

El Movimiento Gnóstico lucha por iniciar la nueva Era Acuaria, y, de hecho y por derecho propio, la está iniciando entre el augusto tronar del pensamiento.

No es necesario abandonar la religión para entrar al Movimiento. Dentro del Movimiento Gnóstico existen muchos individuos que pertenecen a diferentes religiones, escuelas o sectas.

La doctrina que está enseñando el Movimiento Gnóstico es la Doctrina de la Síntesis. Ésta es la doctrina de la Nueva Era.

El Movimiento Gnóstico y la auténtica y legítima Escuela Gnóstica Rosacruz de Kummenes se hallan íntimamente unidos. El presidente fundador del Movimiento Gnóstico es un Iniciado del Templo Rosacruz de Kummenes.

El Templo de Kummenes es interno y a él sólo se puede llegar en cuerpo astral. Todas las escuelas rosacruces y pseudo-rosacruces del mundo físico son únicamente escuelas de aspirantes a rosacruces, porque en el mundo físico no existe la real y genuina Escuela Rosacruz.

La Iglesia Gnóstica y la Auténtica Escuela Rosacruz del Templo de Kummenes están íntimamente unidas.

El escudo del Movimiento Gnóstico es el León de la Ley con las cinco estrellas que representan al Buddha Maitreya, el quinto Buddha o quinto avatara o iniciador de la Nueva Era.

Frente a la constelación de Acuario tenemos a Leo, polo opuesto de Acuario, el cual definirá en forma total todo el porvenir de Acuario.

El símbolo de la auténtica y legítima Escuela Gnóstica-Rosacruz de Kummenes es la rosa sobre la cruz. Es necesario que la rosa del espíritu florezca en nuestra cruz.

Si analizamos la constitución del hombre, hallamos los 7 principios así distribuidos:

1 Cuerpo físico

2 Cuerpo vital

3 Cuerpo emocional

4 Mente

5 Voluntad

6 Conciencia

7 Íntimo.

En síntesis, estos principios se reducen a cuatro. El Vital sólo es la sección superior del cuerpo físico. Por tanto, el primer cuerpo es el físico. El segundo cuerpo viene a ser el astral. El tercero es el mental. El cuarto es el cuerpo de la voluntad consciente.

Los principios sexto y séptimo encarnan en nosotros cuando poseemos los cuatro cuerpos, la cruz perfecta. Esos principios sexto y séptimo son realmente la rosa del espíritu que debe florecer en la cruz perfecta.

Realmente el animal intelectual todavía no tiene cuerpo astral. Sólo tiene el cuerpo de deseos, dentro del cual está la legión del Yo. Eso de tener cuerpo astral es un lujo que muy pocos pueden darse. Un hombre puede vivir muy bien sin cuerpo astral. Su cuerpo físico tiene todas las funciones necesarias para la vida. Un hombre sin cuerpo astral puede producir la impresión de ser muy intelectual, y hasta espiritual, cuando en realidad sólo posee un cuerpo de deseos dentro del cual vive el Yo (Satán).

El cuerpo astral sólo nace con el Maithuna (magia sexual).

El cuerpo astral sólo lo tienen los ángeles y los Maestros.

El tercer cuerpo es el nental. El hombre común y corriente tiene muchas mentes, porque cada yo, cada diablo, tiene su mente. El verdadero mental se forma dentro del legítimo astral, nace con el Maithuna.

El cuarto cuerpo es el de la voluntad consciente. El hombre actual, esto es, el animal intelectual, no tiene voluntad consciente, sólo tiene deseos que, enfocados en tal o cual dirección, son llamados erróneamente voluntad. El verdadero cuerpo de la voluntad consciente nace dentro del mental, practicando el Maithuna (magia sexual).

Las semillas de estos cuatro cuerpos están dentro del sistema seminal.

Sólo con la magia sexual pueden germinar, nacer cada uno de estos cuerpos. Cuando ya tenemos los cuatro cuerpos, el Buddha Interno encarna en nosotros, la rosa florece sobre su cruz. Verdadero rosacruz sólo es un Buddha, un Cristo. Todos los demás son aspirantes a rosacruces.

La terminología cristiana define estos cuatro cuerpos así:

1 Cuerpo carnal

2 Cuerpo natural

3 Cuerpo espiritual

4 Cuerpo divino.

El cuerpo carnal está controlado por 48 leyes. El cuerpo natural está controlado por 24 leyes. El cuerpo espiritual está controlado por 12 leyes, y el cuerpo divino está controlado por 6 leyes. Quien desprecia el Maithuna (magia sexual) no puede crear dentro de sí mismo el astral, mental y cuerpo de la voluntad consciente, porque de la nada, nada sale. Así como de la energía creadora nace el físico, así también mediante la energía creadora sexual nacen los vehículos superiores.

Realmente sólo es hombre de verdad quien tiene la cruz perfecta, los cuatro vehículos perfectos. Sólo un hombre así tiene alma y espíritu. Sólo así se es de verdad un hombre realizado.

El Movimiento Gnóstico, comprendiendo estas terribles verdades, se propone enseñar a la humanidad los misterios del sexo y el camino de la disolución del Yo.

Los estudios gnósticos rosacruces son muy profundos, y para esos estudios existen millares de lumisiales (centros de estudios), santuarios gnósticos.

El templo principal del Movimiento Gnóstico es el Summum Supremum Sanctuarium, situado bajo la tierra en una selva profunda de América del Sur.

Todas aquellas personas que estudien nuestros libros, pueden asociarse para formar grupos gnósticos. Todo grupo gnóstico se convierte en lumisial.

Es urgente informar por escrito al presidente fundador del Movimiento Gnóstico sobre todo nuevo lumisial que se funde. El Movimiento Gnóstico apoyará a todo kumisial que se funde. Cualquier grupo de personas puede asociarse y reunirse para estudiar. Todo grupo será atendido por la Sede Patriarcal de México y convertido en lumisial.

Estudie Usted estas enseñanzas, busque amigos y organice un grupo y escríbanos para que lo nombremos jefe de un lumisial. Tenemos libros que les remitiremos. Le enviaremos lecciones. Forme su lumisial propio. Estudie nuestros libros, escríbanos.

Recordatorio

Es urgente recordar a todos los directores de los santuarios gnósticos, que este Movimiento se mantiene con la contribución voluntaria de todos y de cada uno de los hermanos. Tenemos que despachar millares de cartas para todas partes del mundo. Cartas importantes, cartas que orientan, cartas que dirigen, cartas que organizan grupos, que abren nuevos santuarios, etc. Tenemos que gastar dinero, mucho dinero en cartas, en correo, en papel, sobres, etc. Si Ud. ama la humanidad, si Usted quiere que este Movimiento progrese para llevar la luz que habrá de salvar a los perdidos por todos los rincones de la tierra, comprenda, sea comprensivo, ayúdennos a salvar gente. Recuerde Usted que quien da recibe, y cuanto más da, más recibe, pero quien nada da, nada recibe. Si Usted ama a la humanidad, ayúdenos con su óbolo para la Gran Obra.

PAZ INVERENCIAL.

Samael Aun Weor

Fin de «Supremo Gran Manifiesto Universal del Movimiento Gnóstico, 2º Año de Acuario»

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